viernes, 19 de junio de 2020

Dos años



Querido BH:

Hace dos años que te marchaste. Ahora debería estar preparándome para acompañarte a dar tus primeros pasos y, en cambio, aquí estoy, pasando el duelo. He aprendido a vivir sin ti y sin la vida que podríamos haber tenido. Tu recuerdo se ha suavizado, aunque todavía hay ciertas situaciones que me recuerdan tu existencia y que me hacen llorar. Sobre todo las memorias de Facebook, que me ofrecen instantáneas de los días previos y me hacen recordar aquellos días, cada instante vivido, cada ilusión creada.

¿Sabes lo que más recuerdo? El día que escuché tu corazón por primera vez. Un corazón fuerte y rítmico, lleno de vida. En ese momento parecía imposible que pudiera apagarse. Y ya ves. Guardo la ecografía de aquél día. Hasta ahora había escogido la foto de un bebé para representarte y poder conectar contigo, pero me he dado cuenta de que ya tenía una foto tuya real. Me pregunto si sería posible escanear la onda y reproducirla. Aunque el sonido nunca muere, así que tus latidos se escucharán por siempre en este mundo. También mis sollozos.

Hace tiempo que te extraño en silencio y a solas. Me parece que a nadie le importa ya si una vez exististe y el dolor que siento por tu pérdida. Pero no querría que fueras un excluido del sistema, no si por mí queda. Te recordaré junto al resto de los que he perdido alguna vez y llevaré flores a una tumba que no es la tuya para recordar lo que te quise. A veces quiero creer que llegaste al mar y te fundiste con el gran azul. Es una idea que me parece preciosa. Siempre quise que parte de mis cenizas llegaran al mar también.

Hoy, en tu honor, visité la tumba de tus bisabuelos y tus tatarabuelos. He llevado cristantemos amarillos, porque es una de mis flores favoritas. La dependienta de la tienda me ha regalado dos gladiolos blancos. He leído que el gladiolo blanco representa la guía que deberá seguir el difunto para alcanzar la plenitud celestial y que descanse en paz. Ojalá tú hayas llegado hace tiempo al país del verano. Y ¿sabes qué ha sucedido al visitar la tumba? Que ha venido una mariposa blanca a posarse en un matojo de caléndulas vecinas. También me he dado cuenta de que ayer se celebraba el obituario de tu tatarabuela Rosa.

Paz me dijo una vez que tenía que celebrar los obituarios desde la vida y no desde la muerte. Así que me he vestido de rojo y me he ido al cementerio. Ella no se refería a esto, pero me ha parecido importante vestirme del color de la vida. Creo que el contraste contra el gris de las lápidas es bastante llamativo. Por eso las flores lucen tanto. Me he dado cuenta de que una tumba es como un altar. Es un punto focal para conectar con mis ancestros y los seres que he amado, también animales. No me importa del todo si tu nombre no está grabado en la lápida, porque estás unido a las personas que allí descansan. Tampoco me importan las cruces cristianas que se muestran, porque respeto las creencias de mis antepasados y su legado, aunque yo ahora haya elegido otro camino. Y mientras pueda, seguiré honrando su memoria y su historia, aunque haya recuerdos dolorosos. Puede que sea la única que quede visitando ese lugar.

Mañana es el solsticio de verano y habrá un eclipse solar en Cáncer el domingo. Un tiempo de renacimiento en lo que a lo "familiar" se refiere. Nuevos hogares, nuevas zonas de confort, nuevas formas de autocuidado, nuevas formas de "llegar a casa". Es todo como muy simbólico. Han sido dos años muy duros, aunque ninguno como el 2018.

Pero la vida sigue y yo tengo que acompasar su ritmo. Gracias a ti se abrieron nuevos caminos que antes no veía. Gracias a ti descendí al inframundo a conocerme y a liberar las memorias bloqueadas. Creo que estoy dejando niquelado el árbol familiar, aunque mi trabajo deberías haberlo difrutado tú. He crecido mucho personalmente, pero ¿de qué me sirve si tú no estás ni tengo a nadie con quien compartir mi nueva versión? Yo creo que antes podría haber sido una gran madre, pero creo que te gustaría más la persona en la que me estoy convirtiendo. En cierta forma, me estoy conquistando a mí misma y eso es muy positivo.

Ahora me voy a seguir viviendo. Hoy me hacen una PCR de coronavirus, que es algo que no has conocido. Me va a salir negativa, porque si lo he pasado, fue hace ya muchas semanas. ¿Sabes que llevo 101 días desde que me confiné en casa? Poco a poco vamos recuperando espacios. Para mí es importante.

Te quiero mucho, abejita. Ya queda menos para reencontrarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario