miércoles, 10 de junio de 2020

Mein Ende, dein Anfang


Hay muchos elementos por los que una película puede gustarte o no. Muchas veces no tiene que ver con la película en sí, sino con uno mismo: el momento, el estado de ánimo, la receptividad, la identificación que uno puede hacer con los personajes. Por ejemplo, odio el personaje de Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes", por muy icónico que sea, porque simplemente me parece insoportable. Por eso no es una película que me guste repetir.

En el caso de "Mein Ende, dein Anfang" creo que llegó en un momento ideal para que me gustara. Al final de la jornada, cuando uno se rinde a la relajación que llega con la noche, creo que entra en la mente casi cualquier cosa. Las defensas están bajadas, es posible que bajemos de ondas cerebrales de beta a alfa, y la información encuentra un camino directo a nuestra mente.

Además, no pude por menos que identificarme con Nora, la protagonista, por muchos motivos. Mi interpretación sobre ella es que fue una niña con una infancia exigente, orientada a los logros,  y terminó cansada y herida de aquella vida hasta el punto de abandonar toda ambición en su vida. Durante toda la película muestra una cierta introversión no exenta de tristeza que se rompe de vez en cuando gracias a Aron.

Ambos se conocen por casualidad en una estación del metro y la conexión entre ellos es inmediata, como si de almas gemelas se tratase. Aron es un personaje encantador. Es un chico que parece fluir en la vida, como si todo fuera fácil para él. Es divertido y trata a Nora con un amor y una sensibilidad maravillosos, sin ser pegajoso o blandito. Ambos forman una pareja perfecta hasta que Aron muere en un atraco a un banco.

La vida de Nora se viene abajo y empieza a cruzarse con la de Natan, el atracador que mata a Aron, que es un pobre hombre cuya motivación es la de salvar a su hija enferma de cáncer. Cuando Nora descubre el hecho, su rabia la lleva a querer matar a Natan, pero termina haciendo un gran acto de generosidad hacia él.

Es una película no exenta de tristeza y amargura, pero que contiene también momentos muy tiernos y hermosos. Las dos historias, la de Nora y la de Natan, se narran en plan flashbacks, para dejarnos ver cómo se interrelacionan, convergen y vuelven a separarse. Me gusta mucho la forma de narración y cómo las escenas se han combinado en la misma. Me parece original. No es una película de sobremesa, es una película que toca un poco el alma.

A mí me ha encantado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario