Estás a salvo, pequeño.
Seguro, incluso cuando te sientes inseguro.
Seguro para llorar, seguro para reír.
Seguro para ser todo lo que puedes ser.
Seguro para descomponer, también.
Seguro para cometer errores.
Es seguro olvidar todo lo que sabes.
Seguro para convertirte en nada
y comenzar de nuevo.
Estás retenido, siempre, ya ves.
Sostenido en los brazos de la vida,
mis brazos, los brazos del amor.
No te abandonaré,
incluso cuando te sientas abandonado
por el mundo o por tus amigos más cercanos.
No te abandonaré, incluso cuando te sientas abandonado.
Tu cuerpo es el lugar más seguro, ya ves.
Tus manos, tus pies, el dolor en tu corazón.
La opresión en el pecho, la presión en la cabeza.
El anhelo de la luz. El terror de la existencia.
Las sensaciones son seguras, a pesar de lo que te dice el trauma.
No encontrarás seguridad en otras dimensiones o realidades.
No encontrarás seguridad en estados alterados o reinos lejanos.
No lo encontrarás en la mente.
Los "Seres de luz" no te protegerán.
Encontrarás seguridad cuando te rindas a la noche.
Cuando te rompas y te dejes romper.
Cuando arrojes conciencia amorosa a través de tus pies, tus manos, tus rodillas, la forma en que tu cuerpo se siente parado donde está parado o acostado donde yace.
Agotado, o lleno de esperanza, estás a salvo.
Roto por el dolor, o lleno de alegría, estás a salvo.
Estás a salvo porque existes.
Estás a salvo porque la seguridad es tu propio corazón
y no otro.
Estás a salvo porque nada de lo que temes es real.
Y yo estoy aquí contigo.
Y te estoy respirando.
Siempre.
- Jeff Foster
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