lunes, 29 de junio de 2020

La reina blanca


Ella siempre se sintió como una torre en el tablero, pero, en realidad, era una reina blanca. Como tal, su misión siempre fue proteger a su rey en cada partida, y se encomendó a esa tarea con todas sus energías. Durante años, ella creció a la sombra de su figura, de la que aprendió todo lo que tenía que saber para moverse por el tablero con competencia y solvencia. Era un buen rey por el que pelear, a pesar de que tenían sus diferencias de opinión: él era pura lógica, razón y analítica; ella era más intuitiva y visceral. Sin embargo, se complementaban bien y hacían un buen equipo, sobre todo porque él la escuchaba y la tenía en cuenta, siendo consciente de que ella aportaba cosas que él no podía abarcar. Quizás el fuerte de ella era su intuición para las personas, haciéndole ver situaciones de las que él no se había percatado. Y él le permitía hablar libremente con toda la franqueza de la que ella era capaz.

Pero un día él la sacó del tablero y la obligó a crear su propio reino. Allí no había rey por el que pelear ni que pudiera protegerla: ella era soberana absoluta de su territorio. A ella le costó encajar la situación, pero él fue firme sobre su decisión de no permitirla retroceder. Terminó por encajarlo a su pesar, aunque él nunca llegó a perder su lealtad: ella estaría siempre para él, siempre que él lo permitiera.

Un día la reina recibió la noticia de que su antiguo rey y señor decaía. Fue una noticia no del todo inesperada, pero no bien recibida. Él había optado por retraerse a su mundo y no permitir que nadie entrara en él. La reina respetaba su decisión, pero se sentía un tanto rechazada, tremendamente triste, y muy dolida por la impotencia de la situación. Ya había estado en esa situación anteriormente, aunque eso no hizo que fuera más fácil: ¿cómo dejas marchar a alguien que quieres? ¿Cómo te despides de alguien a quien no vas a volver a ver? ¿Cómo haces para acompañar (sin invadir) y al mismo tiempo sostenerte? Solo quedaba esperar el desenlace y prepararse para el duelo que llegaría. Y mientras, la única forma de honrar su memoria era seguir adelante, agradeciendo todo lo aprendido, las oportunidades y los momentos vividos a su lado. Su reino todavía la necesitaba, pero ella estaba rota.

viernes, 26 de junio de 2020

Quiero tu fuego

🔥✨TE QUIERO COMPLETO
QUIERO TU IRA, QUIERO TU FUEGO🔥✨

“No seas espiritual conmigo, amor mío.
¡Seamos honestos, mejor!

Enójate conmigo.
Dime cómo te sientes en realidad.
Dime lo molesto que estás.
Háblame de tus miedos. De tus heridas.
Grita. O llora. Muéstrame tu vulnerabilidad.
Expresa lo que hay en tu corazón.
Dí lo incorrecto. Arma todo un lío.
No me importa. Podemos limpiar más tarde.
Sólo quiero conocerte.
Ahora.

No esperes hasta tener las palabras perfectas.
No esperes hasta que tu precioso fuego se haya apagado.
O hasta que tus lágrimas se hayan secado dentro de ti.
No tiene nada de malo ser un desastre.
Seamos un desastre juntos.
La ira no es ‘poco espiritual’.
Es belleza. Es poder.
Es el fuego que derrama tu luz.

Quiero conocerte más allá de la máscara.
Más allá del niño lindo, de la niña buena.
Del estudiante espiritual bien entrenado.
Del experto. Del calmado.
De aquel a quien nunca se le permitió levantar la voz.

¡Quiero sentir tus malditas llamas!
¡Quiero sentir tu verdad!
¡Tu pasión! ¡Lo que necesitas! ¡Lo que deseas!
¡Tus anhelos no correspondidos! ¡Tus esperanzas frustradas!

Que no te preocupe lastimarme.
Solo deja que la vida hable a través de ti.
Ahora.
Yo me haré responsable de mi propio dolor.

