miércoles, 19 de agosto de 2020

La puerta del león

Tradicionalmente la puerta del león se toma el 8 de agosto. Ese día la Tierra se alinea con el Centro Galáctico y con la estrella Sirio (constelación Canis Maior) que abre un portal muy potente de evolución humana. Todo esto sucede cuando el sol está en el signo de Leo, de ahí su nombre.

Sin embargo, para mí hay una puerta mucho más cercana, que es la luna nueva en el signo de Leo, que se produce cuando las luminarias se juntan en este signo. La luna nueva de Leo es gloriosa, como todo lo que se relaciona con este signo, que es soberanía, liderazgo, poder, brillantez, expansión, luminosidad, creatividad...

Pero este año este evento para mí carece de ese esplendor y lustre debido a mi pésimo estado de ánimo. ¿Cómo podría siquiera querer empezar nada? ¿Cómo querría brillar cuando esto velada por una sombra tan grande? Para sembrar, hay que hacerlo con alegría e ilusión, y yo en estos momentos carezco de ambos. Sembrar parece un acto frustrado desde el comienzo. Nada crece en el invierno.

Hoy leía algo así como que una persona no necesita amor, sino poder amar. Porque amar es primavera, y cuando amas hay luz, belleza, armonía, expansión y apertura. Y el amor no necesita ser perfecto, sino verdadero, pero necesita de presencia, de entrega y de ganas. Si no hay presencia, no es amor, es una idea sobre el amor. Las ideas tienen la costumbre de creerse mejor que los hechos, porque son una distorsión de la realidad, pero obras son amores.

Y Leo es amor. Y es pasión. Leo es la hoguera que arde majestuosa, calentando los rincones fríos del alma. No solo es la carne trémula bajo la caricia del amante, el calor de la piel en contacto con la piel, el ardor de la fusión de los cuerpos; más bien es el abandonarse en el abrazo de quien te quiere y te cuida, sabiéndote acogido, sabiéndote admirado, sabiéndote que te miran ojos que aprecian la esencia que eres, más que la carcasa que habitas. Ahí eres rey, eres grande y poderoso, fuerte e inmenso. Allí no son necesarios los resultados, ni los estándares, ni las apariencias, sino la libertad de ser y de ser amado por ser.

Pero a mí no me ama nadie. Tengo la herida de ser insuficiente, de ser defectuosa, incluso maldita. Soy la colilla que se desecha en el suelo de mala manera una vez apurada. Yerma y vacía. ¿Qué podría crecer en un sustrato así? No, la puerta del león no se va a abrir para mí este año. Solamente quiero envolverme en la oscuridad y dormir.


El encuentro

We started speaking,

Looked at each other, then turned away.

The tears kept rising to my eyes.

But I could not weep.

I wanted to take your hand

But my hand trembled.

You kept counting the days

Before we should meet again.

But both of us felt in our hearts

That we parted for ever and ever.

The ticking of the little clock filled the quiet room.

"Listen," I said. "It is so loud,

Like a horse galloping on a lonely road,

As loud as a horse galloping past in the night."

You shut me up in your arms.

But the sound of the clock stifled our hearts' beating.

You said, "I cannot go: all that is living of me

Is here for ever and ever."

Then you went.

The world changed. The sound of the clock grew fainter,

Dwindled away, became a minute thing.

I whispered in the darkness. "If it stops, I shall die"


-- Katherine Mansfield

martes, 18 de agosto de 2020

You are always held

 When thoughts and sensations feel unberable

When you cannot hold yourself up.

When hope dies.

Notice, you are held.

By the Earth.

By the hills and moutains,

rivers and oceans.

By the vastness of space.

By a loving, soft Presence,

closer than breathing,

nearer than the dearest lover.

Even when you cannot bear it.

Even when you reach your limits.

Even when your strength fails

and you cannot find surrender.

The Earth has surrendered to you.

You are already held.

In the loving arms

of the Present.


-- Jeff Foster

lunes, 17 de agosto de 2020

El pozo de la tristeza

Son días oscuros para mí. Estoy sumida en un gran pozo de tristeza, tan profundo que no soy capaz de hacer nada. Voy como dando tumbos. Me obligo a hacer cosas pero no disfruto siquiera de lo que hago, por mucho que la actividad soliera ser de mi gusto. De hecho, hago las cosas sin alma, sin interés, de una manera robótica. Antes me habría refugiado en el trabajo, pero éste ya no me ayuda a evadirme. Lo único que me apetece es dormir continuamente; es el único momento en que no pienso, en el que no siento, en el que no soy consciente de la realidad. 

Se supone que esta tristeza debería irse aliviando con el tiempo, pero muy al contrario cada vez parece mayor. Duele tanto, pesa tanto. Quizás la intensidad de la tristeza sea una medida de la pérdida. Supongo que he perdido mucho y el vacío es insondable. 

Me da miedo pensar que estuviese entrando en depresión. Al mismo tiempo, no puedo hacer otra cosa: No tengo fuerzas para remontar; no tengo fuerzas para ponerme en pie. Solamente dejo que pasen los días sin más. No veo futuro de nada. 

viernes, 14 de agosto de 2020

The heart of love

Do not try to open your heart.

Never tell a closed heart it must be more “open”.


It will shut more tightly to protect itself,

feeling your resistance.


This is the supreme intelligence of the heart:

A heart unfurls only when conditions are right.

Your demand for openness invites closure…


Instead…

Bow to the heart…

If it is closed, let it be closed…


Trust that when the heart is ready, it will open…


There is no rush for the heart…


Trust the opening and the closing,

the expansion and contraction.


This is the heart’s way of breathing,

the beautiful fragility of being human,

all held in the most perfect Love…


Sink more deeply into the unchanging vastness at the core of your being.


Rediscover the heart of who you truly are,

beyond the mask,

behind the carefully constructed facades,

the infinitely creative defences…


Simply fall into the Heart of Love,

your very nature.


- Jeff Foster

Campos de Castilla

Levantarse al alba con el canto del gallo entre campos de horizontes infinitos. La inmensidad me hace sentir pequeña, pero al mismo tiempo siento que puedo expandirme sin límites, que puedo diluir la ansiedad, normalmente concentrada en la frontera que es mi cuerpo.

Castilla reluce bajo los primeros rayos, dorada de cereal recién segado, como mi pelo ondeando en la brisa matinal.

En mi cabeza se despiertan melodías que, más que a jota, suenan a Sting:

"Will you stay with me, will you be my love

Among the fields of barley

We'll forget the sun in his jealous sky

As we lie in fields of gold"

Castilla es cereal, pero también es jara, retama, hinojo, espárragos y monte bajo; álamos y encinas, perdices, conejos, corzos, milanos y golondrinas.

Castilla son fortalezas y atalayas. Siempre a la defensiva, siempre guerrera y territorial. No es ambición, estatus o reputación, sino trabajo duro, modestia, austeridad; también honestidad. 

Castilla no es mariposa, es sillar de los que te sostienen en horas bajas y hogaza que nutre.

Es dura y áspera en la superficie, curtida por el sol y el embate del viento, pero su corazón es miel. Su su belleza, sus tesoros y su abundancia no son para cualquiera, solamente se muestra a los ojos educados, a los ojos que ven más allá de lo aparente, que buscan verdad y autenticidad. Se abren solamente para quien tiene el valor de luchar por ella, quien se esfuerza por ella, quien demuestra ser merecedor.

Castilla es Metragirta y Cibeles. 

Castilla soy yo.

miércoles, 12 de agosto de 2020

La caza

He vuelto al cine después de todos estos meses de confinamiento y desescalada. Nada que no hubiese podido hacer en mi casa con el Prime, pero me he obligado a salir y a hacer una actividad fuera, aunque sea para seguir evadiéndome. Tenía dos opciones: "Madre Oscura" y "La Caza". Cuervo dijo que había visto la primera y que le pareció una basura, así que la opción estaba clara.

La película trata de un grupo de ricos americanos que secuestran a varias personas para llevarlas a un escenario ajeno y alejado para darles caza, como si de animales se tratara. Los han seleccionado porque cada uno tiene una particularidad que los convierte en candidatos perfectos, como si los cazadores estuvieran contribuyendo a la sociedad al eliminar a estos individuos: son racistas, cazadores, gente que niega el cambio climático...pero también gente que pone en entre dicho al grupo de cazadores. 

Porque todo esto comienza con una aparente broma en un chat de whatsapp de unos amigos (los cazadores). El chat sale a la luz y se tergiversa, afectando a la reputación de las empresas donde estos participan. Cuando las consecuencias les afectan, deciden convertir el chat en una realidad.

El problema es que se equivocan al elegir a una de las presas, al confundir a dos mujeres que tienen el mismo nombre y que proceden del mismo lugar. Así introducen en el grupo de presas a una antigua militar, que es la que va a echar por tierra toda la experiencia, y dando la vuelta a la situación. Ella solita, eso sí.

A mi modo de ver, esta mujer es un enatipo 6 ala 5 (incluso un 5 ala 6). Es individualista, socializa lo justo, defiende a los débiles y no se fía de nada. Arrastra consigo un trauma que la hace comportarse de forma extraña, quizás debido a la guerra, pero no se aclara, con lo que su comportamiento es un poco extraño, también radical por momentos. Termina enfrentada a la mejor del grupo de cazadores, que para mí es un eneatipo 1, una persona que cree tener razón siempre, que cree tener una justificación por un bien mayor, y que es enormemente rígida y "perfectita". 

Lo sorprendente es que ella es Hilary Swank, que no se sabe muy bien qué hace en esta película, aunque el papel lo borda. Y es que el reparto no me resulta nada conocido, salvo ella y Justin Hartley, que hacía de Flecha Verde en Smallville. Aparece también Emma Roberts, la hija de Eric y sobrina de Julia, que se supone que es conocida por "American Horror Story", pero como no la he visto, pues para mí una extraña.

Sin ser un peliculón, porque, la verdad, tiene algo que me hace etiquetarla como "rara", resulta entretenida. Parece que intenta hacer cierta crítica política, pero no sé si llega a conseguirlo. Tiene momentos salvajes, incluso gores, como cuando Hilary le clava un tacón en el ojo a un hombre (a lo "Mujer blanca soltera busca") y le arranca de cuajo todo el nervio óptico, y luego se cortan en otras, como en la muerte del cerdito Oliver (un detalle). Tiene bastante acción y la lucha final es bastante entretenida, no exenta de cierto humor.


martes, 11 de agosto de 2020

Silencio y soledad

 

Ahora todo está en silencio, oscuro y calmo, como si nada existiera, como si nada hubiese sucedido.

A veces me pregunto siquiera si yo misma existo o solamente soy el eco de una historia errónea y fracasada.

Los días se suceden como una repetición, pero no me importa el mundo exterior.

Me he retirado del mundo, como si del confinamiento se tratara, porque no hay nada fuera que me interese.

Es la soledad del alma en lo profundo de la tristeza, como si del mar se tratara.

El mar alimentado con mis lágrimas y mi vacío existencial.

El mar que me envuelve suspendida en la nada más negra y abisal.

Aquí abajo no llegan la luz ni las palabras. No hay estrellas ni cantos de pájaro.

Aquí abajo estoy a salvo, porque no hay nada que desear, nada por lo que luchar, nada por lo que esforzarse.

Aquí abajo muero en silencio, olvidada, desnuda.

lunes, 10 de agosto de 2020

Siempre estás seguro

Estás a salvo, pequeño.

Seguro, incluso cuando te sientes inseguro.


Seguro para llorar, seguro para reír.

Seguro para ser todo lo que puedes ser.


Seguro para descomponer, también.

Seguro para cometer errores.

Es seguro olvidar todo lo que sabes.


Seguro para convertirte en nada

y comenzar de nuevo.


Estás retenido, siempre, ya ves.

Sostenido en los brazos de la vida, 

mis brazos, los brazos del amor.


No te abandonaré,

incluso cuando te sientas abandonado

por el mundo o por tus amigos más cercanos.


No te abandonaré, incluso cuando te sientas abandonado.


Tu cuerpo es el lugar más seguro, ya ves.

Tus manos, tus pies, el dolor en tu corazón.

La opresión en el pecho, la presión en la cabeza.

El anhelo de la luz. El terror de la existencia.


Las sensaciones son seguras, a pesar de lo que te dice el trauma.


No encontrarás seguridad en otras dimensiones o realidades.

No encontrarás seguridad en estados alterados o reinos lejanos.

No lo encontrarás en la mente.

Los "Seres de luz" no te protegerán.

Encontrarás seguridad cuando te rindas a la noche.

Cuando te rompas y te dejes romper.

Cuando arrojes conciencia amorosa a través de tus pies, tus manos, tus rodillas, la forma en que tu cuerpo se siente parado donde está parado o acostado donde yace.

Agotado, o lleno de esperanza, estás a salvo.

Roto por el dolor, o lleno de alegría, estás a salvo.


Estás a salvo porque existes.

Estás a salvo porque la seguridad es tu propio corazón 

y no otro.


Estás a salvo porque nada de lo que temes es real.


Y yo estoy aquí contigo.

Y te estoy respirando.


Siempre.


- Jeff Foster

domingo, 9 de agosto de 2020

Schwanengesang


Se dice que el cisne canta una bella canción en la hora de su muerte después de toda una vida de silencio. Es un quejido suave y melancólico por la vida que abandona, como si lamentarse su marcha, mientras se funde con el viento para entregar su alma. Abre sus alas por última vez, bello, armonioso, majestuoso, y se abandona a la muerte en una rendición total, que es la aceptación del ciclo natural de la vida. No hay vida sin muerte, ni muerte sin vida. Su cuerpo alimentará a otras especies mientras su alma inicia el vuelo hacia otra realidad ignora. Pero su canto permanece impregnado en el aire, en la tierra, y en los corazones de quienes lo escucharon, como un presente a la realidad más material. Una despedida. Y no es más la belleza de las notas y su melodía, como el gesto en sí: el agradecimiento a la vida por un camino lleno de recodos y matices, a la que entrega en el acto final algo tan personal, íntimo y propio como su propio canto, su propia esencia. En su canto el cisne recuerda que la vida también es la visión amorosa de un mundo que muere y del que se despide, y a la que contribuye de la única manera que sabe y puede. Es en la muerte cuando se despoja del ego y se muestra toda la gloria que es, recordando que es un hijo de la tierra y el cielo, y está llamado a una inmortalidad eterna. Hermoso cisne, adiós. 


sábado, 8 de agosto de 2020

Culpable

Soy culpable.

De haber abierto mi corazón y haberle dado paso. 

De haberle colocado en el centro de todo. De haberle colocado en un pedestal.

De entregarle todo por completo, sin reservas, sin medida. De entregarme de igual manera. 

De comer migajas cuando merecía el pastel completo. 

De mi indigencia emocional. De aceptar la suya. 

De mi baja autoestima.

De dejarme llevar por mis patrones. De sentir compasión por los suyos. 

De mi arrogancia al creer que era posible.

De querer creer que yo era especial, amada, importante y valiosa.

De confiar. De querer confiar. De permitirme confiar. 

De creer todas esas mentiras. De querer creer que eran verdad.

De no cuestionar, de no cuestionarme. 

De no atender a la incoherencia entre palabras y actos. 

De mi ceguera a las señales de egoísmo egocéntrico, insensibilidad y narcisismo. 

De creer que el calor puede derretir el hielo.

De haber puesto flores en la cabeza del monstruo. 

De no cuidarme. De no protegerme. De permitir que me hiciera daño.

De no haber sido más fría y calculadora. De haber dejado que mi corazón le entregara las riendas. 

De la unilateralidad. De cargar con el peso de todo. De haberme esforzado tanto por intentar que las cosas funcionaran.

De retorcerme y quebrarme para adaptarme, para complacer.

De creer que podría soportarlo todo. De resistir de más. De llevarme al límite de lo soportable, aceptable y admisible. 

De creer que el amor lo puede todo. De creer que el amor basta.

viernes, 7 de agosto de 2020

Ojos azules

Tus ojos azules, inmensos como el océano.

Allí solía perderme para olvidarme de la realidad. 

Allí navegaba en busca de los tesoros que el mundo me negaba. 

Aguas mansas y claras que me entregaban horizontes extensos donde sentirme libre. 

Me hacían soñar con una vida que mi espíritu anhelaba.

Me proporcionaban ideas nuevas, refulgentes y mágicas, como estrellas en el firmamento, que ampliaban mi mente y enriquecían mi visión.

Me susurraban música y poesía, como una apacible nana de sirena en la que poder dormirme y olvidarme de un mundo exigente y áspero. 

Me ofrecían un amor tan dulce y hermoso que ensanchaba mi pecho y hacía palpitar mi corazón... 

... Y, al mismo tiempo, podía perderme entre sus olas salvajes de pasión, elevándome hacia el cielo. 

Me regalaban un reconocimiento sincero que me hacía sentir grande y fuerte. 

Sentía su refugio amoroso y protector, como un abrazo cálido que me envolvía. 

Miraba en ellos y veía reflejada mi alma infantil, llena de inocencia, bondad y alegría.

Yo era en tus ojos, porque me saciaba en ellos, porque calmaban mi alma, porque encendían mi espíritu, porque me hacían ser yo. 

Tus ojos, fragancia marina, profundidad amorosa, sanación emocional. 

Tus ojos, alegría y pasión infinitos. 

Dónde perdí el rumbo que no los encuentro? 

Mi paraíso perdido, mi remanso de paz, tus hermosos ojos azules. 



miércoles, 5 de agosto de 2020

Gargantúa




Al final sucedió lo que esperaba: la hostia con la realidad. Quizás haya sido una especie de profecía autocumplida, pero, de verdad, que me he esforzado por mantener la vibración alta. Ayer mismo, me llamaban los de Grefa para liberar al mochuelo que tenía apadrinado, y este tipo de actividades siempre son un chute de energía positiva. A mi niña interior le encantan los animales y siente amor y ternura cuando está cerca de ellos. Incluso los abrazaría, si pudiera, porque despiertan una parte bonita, pura y feliz en ella. Así que nada presagiaba lo siguiente. Las caídas suceden cuando menos te lo esperas y se disparan por las circunstancias más inverosímiles. 

Y pasó. De repente un click en la mente te planta ante un panorama que activa un ataque de pánico y un bucle obsesivo. Anet tiene una frase para el tema de las obsesiones, pero no recuerdo cómo lo expresa ella. Sé que tiene que ver con la culpa y el castigo, que son uno de mis temas. Culparme por todo, castigarme por todo. Y ahora me culpo por estar donde estoy, porque no veo futuro delante de mí.  Todo lo que he querido y he deseado no se ha dado, ni se va a dar, y me siento como si la vida se hubiese acabado para mí. Me siento muy perdida, muy confusa, muy desanimada. Y Gargantúa se agranda. 

Yo lo llamo como un agujero negro porque es como sentir un vacío enorme en el centro del pecho, oscuro y gravitacional, que amenaza con devorarlo todo. Es como el centro de una galaxia, atrayendo todo hacia sí para engullirlo. Creo que ese agujero lleva allí mucho tiempo, solo que cambia de tamaño según las circunstancias y el control que, poco o mucho, pueda ejercer. Ahora es grande y se siente como un dolor casi físico, continuado, profundo. Da tanto miedo, que he intentado por todos los lados evitar mirar en él, intentando escapar de su acción. Aunque esto es en vano: Gargantúa es más poderoso que yo, porque es la boca del subconsciente.

Esta mañana no me he levantado para caminar, como suelo hacer cada día desde que nos permitieron salir a pasear en el confinamiento. Si por mí fuera, me quedaría en la cama todo el día durmiendo. O llorando. Pero precisamente hoy tengo telcos y una parte de mí sigue empeñada en dar una imagen hacia el exterior que camufla todo lo que pasa por dentro. Es una imagen que encaja en el ámbito laboral, quizás no tanto en el personal: el mundo laboral no busca personas, busca robots. Es una imagen de frialdad, de impasibilidad, de competencia que tengo muy asimilada, pero cada vez cuesta más mantener; exige mucho esfuerzo y energía, sobre todo cuando en el interior las emociones son tan fuertes que claman por salir por cada uno de mis poros.

Y luego está el crítico interno, el super yo de los cojones, el que me insta a hacer aquello que se supone que es una obligación. Porque para él todo es obligación. Incluso salir a caminar cuando tienes el ánimo por los suelos. Es increíble lo introyectado que lo tengo. Hoy, al menos, lo he visto y lo he desobedecido, al menos en lo que se refiere al paseo. Pero trabajar estoy trabajando, aunque no creo que sea capaz de hacer nada en todo el día, simplemente porque no puedo, porque el dolor y el vacío no me permiten concentrarme, porque no tengo motivación para hacer nada.

No me gusta sentirme como una víctima, pero hoy no puedo evitarlo. Me siento tan indefensa, tan carente de poder, tan hundida. Y no quiero sentirme así, pero no consigo remontar mi estado de ánimo. A lo mejor se trata de eso, de no hacer nada, pero no me gusta la sensación y no quiero estar ahí. Y tampoco me gusta la situación en la que estoy, pero estoy harta de intentar parchear como un pollo sin cabeza, de intentar arreglar, de esforzarme por cambiar las cosas...Total, si nunca me salen bien...

Quizás sea mejor que Gargantúa me devore, porque no me quedan más alternativas que la rendición.

lunes, 3 de agosto de 2020

Lammas


Entramos en el portal de la Gran Madre, la que es nutricia y proveedora, señora de la prosperidad y la abundancia. Lammas. La mayoría asociamos este tiempo a la cosecha, al momento en que aquello que sembramos a principios de año da fruto. Celebramos lo recogido y nos regocijamos.
Pero, como bien dice mi hermana Nenúfar, hay veces en que simplemente no hay cosecha, por mucho que nos hayamos esforzado, por mucho que nos hayamos volcado en conseguir aquello que tanta ilusión nos hacía. Las manos están vacías y en el corazón se arremolinan y se entremezclan la tristeza, la ira, la frustración...

Este año 2020 parece un año de no cosecha. Mejor dicho, es el año de la gran purga. Afecta a nivel colectivo, como podemos ver en las noticias, pero individualmente cada uno lo experimenta de una manera. Quizás olvidamos que, a veces, perder es ganar y no conseguir lo que queremos puede ser un beneficio. Pero estamos tan apegados al resultado que somos incapaces de ver que siempre estamos cuidados. Como diría Rilke: "La vida tiene razón, en todos los casos". Aceptar esto es bastante duro.

Nos centramos en la cosecha, pero se nos olvida que Lammas es, sobre todo, un tiempo de gratitud. Y qué mejor que agradecer aquello que tenemos y aquello que es. Pero nos resistimos, y sufrimos. Sufrimos cuando no aceptamos las cosas tal y como son.  Sufrimos cuando nos empeñamos en rechazar lo que está pasando y en descartar el poder entenderlo.  Llegan los cambios, los imprevistos, los desafíos, los obstáculos, y siempre nos resistimos, e intentamos luchar contra las circunstancias empecinadamente, creyendo que así vamos a ser felices. Pero la felicidad está en el presente, y nosotros nos empeñamos en vivir en el pasado o en el futuro, o en la idealización de una vida alternativa que está fuera de nuestro alcance. Porque no queremos sentir, no queremos experimentar la realidad tal como es. Queremos pasar por una situación sin que nos afecte, porque somos incapaces de sostener la emoción que nos produce. Queremos vivir anestesiados en la evasión de la mente.

Mi trabajo para Lammas es éste: vivir la realidad como es y apreciarla tal como es. Por supuesto, me gustaría que las cosas fueran de otra manera y se diesen de otra manera, pero estoy cansada de luchar por fantasías e imposibles. Aceptar parece más sencillo que luchar y mucho más sano. Me rindo a la vida y a lo que ella quiera traerme. La Gran Madre me sostiene y me provee, ¿por qué debería creer que yo sé más que Ella? ¿por qué creer que no estoy en el mejor momento y en la mejor situación posible? ¿por qué no dejar que la vida me atraviese y me transforme? ¿por qué creer que no tengo ya todo lo que necesito en vez de anhelar? ¿por qué no centrarme en mí y en lo que tengo en mis manos, en vez de intentar sostener el aire?

Challenge Get-to-know-you D9: 2 cosas que me gustaría poder hacer

1. Comer todo lo que quisiera sin engordar
2. Manifestar mis deseos inmediatamente en la forma en que los ideo

sábado, 1 de agosto de 2020

Challenge get-to-know-you D7: 4 memorias que no olvidaré


  1. Toda la historia de Héctor 
  2. La eutanasia de Teína
  3. La dedicación como Hija de Iberia
  4. Mi tarta de cumpleaños del 2020
Y muchas más cosas. 

viernes, 31 de julio de 2020

Challenge get-to-know-you D6: 5 cosas sin las que no puedo vivir


  1. Yo misma
  2. Aire
  3. Agua
  4. Comida
  5. Ilusión 

Agorafobia

Ayer sentí un miedo nuevo que no había experimentado antes: miedo a estar en un espacio abierto y no saber dónde ir. Sólo de ver la inmensidad sentía que me quedaba sin aire y buscaba un lugar pequeño donde poder refugiarme. Lo peor de todo es que esto sucedía en la habitación del hotel y la situación era producto de mi mente anticipatoria. Muchas veces mi ansiedad no tiene una razón concreta: me siento amenazada pero no soy capaz de darle una entidad al peligro, lo cual hace más difícil combatirlo, porque es como un enemigo que acecha continuamente, esperando el momento. Agorafobia, sin embargo, nunca había sentido, y no me ha gustado.

Quizás está relacionado con el miedo a la vuelta a la realidad. Se acaban mis días de vacaciones y he de regresar a todo lo que he dejado aparcado. Aquí he creado una burbuja de distancia y la he llenado de montes, bosques y ríos, y esto me ha permitido olvidarme de todo. Pero la hostia de realidad va a ser tremenda.

Pienso que viajar es una especie de evasión. En mi caso, viajar es una necesidad, me da una vía de escape para sobrevivir y me da paz. Quizás soy un poco compulsiva a la hora de hacer mis vacaciones: no concibo estar parada sin hacer nada. Necesito moverme, necesito conocer, necesito experimentar... Lo llevo haciendo tantos años, que ni me planteo la otra opción. Quizás debería.

Ayer, para pasar el calor, decidí echarme la siesta bajo un haya y dejar pasar el tiempo a la sombra. Estuvo bien. Necesitaba parar y no hacer nada. Necesitaba recrearme en el presente de una manera más estática. Porque siempre habrá un horizonte nuevo al que llegar, pero no el momento presente. Y que conste que lo de viajar tiene mucho de mindfulness, ya que te hace estar en el aquí y en el ahora. Especialmente si te pierdes en una carretera sin cobertura. Allí estamos, mi coche y yo, sin responsabilidades, sin obligaciones, sin presiones, sin tener que medir las palabras, sin tener que/querer complacer a nadie, sin tener que interaccionar (lo justo)... Y eso que en este viaje pensé que había sido mala idea venir sola, que estoy un poco cansada de estar sola y no poder compartir con nadie... Y ya ves, si es que tengo el social en ciego.

No sé si todos los destinos son válidos al viajar. Todos traen experiencias, seguro, pero no en todos se puede ser uno mismo. No me gustan los lugares masificados y prefiero evitar las zonas urbanas. El cambio de energía de una zona urbana a una natural es bestial. No es que reniegue de la ciudad, pero ya tengo bastante durante el año, y además representa una versión distinta a lo que soy. En la naturaleza me asilvestro un poco: aquí me convierto en la doncella salvaje que camina descalza por la tierra, la que escala las rocas, la que  explora las cuevas, la que se mancha de barro, la que se zambulle en las pozas, la que se entretiene con las plantas y los animales, la que se pierde admirando los jirones de las nubes... En la ciudad una parte de mí intenta ser así, pero no es fácil. En la ciudad hay otros elementos y otras situaciones.

Yo necesito regresar a la naturaleza para recordar el animal que soy, que es lo que me da poder. La mente está bien, pero es la tierra la que sostiene, la que materializa, la que permite que las cosas sean tangibles y reales. La tierra es la que me ayuda a contener la mente, a darle un ancla, porque si no, mis pensamientos se disparan hacia asuntos irreales y falsos. Cuánto miente la mente, y cuánto nos identificamos con nuestras ideas.

Por eso amo la naturaleza. Por eso mismo, no entiendo esa agorafobia.

"Sólo mira la vida con ojos más juguetones. No seas serio. La seriedad se vuelve como una ceguera. No pretendas ser un pensador, un filósofo. Simplemente sé un ser humano. El mundo completo te está duchando con su alegría de tantas maneras, pero tú eres demasiado serio, no puedes abrir tu corazón". Osho. 


jueves, 30 de julio de 2020

Challege get-to-know-you D5: 6 canciones a las que soy adicta

Otra entrada complicada, porque mira que hay.


  1. "Replica" de Sonata Artica
  2. "Hellowed by thy name" de Iron Maiden
  3. "Touch of evil" de Judas Priest
  4. "My guitar lies bleeding in my arms" de Bon Jovi
  5. "Fading Hours" de Rage
  6. "Come clarity" de In Flames. 

miércoles, 29 de julio de 2020

Querido Pedro

Querido Pedro:

Blanca me llamaba ayer por la mañana para darme la noticia de tu fallecimiento. Parece que te fuiste mientras dormías, y no puedo pensar en una muerte más dulce. Es además una muerte que pega mucho con tu personalidad: tranquila, discreta, y sin querer molestar, como un eneatipo 9. Me conforta mucho saber que ha sido así y que no has sufrido, me da paz.

Quizás por eso llevo bien la noticia. Yo me despedí de ti hace un par de semanas y te encontré tan en paz, que pude aceptar el desenlace sin mayor problema. Dicen que la buena muerte se relaciona con la buena vida, pero no me cabe duda de que la aceptación ayuda a superar el apego a este mundo. Tú habías aceptado tu final y se te veía sereno, en espera de la muerte te llevara. Juraría que eras ateo, pero para mí ahora estás en brazos de la dulce Ataecina que te lleva al otro lado del velo y cuida de tu camino para que no sientas miedo. Esta idea de ir acompañado en el tránsito oscuro también me conforta. Si en cambio ves a Cernunnos, pídele que su canto sea como el de Freddy Mercury.

Y por cierto, te has dado cuenta de que ahora podrás hacer karaokes con Freddy? Te encantaban los karaokes. A mí me llamaba la atención que una persona tan seria y tan correcta tuviera ese gusto. Era como una pequeña concesión al desmadre. Porque siempre estabas en tu sitio, siempre contenido, siempre medido, siempre controlado, siempre manteniendo la distancia con las personas y a raya a los sentimientos. Pero en el karaoke te transformabas y se intuía en ti una pasión reprimida de niño que te hacía parecer más joven y más vital.

Recuerdo una cena de Navidad con karaoke que organizamos Bea y yo para toda la unidad de SIM. Recuerdo que te apuntaste a la lista como Farrokh (yo era Gothikat) y te hice la broma de Farrokhito. Casi me matas, pero en el fondo te hizo gracia. Creo que yo te parecía graciosa. Las cosas que te decía... Era tan franca contigo... Rodrigo decía que a mí me permitías decirte cosas que a otros no, y yo jamás sentí miedo a decirlas por duras que fueran.

Por cierto, no llegasteis a cumplir el trato del karaoke versionando a los tres tenores, mientras que yo os canté "Marinero de luces". Ese año había ganado el PP las elecciones y en el Intermedio escribieron una letra alternativa de la canción "Resistiré" del Duo Dinámico (que curiosamente se ha hecho famosa en el confinamiento del covid), que daba ánimo para soportar los años de gobierno de Mariano Rajoy. Te la cantaron Charles y Alberto y fue un momento muy divertido. Te lo tomaste bien, como siempre.

Como jefe fuiste maravilloso, al menos para mí. A tu lado todos los problemas parecían diluirse y eso daba mucha calma. A veces parecías impasible, como si nada importase. Solamente te vi nervioso en la primera review del proyecto Master que liderabas. Por eso supe que era importante para ti. No sé si otros lo captaron.

Te casaste en medio de las propuestas de una call de ICT del FP7. A veces tenías estas salidas incomprensibles, que para mí eran como un poco de vapor de tu olla exprés interior saliendo por la pesa. Nos dejaste un marrón de cuidado y a Enjuto Mojamuto de responsable.

Pero luego tenías grandes gestos de responsabilidad, como venirte conmigo a la review de MASSIF. Yo no lo necesitaba, porque lo tenía controlado y, además, venía Rodrigo conmigo, pero quisiste venir a apoyarme. Recuerdo que fue mi primera review de coordinación y que estaba nerviosa. El día previo al viaje mi madre insistió en que me tomase un lesatin. Pero en vez de una pastilla de 150gr me dio una de 350gr. No tuve nervios en toda la rewiew porque estaba bajo el efecto de las drogas. Paolo Verissimo vino a decirme que tenía que estar calmada, y yo te pregunté: "acaso parezco nerviosa?". Si estaba drogada!!! De hecho, recuerdo encontrarme contigo en el aeropuerto y avisarte de yo yo suelo dormir en el avión, y caer como una ceporra a tu lado mientras tú trabajabas. Qué vergüenza. Menos mal que no me lo tenías en cuenta.

Y vaya mierda de review que fue: Rodrigo intoxicado por la langosta de la cena, el reviewer español en contra, parando a Ricardo para que su "honor" no nos trajese más problemas... Nos dieron por todos lados, pese a que el proyecto iba bien y la review estaba bien preparada.

Por cierto, que sepas que mientras escribo esto, se oye un quejido fuera de la casa continuo. No sé qué es. Te imaginas que fuera un lobo?

A ti te gustaba hablar de política. Es parte de ese alazo 1 que tenías, que necesitabas cambiar el mundo porque creías que no estaba bien. Por supuesto, tenía que cambiar conforme a tus ideas, las únicas "correctas" . Te definías como neoliberal y suscribías el modelo de Esperanza Aguirre. Estabas empeñado en decir que yo también era neoliberal y yo todo el rato rebatiéndolo. Porque te encantaba debatir, aunque el resto no compartiera tus ideas. Creo que había cierto intento de evangelización, aunque jamás imposiciones o arrogancias. Siempre me han parecido un ejemplo de concordia los debates que teníais en la comida Alberto, Darío y tú sobre la política y la situación del mundo en general. Pero a mí me aburría hablar siempre de los mismos temas, por eso dejé de acompañaros. Por supuesto, mis temas te parecían un horror, aunque te vi preocupado por mí cuando pensaste que quizás había acabado en una secta. O peor aún: un grupo de feminazis anarcas!

Eras pura razón y pura lógica. Quizás demasiado. No llegabas a entender la condición humana y creo que eso te hacía tomar decisiones poco empáticas. La gente te habría seguido a cualquier parte, pero necesitaban algo más de cercanía por tu parte. Luego te sorprendía que yo tuviera más información que tú o que supiera leer a la gente y las situaciones mejor. Creo que eso te intrigaba porque era ajeno a ti. Aun así, me diste la confianza para ser tu segunda, por "emocional" que yo fuera, según tú. El día que me lo dijiste me supo a cuerno quemado, porque para mí ser emocional no significaba tener el juicio nublado o tomar decisiones equivocadas, simplemente tomábamos decisiones desde perspectivas y sentimientos distintos. Y créeme que luego he sido juzgada por otros por ser fría. Para que veas, que el nivel de emotividad es subjetivo. En todo caso, yo procuraba el bien de los proyectos, el grupo y el tuyo, por eso te animaba continuamente a hacer reuniones donde poder aglutinar a la gente. Que mira que te costaba.

Siempre te dije que tú jamás me habrías contratado, porque entonces buscabas fundamentalmente a programadores tipo nerd, que cuadraban con tu idea de candidato válido. De verdad, qué mal se te daba calar gente. Recuerdas a "caballo blanco"? Cantaba la traviatta, no sé cómo no lo viste. Bueno, creo saber por qué: te viste reflejado en él, en su forma de ser, en su traje... Pero nada que ver. Menudo cantamañanas!

En mi caso, yo entré por Aljosa, que entonces era tu jefe. Recuerdo que en la entrevista me dijo que tenía tres grupos: seguridad, media y lo que hoy es sector público, y me preguntó dónde me veía. Yo no me decidí, porque entonces yo venía del hardware y hacía un cambio a la gestión, y me daba igual un sitio que otro. Qué suerte tuve de que Aljosa me pusiera contigo,aunque al principio estuve trabajando directamente con él.

Yo te he sido muy leal, porque te ganaste ese derecho. Incluso era leal cuando me enfrentaba a ti, como esa vez que llegué a dimitir de la coordinación del proyecto WITDOM porque me negué a hacer una cosa que querías: acusar a los socios de la situación del proyecto. No sé si llegaste a entender mis razones. Para mí, los consorcios son mi manada y me gusta cuidarlos a todos. No es Atos y los demás, sino un grupo único, cohesionado y en una misma dirección. Sé que suena idealista, pero es mi forma de entenderlos. Por eso, no podía acusar a otros de la mala marcha del proyecto, porque era yo quien estaba al frente y la responsabilidad era mía, y porque Atos tampoco estábamos como para dar lecciones a nadie. Y salió bien.

También en Driver habría salido bien de haber llevado yo la dirección. Pero no quise participar en ello y te agradezco que no me obligaras a trabajar con alguien a quien no podía someterme. Y, mira, se demostró que yo tenía razón. Siento que tuvieras que dar un paso adelante y llevar tú el peso de aquello. Lo hiciste muy bien.

Despunta la mañana y tengo que despedirme. Solamente quería enviarte esta carta para recordar algunos de los momentos que hemos vividos y para decirte adiós. Nos hemos dejado cosas por hacer, como ese karaoke o ese concierto de Devin Townsend, tendrá que ser en otra vida. No me he cambiado a simyo ni me he comprado el umidigi, y tenemos por ahí unas criptomonedas que no sé qué habrá sido de ellas. Y seguiré votando a la izquierda, por mal que te pese.

Te doy las gracias por todos los momentos que hemos vivido juntos, por los recuerdos que me quedan, por la confianza que me tuviste y por las oportunidades que me diste. Fuiste una persona fantástica y te he querido mucho. Te voy a echar de menos. Nos vemos al otro lado del velo.

Hasta pronto

Challenge get-to-know-you D4: 7 miedos o fobias

Ésta entrada es difícil porque hay mucho donde escoger y poco para expresar. Pero ésta es mi lista:

  1. Fobia social. Quizás con cierta misantropía.
  2. Decidofobia. Porque no me gusta equivocarme, aunque lo hago con frecuencia. Errar es humano, pero lo llevo mal por mi condicionamiento infantil.
  3. Elenterofobia. Y sin embargo, me meto sola en cada berenjenal. 
  4. Aerofobia. Parece mentira, pero es así. Es algo que fui desarrollando debido al trabajo. No deja de ser un miedo a la muerte.
  5. Fotofobia. Que no es que no me guste la luz, es que me hace daño en los ojos. 
  6. Aracnofobia. Si están lejos o controladas, no hay problema, pero fuera de ese contorno me produce una aversión biológica que no puedo controlar. Y esto para muchos insectos también, como las polillas (motefobia).
  7. Metatesiofobia. Y cómo me resisto. 

lunes, 27 de julio de 2020

Challenge get-to-know-you D3: 8 cosas que me molestan


  1. El calor
  2. Hacer cola
  3. Buscar aparcamiento 
  4. La actitud incívica de la gente (y esto engloba tantas cosas)
  5. La prepotencia 
  6. El victimismo
  7. Que me tomen por tonta
  8. Que me den por hecho

sábado, 25 de julio de 2020

Challenge Get-to-know-you D2: Nueve cosas que hago cada día


  1. Respirar 
  2. Remolonear en la cama antes de levantarme
  3. Beber agua en ayunas
  4. Comer
  5. Dar mimos a mis gatas 
  6. Hidratar la piel
  7. Mirar el móvil
  8. Cerrar la puerta con llave
  9. Hablar con la Diosa

Un amor a tu altura

Mereces un amor que te rompa los miedos, que sea digno de ti: sin reservas, real, duradero, comprometido, fuerte, comprensivo, leal. Mereces un amor que contribuya a tu libertad, que sepa ser el aire bajo tus alas y la tierra buena y fecunda sobre tus raíces. Mereces un amor que no se mude, uno que nunca deje de ser.