Por favor. Prefiero recibir tu ira pura ahora
que años de historias, culpa, resentimiento,
y agresividad pasiva.

Deja ir toda esa mierda espiritual.
Sólo dime cómo se echó todo a perder.
Lo vamos a abrazar juntos.

No me dejes fuera.
También me muero de miedo y así es perfecto.

Saquemos todo a la luz.
No te avergonzaré.

Te aseguro que podremos continuar desde allí.”

 -Jeff Foster

viernes, 19 de junio de 2020

Dos años



Querido BH:

Hace dos años que te marchaste. Ahora debería estar preparándome para acompañarte a dar tus primeros pasos y, en cambio, aquí estoy, pasando el duelo. He aprendido a vivir sin ti y sin la vida que podríamos haber tenido. Tu recuerdo se ha suavizado, aunque todavía hay ciertas situaciones que me recuerdan tu existencia y que me hacen llorar. Sobre todo las memorias de Facebook, que me ofrecen instantáneas de los días previos y me hacen recordar aquellos días, cada instante vivido, cada ilusión creada.

¿Sabes lo que más recuerdo? El día que escuché tu corazón por primera vez. Un corazón fuerte y rítmico, lleno de vida. En ese momento parecía imposible que pudiera apagarse. Y ya ves. Guardo la ecografía de aquél día. Hasta ahora había escogido la foto de un bebé para representarte y poder conectar contigo, pero me he dado cuenta de que ya tenía una foto tuya real. Me pregunto si sería posible escanear la onda y reproducirla. Aunque el sonido nunca muere, así que tus latidos se escucharán por siempre en este mundo. También mis sollozos.

Hace tiempo que te extraño en silencio y a solas. Me parece que a nadie le importa ya si una vez exististe y el dolor que siento por tu pérdida. Pero no querría que fueras un excluido del sistema, no si por mí queda. Te recordaré junto al resto de los que he perdido alguna vez y llevaré flores a una tumba que no es la tuya para recordar lo que te quise. A veces quiero creer que llegaste al mar y te fundiste con el gran azul. Es una idea que me parece preciosa. Siempre quise que parte de mis cenizas llegaran al mar también.

Hoy, en tu honor, visité la tumba de tus bisabuelos y tus tatarabuelos. He llevado cristantemos amarillos, porque es una de mis flores favoritas. La dependienta de la tienda me ha regalado dos gladiolos blancos. He leído que el gladiolo blanco representa la guía que deberá seguir el difunto para alcanzar la plenitud celestial y que descanse en paz. Ojalá tú hayas llegado hace tiempo al país del verano. Y ¿sabes qué ha sucedido al visitar la tumba? Que ha venido una mariposa blanca a posarse en un matojo de caléndulas vecinas. También me he dado cuenta de que ayer se celebraba el obituario de tu tatarabuela Rosa.

Paz me dijo una vez que tenía que celebrar los obituarios desde la vida y no desde la muerte. Así que me he vestido de rojo y me he ido al cementerio. Ella no se refería a esto, pero me ha parecido importante vestirme del color de la vida. Creo que el contraste contra el gris de las lápidas es bastante llamativo. Por eso las flores lucen tanto. Me he dado cuenta de que una tumba es como un altar. Es un punto focal para conectar con mis ancestros y los seres que he amado, también animales. No me importa del todo si tu nombre no está grabado en la lápida, porque estás unido a las personas que allí descansan. Tampoco me importan las cruces cristianas que se muestran, porque respeto las creencias de mis antepasados y su legado, aunque yo ahora haya elegido otro camino. Y mientras pueda, seguiré honrando su memoria y su historia, aunque haya recuerdos dolorosos. Puede que sea la única que quede visitando ese lugar.

Mañana es el solsticio de verano y habrá un eclipse solar en Cáncer el domingo. Un tiempo de renacimiento en lo que a lo "familiar" se refiere. Nuevos hogares, nuevas zonas de confort, nuevas formas de autocuidado, nuevas formas de "llegar a casa". Es todo como muy simbólico. Han sido dos años muy duros, aunque ninguno como el 2018.

Pero la vida sigue y yo tengo que acompasar su ritmo. Gracias a ti se abrieron nuevos caminos que antes no veía. Gracias a ti descendí al inframundo a conocerme y a liberar las memorias bloqueadas. Creo que estoy dejando niquelado el árbol familiar, aunque mi trabajo deberías haberlo difrutado tú. He crecido mucho personalmente, pero ¿de qué me sirve si tú no estás ni tengo a nadie con quien compartir mi nueva versión? Yo creo que antes podría haber sido una gran madre, pero creo que te gustaría más la persona en la que me estoy convirtiendo. En cierta forma, me estoy conquistando a mí misma y eso es muy positivo.

Ahora me voy a seguir viviendo. Hoy me hacen una PCR de coronavirus, que es algo que no has conocido. Me va a salir negativa, porque si lo he pasado, fue hace ya muchas semanas. ¿Sabes que llevo 101 días desde que me confiné en casa? Poco a poco vamos recuperando espacios. Para mí es importante.

Te quiero mucho, abejita. Ya queda menos para reencontrarnos.

jueves, 18 de junio de 2020

Amar es cuidar

Acabo de cancelar la póliza de mi seguro de hogar por otra más económica. Las condiciones no son las mismas en cuanto a coberturas, pero a rasgos generales son similares. Me llama un representante de la antigua compañía para preguntar por mi decisión. En todo cambio de contrato hay un punto en el que todavía se puede parar todo y echar marcha atrás, pero lo que me molesta es la contraoferta. Siempre me ha parecido un insulto, porque es como decir: "yo tenía margen para cuidarte pero no lo he hecho, y ahora que te vas, te ofrezco una ventaja para que te retenerte" . Ni me he planteado la mejora: tomada la decisión, ¿por qué cambiarla? No tiene sentido.

Quizás soy un poco drástica o quizás es que no me ha ofrecido aquello por lo que me quedaría. Pero no ofrecérmelo, es no conocerme. Tampoco me ha preguntado. Supongo que su margen está limitado a lo que tiene definido el departamento de ventas y no hay mucha capacidad para la imaginación. Son lentejas: “si te gusta bien, y si no también”. Pues no, las cosas no funcionan así.

Amar es cuidar.
Aquello que no se cuida, muere poco a poco.
Y después de pasado un punto, da igual la acción de remediación que emplees: no va a funcionar.

lunes, 15 de junio de 2020

La espiral se nueve de nuevo.



La Segunda Espiral se mueve de nuevo. Veremos por cuanto tiempo, teniendo en cuenta que se vaticina un rebrote del coronavirus para el otoño y tenemos marcada la dedicación para finales de octubre. Aunque no llegáramos, habríamos cubierto todo el temario para entonces, pues hemos conseguido cuadrar fechas de los encuentros pendientes para el mes de julio. Va a ser un poco intenso, pues las sesiones que quedan se dirigen hacia la preparación para algo muy concreto que requiere de cierta habilidad. Jana considera que es muy natural para todo el mundo, pero no lo veo tan claro.

El encuentro de ayer fue uno de esos ladrillos que conforman el camino para lo que se pretende. Acabé con un dolor de cabeza importante que continúa en el día de hoy. Me he tomado un ibuprofeno y todavía no se me pasa. Me encantaría echarme a dormir, pero no va a ser posible. Espero conseguir integrar la información en lo que queda del día.

Además de la formación en sí, que es el objetivo fundamental de la Espiral, la sesión sirvió para restablecer la energía del grupo y las conexiones. Las prácticas en solitario son una cosa, pero en grupo son otras. Se levanta mucha más energía y resultan más potentes porque todos sumamos a los ejercicios. Se nota muchísimo al levantar la rueda, que es quizás el ejercicio que más machacado tenemos, que en mi caso fue como sentir un chorro de energía atravesándome de arriba a abajo. Tuve la suerte de poder invocar a la diosa del elemento aire, una de mis diosas favoritas, y eso hace mucho por la intensidad de la conexión. Siempre digo que me da igual que me toque una que otra, pero no es del todo cierto, porque no me siento identificada con todas por igual. La que siento que me rehuye constantemente es la anciana sabia, que no me sale nunca en el sorteo, y empieza a mosquearme un poco.

Con las personas es parecido: con unas sientes más afinidad que con otras. Aun así, durante todo el confinamiento, he intentado mantener el contacto con la mayoría del grupo. Obviamente ha habido personas con las que ese contacto ha sido mucho más frecuente y más íntimo. El mantener la relación fuera del círculo que nos une supone ir un paso más y tejer una amistad en otros ámbitos, más variados y personales, lo que lleva a relaciones más profundas, más fuertes, más cohesionadas. Y, a pesar de la familiaridad, faltaba algo: la parte visual, el lenguaje no-verbal, y el contacto físico. Que sí, que hay que mantener la distancia social, pero ¿cómo no abrazar a alguien que aprecias y que no ves después de mucho tiempo?.

La tecnología ayuda mucho a mantener las relaciones, pero nada sustituye a la relación presencial. La tecnología es un parche útil y eficaz, pero no permite enviar toda la información que se produce cuando dos personas se encuentran. Las relaciones verdaderas son de presencia física. Además del lenguaje no-verbal, creo que hay un lenguaje más sutil que se establece a otros niveles de los que no somos conscientes. Estoy segura de que existe algo similar a las capas OSI informáticas relacionado con la comunicación y la conexión humanas. Puede que sea a través del intercambio de feromonas y otras hormonas, del campo magnético personal ...qué sé yo. Pero está ahí. Algo que parece frío y apagado, revive de repente y parece acortar todos los meses de separación.

La energía ha cambiado porque una persona ha decidido no continuar, pero no se siente una mala energía.

Lo que une también son las actividades en común. Es compartir tiempo y acción, mientras aprendes a conocer al otro. Es hacer algo juntos que contribuye a un objetivo común, aunque sea hacer la limpieza de un local. Tres horas tardamos en limpiar todo y dejarlo medio ordenado. Después de tanto tiempo había muchísimo polvo y humedad, además de bastante desorden. No fue necesario organizar nada: cada uno asumió una parte y nos fuimos acoplando. Yo elegí el baño porque sé que a la gente no le suele gustar; a mí no me importa y además me permite pasar cierto tiempo sola, lo cual me ayuda a modular mi natural fobia social y acomodarme al grupo. También limpié y ordené estanterías y algunos altares. Si por mí fuera, habríamos acabado mucho antes tirando la mayoría de las cosas a la basura sin contemplaciones; la gente se apega mucho a cosas que no tienen ningún sentido, aunque estén rotas e inservibles. También pierden un poco de vista el objetivo: se trata de limpiar, no de entretenernos en la decoración de interiores.

Fue una actividad agotadora ciertamente, pero nos vino muy bien para ponernos al día de las circunstancias de los otros.  Sin intercambio no hay relación, no hay grupo. La relación y el grupo implican esfuerzo y entrega, está claro. Empezamos muy cautos con el tema de las medidas de seguridad, pero es inevitable terminar invadiendo el espacio personal del otro, rozándote y olvidándote de que hay un virus en el aire. Incluso la gente olvidó que no se podía compartir comida y trajeron croisants y fartones para el almuerzo, que luego nos vinieron muy bien para bajar a tierra.

Un día intensito pero gratificante en muchos aspectos.

miércoles, 10 de junio de 2020

Mein Ende, dein Anfang


Hay muchos elementos por los que una película puede gustarte o no. Muchas veces no tiene que ver con la película en sí, sino con uno mismo: el momento, el estado de ánimo, la receptividad, la identificación que uno puede hacer con los personajes. Por ejemplo, odio el personaje de Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes", por muy icónico que sea, porque simplemente me parece insoportable. Por eso no es una película que me guste repetir.