Mereces un amor sin horarios y sin espacio para terceros. Mereces un amor que aprecie la quietud de tu silencio, que no te exija nada, que te acepte, que reconozca tu valía. Mereces un amor que entienda que tu pasado no le pertenece, que reconozca el privilegio de estar en tu presente y que anhele construir junto a ti un futuro.

Mereces un amor que no te quiera perder, que no te hiera intencionalmente y que no tarde en perdonar. Mereces un amor que te haga sentir con vida, que te inspire a crecer, que te rete; un amor por el cual luchar, un amor que despierte no sólo pasión, sino también respeto y admiración. Mereces un amor que te traspase, que sea capaz de llegar a los rincones más fríos y oscuros de tu alma, uno que no se quebrante ante tus miserias, uno que sea capaz de cubrir tus faltas.

Mereces un amor que disfrute tus locuras, que soporte tus crisis y procure calmar tus enojos; un amor que no pretenda cambiarte, que te deje ser, que te motive a soñar y que crea en ti. Mereces un amor sin excusas, generoso, paciente, bondadoso, con límites sanos, maduro y firme.

En pocas palabras: mereces un amor a tu altura.

Autora: Selene Mota

Corolario: amor propio. 

viernes, 24 de julio de 2020

La competición del dolor

Es cierto que todos nos habituamos a una química concreta del cuerpo, pero hay gente que potencia el estar mal y sentirse mal. No solo eso, sino que además compiten por ser la persona que más sufre en el mundo. Son los más diferentes, los incomprendidos, aquellos a los que la vida odia más que a nadie.

Tienen el copyright del dolor, por lo que no van a consentir que a su alrededor haya alguien más que demuestre un nivel comparable al suyo. Incluso, tienden a minimizar el dolor ajeno, como si estuviese menos justificado.
Se amparan en cualquier argumento que les permita mantener su estatus, siendo desconsiderados y crueles incluso.
Sufren mucho, pero carecen de toda empatía.
Les encanta verter su mierda en las redes, no solo como una forma de desahogo, sino en búsqueda de una atención que les haga sentir especiales.

Lo peor es cuando no sabes que estás entrando en competición con ellos.
Te abres, compartes tu pena (con lo que cuesta) y sí, al principio quizás se muestran cariñosos y comprensivos, hasta que su mente hace click y se polarizan hacia retener el título de los campeones del dolor. Entonces tu pena no vale nada y ya no mereces el consuelo que prometían inicialmente.

En este caso, no puedo culparla del todo, porque ella no tenía toda la información y se había formado una imagen de mí que no se correspondía totalmente con la realidad. Ahora quizás se siente engañada y, sobre todo, descolocada.
No tengo por qué justificarme, pero le he ofrecido una explicación desde mi perspectiva.
Todo lo demás son ataques para sentirse mal, para regodearse en esa sensación de sufrimiento a la que es adicta.
No voy a alimentar ese troll; bastante tengo con lo mío en estos momentos.
Me daría pena que nuestra amistad cambiara, pero llegados a este punto, ya me da igual perderla también a ella.

Al final sí voy a cumplir la profecía de la autosuficiencia. La autarquía emocional.

Get-to-know-you challenge

Debido a los últimos acontecimientos, me estaba planteando abandonar este blog. Pero mientras me lo estoy pensando ha surgido el tema de los desafíos online, que es algo que suele gustarme. He encontrado varios, más o menos complejos y largos, y finalmente me he decantado por éste que parece más asequible. Diez días que no necesariamente tienen que ser seguidos, pero que tienen que ver mucho conmigo. El problema va a ser escoger, que suele costarme.


Empiezo por el primero: diez hechos aleatorios sobre mí misma:

  1. Mi nombre se debe a una leona, por eso considero al león como mi animal de poder.
  2. Mi helado favorito es el de turrón.
  3. Estoy dedicada a la diosa Iberia.
  4. Nací con una marca familiar en la espalda que tuve que quitarme por la paranoia de mi madre sobre el cáncer.
  5. Se me dan bien las estructuras.
  6. De bebé me dejaron en un surco del campo y una rapaz se interesó por mí.
  7. De pequeña casi me muero porque me bajaron la temperatura corporal demasiado y no había forma de remontarla.
  8. He dormido al raso un par de veces (no lo recomiendo, hace mucho frío).
  9. He estado en Tokio.
  10. Tengo ansiedad basal.

martes, 21 de julio de 2020

El esqueleto en el armario


Y, de repente, me veo convertida en eso: un esqueleto en el armario de alguien. Un secreto del que nadie supo jamás y que fue fácil sacrificar porque no existía para el mundo, no importaba en aquel mundo.

Allí solamente era un pedazo de carne sin sentimientos, sin necesidades que contasen. Porque nunca fui alguien, sino algo, un objeto de usar y tirar. Por eso fue fácil arrinconarme en el olvido, sepultarme bajo cientos de sacos de arpillera llenos de excusas y argumentos con los que silenciar la conciencia y creer que estaba justificado asesinarme y olvidarme. Porque tu egoísmo cruel fue la mano que me sentenció.

A veces el viento se cuela entre mis costillas y hace resonar mi pena.
A veces el viento hace bailar la hoja de la daga que atravesó el lugar donde una vez estuvo mi corazón.
A veces el viento transporta el sonido de mis lamentos a través de las rendijas y le da una melodía trágica y hermosa.

Porque mi sentimiento era hermoso, dulce y puro. Inmenso. Y entre las cuerdas de un arpa habría sonado a melodía celestial, como la nieve sin pisar en las cumbres de las montañas, como la luz del sol filtrada entre las hojas de los árboles.

El cuerpo y el corazón mueren, pero ¿muere el sentimiento? O ¿acaso es como el sonido que no tiene fin? Hay palabras que quedarán expresadas en el mundo para siempre, esperando que una frecuencia las haga vibrar de nuevo. Hay recuerdos que quedarán enterrados en el mar del olvido, como el tesoro de un barco hundido perdido de los ojos del mundo y su memoria. Palabras y recuerdos que fueron mi verdad, pero no la tuya; que fueron mi razón, pero no la tuya; que yo amé, pero tú no.

Mis lágrimas, convertidas en piedra, me hunden más y más abajo. Su peso es mi losa, una losa sin nombre que recordar., una tumba sin flores abandonada. Su peso es la losa que portarás siempre, porque eres culpable de esta muerte, por muy perfecto que haya sido el crimen. Afortunadamente para ti, no tienes remordimientos ni escrúpulos que te impidan dormir. Y es el sueño el que trae el olvido.

miércoles, 15 de julio de 2020

Misericordia

Cuando era pequeña, mi madre, gran seguidora de las convenciones sociales, fue a visitar a un enfermo a su casa. Yo no entendía la situación porque, supongo, me daba mucho reparo, igual que me apetecería poco ir allí. Ella me dijo: "hay que mostrar misericordia a las personas". No entendí a qué se refería, pero se me quedó grabada la frase porque la palabra "misericordia" era complicada y enigmática. La RAE la define como "Virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenos", algo que como eneatipo 2, mi madre tiene interiorizado profundamente, pero yo no.

Aun así he aprendido algo sobre la misericordia a lo largo de los años, poniéndola en práctica en más de una ocasión. La más reciente fue ayer, visitando a mi amigo que está muriendo de un tumor cerebral.

Pensaba que no iba a poder despedirme, desde que me anunciaron que su viaje a Alemania había sido decepcionante. Descartado por todos los médicos, solamente le quedaban los cuidados paliativos, y a nosotros alguna notificación de su marcha. He rezado mucho a Ataecina por él, pidiéndole a la Diosa de la muerte que le dé paz y amor en este tránsito que realiza hacia el otro lado del velo, igual que consuelo para los que nos quedamos aquí. No podía hacer más.

Pero el sábado llamó su mujer diciendo que él quería verme, a mí y a otros compañeros del trabajo, y que arreglásemos la forma de visitarlo. Finalmente acudimos ayer dos personas, dos que llevamos mucho tiempo con él, que hemos formado parte de su equipo, que hemos compartido muchos momentos juntos, que lo queremos. Y con el corazón un tanto acongojado, nos plantamos ayer en su casa para despedirnos.

Yo le había comprado unas cervezas para agasajarlo. Era una mezcla de cerveza y pomelo que descubrió en un viaje que hicimos en Berlín a cuenta del proyecto MASSIF. Quería que rememorara aquel instante como uno de esos momentos compartidos. Pero cuando su mujer nos comentó su estado, descarté la idea, porque sentía que era inapropiado. Ahora me beberé las cervezas a su salud. Posiblemente me guarde una para el día en que me informen de su fallecimiento, para brindar por él. Me gustaría poder ir al cementerio a visitarlo alguna vez.

Creo que tuvimos suerte con el instante. Su mujer nos dijo que el día anterior se encontraba bastante mal y hubo que suspender las visitas. Ayer lo encontré sereno y tranquilo, considerando que además estaba bajo los efectos de los medicamentos. Estaba consciente y se alegró mucho de vernos, así como de recibir tantas muestras de cariño por parte de la gente con la que tenemos contacto. Le costaba hablar y prefería escuchar, con los ojos cerrados, sonriendo de vez en cuando al escuchar ciertas cosas que íbamos contando.

Hubo un momento muy especial, cuando decidió compartir una canción con nosotros. Fue una situación rara, de esas que escapa al entendimiento, pero no al corazón. Eligió la canción "looking for someone" de Genesis para nosotros, no sé por qué, pero supe que se trataba de una forma de conexión diferente y que aquel era un instante único. Para mí, esa será su canción a partir de ahora.