En el caso de "Mein Ende, dein Anfang" creo que llegó en un momento ideal para que me gustara. Al final de la jornada, cuando uno se rinde a la relajación que llega con la noche, creo que entra en la mente casi cualquier cosa. Las defensas están bajadas, es posible que bajemos de ondas cerebrales de beta a alfa, y la información encuentra un camino directo a nuestra mente.

Además, no pude por menos que identificarme con Nora, la protagonista, por muchos motivos. Mi interpretación sobre ella es que fue una niña con una infancia exigente, orientada a los logros,  y terminó cansada y herida de aquella vida hasta el punto de abandonar toda ambición en su vida. Durante toda la película muestra una cierta introversión no exenta de tristeza que se rompe de vez en cuando gracias a Aron.

Ambos se conocen por casualidad en una estación del metro y la conexión entre ellos es inmediata, como si de almas gemelas se tratase. Aron es un personaje encantador. Es un chico que parece fluir en la vida, como si todo fuera fácil para él. Es divertido y trata a Nora con un amor y una sensibilidad maravillosos, sin ser pegajoso o blandito. Ambos forman una pareja perfecta hasta que Aron muere en un atraco a un banco.

La vida de Nora se viene abajo y empieza a cruzarse con la de Natan, el atracador que mata a Aron, que es un pobre hombre cuya motivación es la de salvar a su hija enferma de cáncer. Cuando Nora descubre el hecho, su rabia la lleva a querer matar a Natan, pero termina haciendo un gran acto de generosidad hacia él.

Es una película no exenta de tristeza y amargura, pero que contiene también momentos muy tiernos y hermosos. Las dos historias, la de Nora y la de Natan, se narran en plan flashbacks, para dejarnos ver cómo se interrelacionan, convergen y vuelven a separarse. Me gusta mucho la forma de narración y cómo las escenas se han combinado en la misma. Me parece original. No es una película de sobremesa, es una película que toca un poco el alma.

A mí me ha encantado.

martes, 9 de junio de 2020

Ganas

Después de dos meses de parón, la espiral parece que empieza a moverse nuevamente. Digo parece porque su movimiento viene lastrado por la actitud de varias personas. Sinceramente es muy sencillo: si no quieres estar, no vengas, pero deja que los que queremos hagamos las cosas sin sentirnos invadidos por tu energía de mierda. Como dice el dicho: "Aporta o aparta".

Me molesta mucho la gente quejicosa. Los que se quejan sin motivo, los que se quejan por deporte. La cantidad de energía que se desperdicia en la queja y que no va a ningún lugar. Si esa energía se invirtiera en soluciones, otro gallo cantaría. Mucha gente ni siquiera quiere cambiar las cosas, solamente se quejan para hacerse las víctimas, porque de esta manera reciben una atención que de otra manera no tendrían. Se han convertido en unos parásitos de atención y energía ajena, saltando de flor en flor para poder llenarse. Te vierten su mierda y se llevan tu energía. No es mal cambio. Todo por no querer afrontar las cosas, por no intentar poner remedio. Y sí, todos nos quejamos en un momento u otro, pero hay personas que tienen un hábito hecho de esto de la queja. Los "penas".

Yo solía aguantar mucho a estas personas. Creía que era una forma de ayudarlos y de aliviar su carga, pero no era cierto. No solamente no aportas nada, sino que encima pierdes. Por eso, los oídos hay que prestarlos con cuentagotas y hay que poner límites a ciertos discursos victimistas. Es por uno mismo, porque somos responsables de nuestra energía y nuestra salud mental, que hay que decir: "hasta aquí". Alimentar al troll tiene sus consecuencias. Los trolls no respetan al otro y se crecen con la energía que van parasitando.

Es más, existen los psicólogos. Esas personas profesionales, dotadas recursos y herramientas, cuyo trabajo consiste en escuchar, acompañar y guiar a las personas que no tienen claras las cosas en la vida. Estos cobran por ello y te dicen lo que necesitas escuchar en cada momento, te guste o no, dosificado según tu estado. Los parásitos no suelen ir psicólogos, tengo la impresión, porque es más fácil agotar anímicamente a los de alrededor.