Creo que no volveré a verlo salvo en el ataud, si es que me da tiempo a llegar. Me quedo tranquila sabiendo que he podido despedirme y decirle que le quiero. Al final del viaje quedan el amor y los recuerdos. Me quedo tranquila además viendo todo el amor que tiene a su alrededor. Está muy bien cuidado por los suyos, especialmente por su mujer. Me pareció tan bonita la forma en que ella lo trata, con esa consideración, esa dulzura, esa suavidad, esa ternura, esa delicadeza, como si él fuese algo valioso y maravilloso (que lo es). Si tuviera que elegir una palabra para nombrarlo sería "devoción", pero sin ninguna mala connotación, como fanatismo. Es un amor muy tierno y cálido, el amor que todo el mundo debería poder tener en su vida. A mí me encantaría tener a alguien que me demostrara un amor así. Me alegré mucho de que él pudiera disfrutarlo y me alegré mucho de poder ser testigo de un amor semejante.

Aguantar el tipo no es fácil, pero lo conseguí. Esto es cosa de las mujeres de mi familia, que son duras y fuertes, y apenas se desmoronan y si lo hacen es en la oscuridad, donde quedan refugiadas por la discrección y el amparo de la sombra. Eso sí, me he despertado como si me hubiese pasado un camión por encima y estoy tremendamente cansada. Además creo que necesito reprocesar toda la experiencia aparte, porque es posible que la haya bloqueado. Así que me queda trabajo y muchas lágrimas para poder sanar la experiencia.

"Looking For Someone"

Looking for someone, I guess I'm doing that,
Trying to find a mem'ry in a dark room.
Dirty man, you're looking like a Buddha,
I know you well - yeah.

Keep on a straight line, I don't believe I can,
Trying to find a needle in a haystack.
Chilly wind you're piercing like a dagger,
It hurts me so - yeah.

Nobody needs to discover me,
I'm back again.
You see the sunlight through the
Trees to keep you warm,
In peaceful shades of green.
Yet in the darkness of my mind
Damascus wasn't far behind.

Lost in a subway, I guess I'm losing time,
There's a man looking at a magazine.
You're such a fool, your mumbo-jumbo
Never tells me anything - yeah.

Nobody needs to discover me,
I'm back again.
You feel the ashes from the
Fire that kept you warm.
Its comfort disappears,
But still the only friend I know
Would never tell me where I go.

Looking for someone,
And now I've found myself a name.
Come away, leave me,
All that I have I will give.
Leave me, leave me,
All that I am I will give.

domingo, 12 de julio de 2020

Despedidas

El amanecer suele ser un bálsamo para mí alma, con su silencio, su tranquilidad y su frescor. Un momento de serenidad antes de que el día tome impulso y el bullicio tome la realidad. Hoy, incluso, ha llovido, como si el día quisiera acompañar mis lágrimas nocturnas. No he dormido bien, no he dormido mucho, llorando por todas las despedidas que voy a tener que hacer en un plazo corto.

Son despedidas distintas pero todas son una pérdida definitiva. Todas van a dejar un vacío muy grande y una gran pena. No son fáciles para mí y siento como si el alma se me desgarrara de dolor. Hacía un tiempo que no sentía esto y no esperaba sentirlo tan pronto. Y seguramente no estoy sintiéndolo en toda su fuerza, intentando desviar la emoción hacia otro lugar para que no me engulla. Porque no soy capaz de sostenerla. 

Solamente me apetece llorar y dormir, las dos grandes curas. La tercera sería el agua, pero ahora mismo no estoy para ella. De hecho, voy a cancelar la reserva de la piscina. No sé sostener la emoción, no sé despedirme, no sé hacer el duelo. Y me siento tan abatida que ni fuerzas me quedan para nada más. Estoy muy cansada anímicamente. 

Nadie te prepara para la muerte, sea literal o metafórica, como si nunca fuéramos a pasar por ello. Nadie te enseña cómo afrontar la pérdida. Pero todo mueren y tú te quedas aquí, aturdido de dolor, intentando mantener juntos los pedazos de ti que se han desgajado, intentando que tu corazón no se resquebraje. Intentando seguir adelante cuando ni siquiera sabes a dónde vas, ni para qué. Nada tiene sentido. 

Cómo acompañas a alguien que va a morir? Qué le dices? Qué haces? Cómo te comportas? Porque tú no eres importante, pero quieres hacerle saber a la otra persona que ella sí lo es, que es querida y admirada, que su vida ha tenido sentido simplemente por haber tenido una influencia en la tuya, que agradeces tantos recuerdos juntos. Pero temes ser torpe y caer en un lenguaje banal y manido que cause más dolor que ayuda. Y da miedo. Pero da más miedo no poder decir adiós. Quizás me da más miedo por mí y por el impacto que puede tener la experiencia. No es que no haya pasado por esto antes, pero me abruma el tener que pasar por ello nuevamente, no sabiendo si podré mantener la templanza. Pero es ahora o nunca. No habrá otra oportunidad, salvo en el cementerio, una vez que el ataud baje a la tierra.

Cómo te despides de alguien que se marcha para no volver? Con quien no vas a volver a hablar? A quien no vas a volver a ver? Una decisión unilateral en la que te quedas fuera, como siempre, porque nunca has importado las suficiente como para ser una variable. Porque no te han planteado posibilidades de seguir en el juego. Un juego que has jugado a pesar de las dificultades, por el que has sacrificado tanto y en el que has puesto tanto. Un juego en el que te has entregado en cuerpo y alma porque no sabes darte si no es entera. Has apostado y has perdido, como siempre. Y a nadie le importa si ahora estás hecha añicos y no sabes cómo vas a superar el dolor.
Entiendes el porqué de la decisión, pero no querías ser el lastre del que se desprende sin consideración y sin contemplaciones. En el fondo, esperabas significar algo, pero nuevamente te has dado de bruces con la realidad, esa realidad que siempre estuvo ahí y nunca quisiste ver: no eres suficiente, no vales nada, no importas nada.

Y cómo te despides de algo que querías y que no va a ser jamás? Un sueño que tanto deseaste y que muere para siempre? Y cómo matas esa parte de ti que tanto anhelaba ese sueño? Cómo aceptas lo inevitable? Cómo te rindes si te niegas a aceptarlo? Como calmas esa parte de ti que aulla de desesperación? 

Y habrá más pérdidas. 

Así que ahora miro el vacío y duele. Duele tan insoportablemente. Y me doy cuenta de que me siento perdida en un lugar muy frío y oscuro, y que no sé dónde está la salida, si la hay. Y no es la primera vez que estoy aquí, pero había olvidado cómo se siente uno en el destierro y el olvido. 

viernes, 10 de julio de 2020

Volví a mí y sucedió la magia

Dejé de insistir donde no había lo que buscaba.
Dejé de pedir en manos cerradas
Dejé de esperar en sillas ocupadas.
Dejé de intentar en un cuerpo ajeno.
Dejé de pretender que el otro entendiera.
Dejé de poner los ojos y la esperanza en corazones que no querían latir al lado mío.
Y entonces, magia.
Magia.
Volví a mi, como único destino posible.
Volví a mi, como único camino disponible.
Volví a mi, como el único reencuentro pendiente.
Volví a mi y pude verme las costillas, los dolores y mi alma deshidratada, pidiendo agua.
Y me recibí. Me acaricié. Me perdoné. Me recosté sobre mi hombro. Me nombré con mi propia voz. Y me encontré. Distinta pero intacta. Me tuve otra vez. Me tengo otra vez.
Y entonces, magia.
Tengo las llaves de las puertas que quiero abrir. Acá, adentro.
Afuera solo están las cerraduras.
Pero yo decido dónde y de mí depende cómo.
Yo decido dónde.
Yo elijo cómo.

Lorena Pronsky

jueves, 9 de julio de 2020

La muñeca de trapo


Toman decisiones sin tenerte en cuenta y luego esperan que no te afecte, que no reacciones mal, que no te duela.
Como si fueras una muñeca de trapo para usar y tirar.
Como si te pudiesen maltratar sin consecuencias ni reproches.
Como si no tuvieses el derecho de expresar tu dolor, tu malestar, y todo ese sentimiento de sentirte ninguneada, despechada, maltratada.
Porque para las buenas está cualquiera, pero para las malas no.
Todo tiene que ser rosa o aséptico.
Pues será aséptico.
Mi dolor me lo quedo yo, mis heridas las remiendo yo, mis cicatrices las trato yo.
Mis jirones los recojo yo y los coso yo, y también busco el relleno con el que cubrir las pérdidas.
Mis lágrimas las seco yo, el ataque de ansiedad lo calmo yo, el abrazo reconfortante me lo doy yo.
Como siempre.
Porque a nadie le importo una mierda, salvo a mí misma.
Es una época de pérdidas.
Estoy harta de perder siempre y creo que lo voy a perder todo.

miércoles, 8 de julio de 2020

Embodiment



Llegó por fin uno de los días grandes de la Espiral, ése en el que nos explicaban por fin cómo hacer la mítica corporización de la Diosa, también llamado "embodiment". El embodiment es una herramienta que utiliza la sacerdotisa durante algunas ceremonias prestando su cuerpo a la Diosa para que la comunidad pueda tener una experiencia con ella. Normalmente se trata de recibir un mensaje directo de la deidad invocada, pero es mucho más: es poder sentirla a través de la sacerdotisa. En alguna otra tradición a esto lo llamarían "posesión", pero no es exactamente tan desagradable como uno pueda imaginar.

Tenía muchas reservas por el proceso debido a mi naturaleza mental. La experiencia se basa en una rendición de la sacerdotisa a la Diosa, permitiendo que sea Ella la que use su cuerpo para manifestarse en el mundo. Es también una rendición de la comunidad a la Diosa a través de la experiencia. Por ello, es muy difícil de explicar el mecanismo. Pasos hay, pero las sensaciones son bastante indescriptibles como para poder transmitir algo que sea entendible o comprensible. Mucha gente opinará que estoy loca o que me invento estas cosas.