Así que me temo que el domingo va a ser un día complicado. Vamos a limpiar y vamos a recibir clase. No veo a la gente demasiado animada y eso me enfada. Es verdad que no puedo exigir a la gente el mismo grado de implicación que pueda sentir yo, pero a las cosas hay que ponerles un poco de amor y de cariño. Quizás ése es mi problema: yo le pongo demasiado y todo termina siendo algo personal; que a veces más es menos, como cuando riegas excesivamente las plantas. Pero es que me cuesta quedarme a medias. Tampoco es mi responsabilidad compensar con mi energía el defecto de otros, además de que no tengo tanto para dar. Yo haré mi parte, como el colibrí del cuento. Como siempre. El resto, no me corresponde.

martes, 2 de junio de 2020

Semana 12

Sin darme cuenta me he plantado en el día 84 desde que empezó mi confinamiento. No sé si debo seguir contando hasta que llegue a la fase cuatro o parar, decidir cuándo es el día cero para mí, no cuando otros lo decidan. No es que pueda hacer todo lo que me apetece o podría llegar a hacer, pero puedo hacer bastante. La libertad es un estado interior.

Lo que más echo de menos es viajar. Quisiera subir a la sierra, ir al pueblo, explorar otros lugares. Me muero de ganas por recuperar el mundo y hacerlo mío. Tengo hambre de horizontes. En previsión, me he alquilado una habitación en un pueblo de Navarra. Ojalá pueda ir. Quiero encontrarme con Mari, la Señora del Anboto, aunque no tengo claro en qué manera. Tampoco quiero planificarlo demasiado, porque con Ella nunca se sabe; es más de encuentros fortuitos e imprevistos. Tengo muchas ganas.

En realidad en mi interior hay una fuerte pulsión por expandirme. Quiero salir, quiero moverme, quiero irme de fiesta, quiero viajar...Quiero. Quiero muchas cosas. Tengo hambre de experiencias y de novedades. Tengo necesidad de crear algo distinto. Pero interiormente me encuentro en lucha conmigo misma, porque existen fuerzas que se oponen a esta necesidad. Es la antigua parte de mí que se resiste a morir. Porque tengo claro que voy hacia una nueva versión de mí misma, la cual solamente será posible si renuncio a lo antiguo.

Astrológicamente está todo muy revuelto. No es solamente Venus retro, es Marte en Piscis y la triple conjunción Plutón-Júpiter-Saturno que parece que hayamos olvidado. Pero Venus retro tiene mucho que ver con reflexionar sobre el deseo, sobre lo que queremos y lo que no. Porque nosotros cambiamos y con nosotros nuestras prioridades y nuestros deseos. Y ya no me vale cualquier cosa. Porque estoy trabajando en mí, en mi autoestima y en mi merecimiento. Y yo merezco tanto y tan bueno...

Mi parte espiritual está un tanto resentida. No es por la Diosa en sí, sino por sus representantes. Me siento un poco estafada con la segunda espiral. La excusa es la necesidad de hacer la formación en presencial, que seguro que es importante, pero echo en falta un seguimiento, una atención, un cuidado. He visto cosas en torno al grupo que no me han gustado. No soy solamente yo: hay hermanos que ven las mismas cosas chirriantes en el grupo. La mayoría calla, porque supongo que sabemos que no hay sentido de la autocrítica, pero el silencio nos desapega y nos lleva al olvido. Ahora mismo puedo vivir sin el grupo perfectamente porque no me aporta nada.

A cambio he encontrado de casualidad un pequeño grupo. A Cuervo y a mí se nos ha unido Helen, y ahora hablamos prácticamente todos los días, no necesariamente de temas paganos, sino más mundanos. Aunque Helen me ha enseñado a hacer oleatos y me va a enseñar a hacer champú y desodorante natural. Estoy deseando que podamos juntarnos.