La sensación más clara que puedo describir procede de la "aspectación", una primera práctica que requiere una menor rendición a la energía divina. El mecanismo es el mismo que el del embodiment, pero difiere en el grado de consciencia. Decidí invocar a la Diosa Ama Lur, la madre tierra, porque fue la Diosa que me tocó invocar al abrir la sesión y es una diosa con la que me siento bastante cómoda. Así que me senté para conectar y, transcurridos unos minutos, sentí una energía subiendo de la tierra que entraba por mis pies y se iba convirtiendo en piedra a su paso. No perdí la consciencia en ningún momento, pero supe que no hablaba yo porque las palabras fluían solas y porque miraba a la gente directamente a los ojos, algo que no suelo hacer generalmente.

Como aperitivo estuvo bien, pero llegó el "oráculo" y fue mucho más. Seguí con la diosa Ama Lur para conectar. Supongo que lo hice rápido porque acababa de conectar con Ella en la aspectación. A diferencia de ésta, en el oráculo el mensaje es personal. La persona se acerca al oráculo y formula su pregunta, que es respondida a través de la sacerdotisa. Yo recuerdo los momentos en que las personas se acercaban a preguntar, pero no las respuestas. Ahí me fui. ¿A dónde? Ni idea. Yo solamente recuerdo que al terminar fue como si me despertasen de un sueño y que estaba muy mareada y sudando. Tomé agua, chocolate, me refresqué...todas mis lovelies me acompañaron para poder bajar mis raíces al tierra, hasta que fui consciente de que estaba de regreso. Fue, sin duda, la práctica más exitosa de la tarde.

Quedaba el embodiment. Tuve un momento de miedo como el que he sentido antes de la anestesia general: sabes que te vas a dormir, pero no quieres rendirte. Esto fue lo mismo: no quería perder el control. Quizás por eso, no entré tan profundamente en ese estado de inconsciencia que tuve en el oráculo. Habría querido llamar a Ama Lur también, pero cuando me dieron un velo azul, me fui al agua y llamé a Domnu. El agua se me da bien y conseguí conectar con Ella. Su energía era muy diferente a la de Ama Lur, ciertamente, más ligera y fluida, pero también profunda y oscura. Y di los mensajes, pero no me fui tanto, así que nos ahorramos en parte el espectáculo anterior de la borrachera espiritual.

Acabé agotada después del encuentro. Al llegar a casa me moría de hambre y esta mañana me he levantado como si me hubiese arrollado un camión. También he soñado mucho, pero solamente recuerdo fragmentos de agua y cristales rotos. Aun así estoy bastante contenta con el resultado, sobre todo porque parecía algo inviable. Me gustaría volver a practicar pronto.

Ya casi estoy preparada para la dedicación.

lunes, 29 de junio de 2020

La reina blanca


Ella siempre se sintió como una torre en el tablero, pero, en realidad, era una reina blanca. Como tal, su misión siempre fue proteger a su rey en cada partida, y se encomendó a esa tarea con todas sus energías. Durante años, ella creció a la sombra de su figura, de la que aprendió todo lo que tenía que saber para moverse por el tablero con competencia y solvencia. Era un buen rey por el que pelear, a pesar de que tenían sus diferencias de opinión: él era pura lógica, razón y analítica; ella era más intuitiva y visceral. Sin embargo, se complementaban bien y hacían un buen equipo, sobre todo porque él la escuchaba y la tenía en cuenta, siendo consciente de que ella aportaba cosas que él no podía abarcar. Quizás el fuerte de ella era su intuición para las personas, haciéndole ver situaciones de las que él no se había percatado. Y él le permitía hablar libremente con toda la franqueza de la que ella era capaz.

Pero un día él la sacó del tablero y la obligó a crear su propio reino. Allí no había rey por el que pelear ni que pudiera protegerla: ella era soberana absoluta de su territorio. A ella le costó encajar la situación, pero él fue firme sobre su decisión de no permitirla retroceder. Terminó por encajarlo a su pesar, aunque él nunca llegó a perder su lealtad: ella estaría siempre para él, siempre que él lo permitiera.

Un día la reina recibió la noticia de que su antiguo rey y señor decaía. Fue una noticia no del todo inesperada, pero no bien recibida. Él había optado por retraerse a su mundo y no permitir que nadie entrara en él. La reina respetaba su decisión, pero se sentía un tanto rechazada, tremendamente triste, y muy dolida por la impotencia de la situación. Ya había estado en esa situación anteriormente, aunque eso no hizo que fuera más fácil: ¿cómo dejas marchar a alguien que quieres? ¿Cómo te despides de alguien a quien no vas a volver a ver? ¿Cómo haces para acompañar (sin invadir) y al mismo tiempo sostenerte? Solo quedaba esperar el desenlace y prepararse para el duelo que llegaría. Y mientras, la única forma de honrar su memoria era seguir adelante, agradeciendo todo lo aprendido, las oportunidades y los momentos vividos a su lado. Su reino todavía la necesitaba, pero ella estaba rota.

viernes, 26 de junio de 2020

Quiero tu fuego

🔥✨TE QUIERO COMPLETO
QUIERO TU IRA, QUIERO TU FUEGO🔥✨

“No seas espiritual conmigo, amor mío.
¡Seamos honestos, mejor!

Enójate conmigo.
Dime cómo te sientes en realidad.
Dime lo molesto que estás.
Háblame de tus miedos. De tus heridas.
Grita. O llora. Muéstrame tu vulnerabilidad.
Expresa lo que hay en tu corazón.
Dí lo incorrecto. Arma todo un lío.
No me importa. Podemos limpiar más tarde.
Sólo quiero conocerte.
Ahora.

No esperes hasta tener las palabras perfectas.
No esperes hasta que tu precioso fuego se haya apagado.
O hasta que tus lágrimas se hayan secado dentro de ti.
No tiene nada de malo ser un desastre.
Seamos un desastre juntos.
La ira no es ‘poco espiritual’.
Es belleza. Es poder.
Es el fuego que derrama tu luz.

Quiero conocerte más allá de la máscara.
Más allá del niño lindo, de la niña buena.
Del estudiante espiritual bien entrenado.
Del experto. Del calmado.
De aquel a quien nunca se le permitió levantar la voz.

¡Quiero sentir tus malditas llamas!
¡Quiero sentir tu verdad!
¡Tu pasión! ¡Lo que necesitas! ¡Lo que deseas!
¡Tus anhelos no correspondidos! ¡Tus esperanzas frustradas!

Que no te preocupe lastimarme.
Solo deja que la vida hable a través de ti.
Ahora.
Yo me haré responsable de mi propio dolor.

Por favor. Prefiero recibir tu ira pura ahora
que años de historias, culpa, resentimiento,
y agresividad pasiva.

Deja ir toda esa mierda espiritual.
Sólo dime cómo se echó todo a perder.
Lo vamos a abrazar juntos.

No me dejes fuera.
También me muero de miedo y así es perfecto.

Saquemos todo a la luz.
No te avergonzaré.

Te aseguro que podremos continuar desde allí.”

 -Jeff Foster

viernes, 19 de junio de 2020

Dos años



Querido BH:

Hace dos años que te marchaste. Ahora debería estar preparándome para acompañarte a dar tus primeros pasos y, en cambio, aquí estoy, pasando el duelo. He aprendido a vivir sin ti y sin la vida que podríamos haber tenido. Tu recuerdo se ha suavizado, aunque todavía hay ciertas situaciones que me recuerdan tu existencia y que me hacen llorar. Sobre todo las memorias de Facebook, que me ofrecen instantáneas de los días previos y me hacen recordar aquellos días, cada instante vivido, cada ilusión creada.

¿Sabes lo que más recuerdo? El día que escuché tu corazón por primera vez. Un corazón fuerte y rítmico, lleno de vida. En ese momento parecía imposible que pudiera apagarse. Y ya ves. Guardo la ecografía de aquél día. Hasta ahora había escogido la foto de un bebé para representarte y poder conectar contigo, pero me he dado cuenta de que ya tenía una foto tuya real. Me pregunto si sería posible escanear la onda y reproducirla. Aunque el sonido nunca muere, así que tus latidos se escucharán por siempre en este mundo. También mis sollozos.

Hace tiempo que te extraño en silencio y a solas. Me parece que a nadie le importa ya si una vez exististe y el dolor que siento por tu pérdida. Pero no querría que fueras un excluido del sistema, no si por mí queda. Te recordaré junto al resto de los que he perdido alguna vez y llevaré flores a una tumba que no es la tuya para recordar lo que te quise. A veces quiero creer que llegaste al mar y te fundiste con el gran azul. Es una idea que me parece preciosa. Siempre quise que parte de mis cenizas llegaran al mar también.

Hoy, en tu honor, visité la tumba de tus bisabuelos y tus tatarabuelos. He llevado cristantemos amarillos, porque es una de mis flores favoritas. La dependienta de la tienda me ha regalado dos gladiolos blancos. He leído que el gladiolo blanco representa la guía que deberá seguir el difunto para alcanzar la plenitud celestial y que descanse en paz. Ojalá tú hayas llegado hace tiempo al país del verano. Y ¿sabes qué ha sucedido al visitar la tumba? Que ha venido una mariposa blanca a posarse en un matojo de caléndulas vecinas. También me he dado cuenta de que ayer se celebraba el obituario de tu tatarabuela Rosa.

Paz me dijo una vez que tenía que celebrar los obituarios desde la vida y no desde la muerte. Así que me he vestido de rojo y me he ido al cementerio. Ella no se refería a esto, pero me ha parecido importante vestirme del color de la vida. Creo que el contraste contra el gris de las lápidas es bastante llamativo. Por eso las flores lucen tanto. Me he dado cuenta de que una tumba es como un altar. Es un punto focal para conectar con mis ancestros y los seres que he amado, también animales. No me importa del todo si tu nombre no está grabado en la lápida, porque estás unido a las personas que allí descansan. Tampoco me importan las cruces cristianas que se muestran, porque respeto las creencias de mis antepasados y su legado, aunque yo ahora haya elegido otro camino. Y mientras pueda, seguiré honrando su memoria y su historia, aunque haya recuerdos dolorosos. Puede que sea la única que quede visitando ese lugar.