A veces me descubro siendo una cínica por temas que plantea Cuervo. No quiero ser una aguafiestas pero es que hace cosas que me flipan. Que conste que yo haría lo mismo si me pasara a mí, pero estoy tan escamada de ciertas situaciones, que no puedo evitar verter mi pesimismo en su vivencia. Supongo que ahí entran en juego mis creencias limitantes y, la verdad, es que soy muy pesimista y descreída. ¿Cuánto hace que no siento ilusión por las cosas que hago? Es que Cuervo parece una adolescente, mientras que yo he envejecido en el corazón y en la mente. Es trágico llegar a ese punto. ¿Existe retorno? ¿Se puede volver a ser como una adolescente, como una niña?

Veo las noticias de EEUU y son terribles. Intento no ver las noticias porque me ponen mala y no necesito eso. Yo haré lo que pueda hacer y con lo que me pueda comprometer, pero no voy a pelear por todas las causas, porque no todas las siento como mías. Y ahora llega la parte en que me pongo políticamente incorrecta o racista, a saber. Que ser blanco es un lujo, no lo duda nadie, pero depende de qué tipo de blanco seas.  No todos los blancos somos iguales y no tenemos los mismos privilegios. A ver si tengo yo acaso los mismos privilegios que el presidente del gobierno o del rey. Para nada. Está claro que en ciertos contextos tengo un privilegio por ser blanca. Siempre he dicho que todos somos racistas, o mejor dicho, a todos nos da miedo lo que es diferente. Porque eso es el racismo: miedo. Así que sí, lo negro tiene peor venta, y no solamente en el mundo humano, también en el animal: los gatos y los perros negros son los que menores posibilidades de adopción tienen; los gatos negros se considera que traen mala suerte, etc.
Pero de ahí a que yo pida perdón por ser blanca va a ser que no.

Estoy viendo unos vídeos donde un chico negro pide a una chica blanca que se arrodille con él y pida perdón por sus privilegios. ¿Hola? Ni de coña, vamos. Puedo sentir mucho tu situación y puedo ayudarte a luchar por conquistar el mundo, pero no me vas a hacer sentir mal por ser blanca. Yo no tengo nada por lo que disculparme. O así lo veo.

He visto un vídeo de una entrevista de Mohammed Ali donde recordaba su infancia preguntando a su madre por qué todo era blanco. Y me parece lógico que él no se sintiera reflejado en la imagen que el mundo le devolvía, donde se cuestionase su valía solamente por ser negro. Eso es erróneo, pero también el hecho de hacerme sentir vergüenza por ser blanca.

Esto me recuerda a aquella vez que Ariel me preguntó si no me sentía mal por los muertos indígenas a manos de los españoles en la conquista de América. Pues mira, no, no me siento mal. Que Castilla lo hizo mal, pues seguramente, pero no me siento heredera de aquello ni parte implicada. Así que yo no voy a pedir perdón ni a fustigarme.

Seguramente me estoy perdiendo algo con estos temas, algo que no termino de comprender, pero no voy a sentirme mal por ello.

También veo muchas muestras de adhesión al movimiento negro con hashtags como #BlackLivesMatter. Y sí, efectivamente, importan. Pero como las de todos los demás. Y siento que la intención es buena y noble, pero me chirría muchísimo. Así que no, no me he adherido.

O esos vídeos en los que manifestantes blancos se ponen delante de negros frente a la policía para protegerlos "ejerciendo su privilegio". ¿Qué privilegio? ¿Creen que un policía no golpearía a un blanco solo por serlo? Dale motivos al policía y verás. Aunque estoy de acuerdo en que a los negros les pegarían antes.

No sé, quizás todo este movimiento sirva para algo. Los astrólogos predijeron hace tiempo que este año iba a ser crítico para EEUU. Creo que se produce el retorno de Saturno y eso siempre es complicado.

Más curiosidades astrológicas para cerrar el post: La última vez que Saturno estuvo en Acuario fue la revuelta de Rodney King en LA en el 92. La última vez que Plutón estuvo en Capricornio fue durante la revolución americana. Neptuno estaba en Piscis cuando cayó el imperio Romano. Tenemos a los tres en las mismas posiciones ahora. Precioso.