Mañana es el solsticio de verano y habrá un eclipse solar en Cáncer el domingo. Un tiempo de renacimiento en lo que a lo "familiar" se refiere. Nuevos hogares, nuevas zonas de confort, nuevas formas de autocuidado, nuevas formas de "llegar a casa". Es todo como muy simbólico. Han sido dos años muy duros, aunque ninguno como el 2018.

Pero la vida sigue y yo tengo que acompasar su ritmo. Gracias a ti se abrieron nuevos caminos que antes no veía. Gracias a ti descendí al inframundo a conocerme y a liberar las memorias bloqueadas. Creo que estoy dejando niquelado el árbol familiar, aunque mi trabajo deberías haberlo difrutado tú. He crecido mucho personalmente, pero ¿de qué me sirve si tú no estás ni tengo a nadie con quien compartir mi nueva versión? Yo creo que antes podría haber sido una gran madre, pero creo que te gustaría más la persona en la que me estoy convirtiendo. En cierta forma, me estoy conquistando a mí misma y eso es muy positivo.

Ahora me voy a seguir viviendo. Hoy me hacen una PCR de coronavirus, que es algo que no has conocido. Me va a salir negativa, porque si lo he pasado, fue hace ya muchas semanas. ¿Sabes que llevo 101 días desde que me confiné en casa? Poco a poco vamos recuperando espacios. Para mí es importante.

Te quiero mucho, abejita. Ya queda menos para reencontrarnos.

jueves, 18 de junio de 2020

Amar es cuidar

Acabo de cancelar la póliza de mi seguro de hogar por otra más económica. Las condiciones no son las mismas en cuanto a coberturas, pero a rasgos generales son similares. Me llama un representante de la antigua compañía para preguntar por mi decisión. En todo cambio de contrato hay un punto en el que todavía se puede parar todo y echar marcha atrás, pero lo que me molesta es la contraoferta. Siempre me ha parecido un insulto, porque es como decir: "yo tenía margen para cuidarte pero no lo he hecho, y ahora que te vas, te ofrezco una ventaja para que te retenerte" . Ni me he planteado la mejora: tomada la decisión, ¿por qué cambiarla? No tiene sentido.

Quizás soy un poco drástica o quizás es que no me ha ofrecido aquello por lo que me quedaría. Pero no ofrecérmelo, es no conocerme. Tampoco me ha preguntado. Supongo que su margen está limitado a lo que tiene definido el departamento de ventas y no hay mucha capacidad para la imaginación. Son lentejas: “si te gusta bien, y si no también”. Pues no, las cosas no funcionan así.

Amar es cuidar.
Aquello que no se cuida, muere poco a poco.
Y después de pasado un punto, da igual la acción de remediación que emplees: no va a funcionar.

lunes, 15 de junio de 2020

La espiral se nueve de nuevo.



La Segunda Espiral se mueve de nuevo. Veremos por cuanto tiempo, teniendo en cuenta que se vaticina un rebrote del coronavirus para el otoño y tenemos marcada la dedicación para finales de octubre. Aunque no llegáramos, habríamos cubierto todo el temario para entonces, pues hemos conseguido cuadrar fechas de los encuentros pendientes para el mes de julio. Va a ser un poco intenso, pues las sesiones que quedan se dirigen hacia la preparación para algo muy concreto que requiere de cierta habilidad. Jana considera que es muy natural para todo el mundo, pero no lo veo tan claro.

El encuentro de ayer fue uno de esos ladrillos que conforman el camino para lo que se pretende. Acabé con un dolor de cabeza importante que continúa en el día de hoy. Me he tomado un ibuprofeno y todavía no se me pasa. Me encantaría echarme a dormir, pero no va a ser posible. Espero conseguir integrar la información en lo que queda del día.

Además de la formación en sí, que es el objetivo fundamental de la Espiral, la sesión sirvió para restablecer la energía del grupo y las conexiones. Las prácticas en solitario son una cosa, pero en grupo son otras. Se levanta mucha más energía y resultan más potentes porque todos sumamos a los ejercicios. Se nota muchísimo al levantar la rueda, que es quizás el ejercicio que más machacado tenemos, que en mi caso fue como sentir un chorro de energía atravesándome de arriba a abajo. Tuve la suerte de poder invocar a la diosa del elemento aire, una de mis diosas favoritas, y eso hace mucho por la intensidad de la conexión. Siempre digo que me da igual que me toque una que otra, pero no es del todo cierto, porque no me siento identificada con todas por igual. La que siento que me rehuye constantemente es la anciana sabia, que no me sale nunca en el sorteo, y empieza a mosquearme un poco.

Con las personas es parecido: con unas sientes más afinidad que con otras. Aun así, durante todo el confinamiento, he intentado mantener el contacto con la mayoría del grupo. Obviamente ha habido personas con las que ese contacto ha sido mucho más frecuente y más íntimo. El mantener la relación fuera del círculo que nos une supone ir un paso más y tejer una amistad en otros ámbitos, más variados y personales, lo que lleva a relaciones más profundas, más fuertes, más cohesionadas. Y, a pesar de la familiaridad, faltaba algo: la parte visual, el lenguaje no-verbal, y el contacto físico. Que sí, que hay que mantener la distancia social, pero ¿cómo no abrazar a alguien que aprecias y que no ves después de mucho tiempo?.

La tecnología ayuda mucho a mantener las relaciones, pero nada sustituye a la relación presencial. La tecnología es un parche útil y eficaz, pero no permite enviar toda la información que se produce cuando dos personas se encuentran. Las relaciones verdaderas son de presencia física. Además del lenguaje no-verbal, creo que hay un lenguaje más sutil que se establece a otros niveles de los que no somos conscientes. Estoy segura de que existe algo similar a las capas OSI informáticas relacionado con la comunicación y la conexión humanas. Puede que sea a través del intercambio de feromonas y otras hormonas, del campo magnético personal ...qué sé yo. Pero está ahí. Algo que parece frío y apagado, revive de repente y parece acortar todos los meses de separación.

La energía ha cambiado porque una persona ha decidido no continuar, pero no se siente una mala energía.

Lo que une también son las actividades en común. Es compartir tiempo y acción, mientras aprendes a conocer al otro. Es hacer algo juntos que contribuye a un objetivo común, aunque sea hacer la limpieza de un local. Tres horas tardamos en limpiar todo y dejarlo medio ordenado. Después de tanto tiempo había muchísimo polvo y humedad, además de bastante desorden. No fue necesario organizar nada: cada uno asumió una parte y nos fuimos acoplando. Yo elegí el baño porque sé que a la gente no le suele gustar; a mí no me importa y además me permite pasar cierto tiempo sola, lo cual me ayuda a modular mi natural fobia social y acomodarme al grupo. También limpié y ordené estanterías y algunos altares. Si por mí fuera, habríamos acabado mucho antes tirando la mayoría de las cosas a la basura sin contemplaciones; la gente se apega mucho a cosas que no tienen ningún sentido, aunque estén rotas e inservibles. También pierden un poco de vista el objetivo: se trata de limpiar, no de entretenernos en la decoración de interiores.

Fue una actividad agotadora ciertamente, pero nos vino muy bien para ponernos al día de las circunstancias de los otros.  Sin intercambio no hay relación, no hay grupo. La relación y el grupo implican esfuerzo y entrega, está claro. Empezamos muy cautos con el tema de las medidas de seguridad, pero es inevitable terminar invadiendo el espacio personal del otro, rozándote y olvidándote de que hay un virus en el aire. Incluso la gente olvidó que no se podía compartir comida y trajeron croisants y fartones para el almuerzo, que luego nos vinieron muy bien para bajar a tierra.

Un día intensito pero gratificante en muchos aspectos.

miércoles, 10 de junio de 2020

Mein Ende, dein Anfang


Hay muchos elementos por los que una película puede gustarte o no. Muchas veces no tiene que ver con la película en sí, sino con uno mismo: el momento, el estado de ánimo, la receptividad, la identificación que uno puede hacer con los personajes. Por ejemplo, odio el personaje de Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes", por muy icónico que sea, porque simplemente me parece insoportable. Por eso no es una película que me guste repetir.

En el caso de "Mein Ende, dein Anfang" creo que llegó en un momento ideal para que me gustara. Al final de la jornada, cuando uno se rinde a la relajación que llega con la noche, creo que entra en la mente casi cualquier cosa. Las defensas están bajadas, es posible que bajemos de ondas cerebrales de beta a alfa, y la información encuentra un camino directo a nuestra mente.

Además, no pude por menos que identificarme con Nora, la protagonista, por muchos motivos. Mi interpretación sobre ella es que fue una niña con una infancia exigente, orientada a los logros,  y terminó cansada y herida de aquella vida hasta el punto de abandonar toda ambición en su vida. Durante toda la película muestra una cierta introversión no exenta de tristeza que se rompe de vez en cuando gracias a Aron.

Ambos se conocen por casualidad en una estación del metro y la conexión entre ellos es inmediata, como si de almas gemelas se tratase. Aron es un personaje encantador. Es un chico que parece fluir en la vida, como si todo fuera fácil para él. Es divertido y trata a Nora con un amor y una sensibilidad maravillosos, sin ser pegajoso o blandito. Ambos forman una pareja perfecta hasta que Aron muere en un atraco a un banco.

La vida de Nora se viene abajo y empieza a cruzarse con la de Natan, el atracador que mata a Aron, que es un pobre hombre cuya motivación es la de salvar a su hija enferma de cáncer. Cuando Nora descubre el hecho, su rabia la lleva a querer matar a Natan, pero termina haciendo un gran acto de generosidad hacia él.

Es una película no exenta de tristeza y amargura, pero que contiene también momentos muy tiernos y hermosos. Las dos historias, la de Nora y la de Natan, se narran en plan flashbacks, para dejarnos ver cómo se interrelacionan, convergen y vuelven a separarse. Me gusta mucho la forma de narración y cómo las escenas se han combinado en la misma. Me parece original. No es una película de sobremesa, es una película que toca un poco el alma.

A mí me ha encantado.