viernes, 31 de julio de 2020

Challenge get-to-know-you D6: 5 cosas sin las que no puedo vivir


  1. Yo misma
  2. Aire
  3. Agua
  4. Comida
  5. Ilusión 

Agorafobia

Ayer sentí un miedo nuevo que no había experimentado antes: miedo a estar en un espacio abierto y no saber dónde ir. Sólo de ver la inmensidad sentía que me quedaba sin aire y buscaba un lugar pequeño donde poder refugiarme. Lo peor de todo es que esto sucedía en la habitación del hotel y la situación era producto de mi mente anticipatoria. Muchas veces mi ansiedad no tiene una razón concreta: me siento amenazada pero no soy capaz de darle una entidad al peligro, lo cual hace más difícil combatirlo, porque es como un enemigo que acecha continuamente, esperando el momento. Agorafobia, sin embargo, nunca había sentido, y no me ha gustado.

Quizás está relacionado con el miedo a la vuelta a la realidad. Se acaban mis días de vacaciones y he de regresar a todo lo que he dejado aparcado. Aquí he creado una burbuja de distancia y la he llenado de montes, bosques y ríos, y esto me ha permitido olvidarme de todo. Pero la hostia de realidad va a ser tremenda.

Pienso que viajar es una especie de evasión. En mi caso, viajar es una necesidad, me da una vía de escape para sobrevivir y me da paz. Quizás soy un poco compulsiva a la hora de hacer mis vacaciones: no concibo estar parada sin hacer nada. Necesito moverme, necesito conocer, necesito experimentar... Lo llevo haciendo tantos años, que ni me planteo la otra opción. Quizás debería.

Ayer, para pasar el calor, decidí echarme la siesta bajo un haya y dejar pasar el tiempo a la sombra. Estuvo bien. Necesitaba parar y no hacer nada. Necesitaba recrearme en el presente de una manera más estática. Porque siempre habrá un horizonte nuevo al que llegar, pero no el momento presente. Y que conste que lo de viajar tiene mucho de mindfulness, ya que te hace estar en el aquí y en el ahora. Especialmente si te pierdes en una carretera sin cobertura. Allí estamos, mi coche y yo, sin responsabilidades, sin obligaciones, sin presiones, sin tener que medir las palabras, sin tener que/querer complacer a nadie, sin tener que interaccionar (lo justo)... Y eso que en este viaje pensé que había sido mala idea venir sola, que estoy un poco cansada de estar sola y no poder compartir con nadie... Y ya ves, si es que tengo el social en ciego.

No sé si todos los destinos son válidos al viajar. Todos traen experiencias, seguro, pero no en todos se puede ser uno mismo. No me gustan los lugares masificados y prefiero evitar las zonas urbanas. El cambio de energía de una zona urbana a una natural es bestial. No es que reniegue de la ciudad, pero ya tengo bastante durante el año, y además representa una versión distinta a lo que soy. En la naturaleza me asilvestro un poco: aquí me convierto en la doncella salvaje que camina descalza por la tierra, la que escala las rocas, la que  explora las cuevas, la que se mancha de barro, la que se zambulle en las pozas, la que se entretiene con las plantas y los animales, la que se pierde admirando los jirones de las nubes... En la ciudad una parte de mí intenta ser así, pero no es fácil. En la ciudad hay otros elementos y otras situaciones.

Yo necesito regresar a la naturaleza para recordar el animal que soy, que es lo que me da poder. La mente está bien, pero es la tierra la que sostiene, la que materializa, la que permite que las cosas sean tangibles y reales. La tierra es la que me ayuda a contener la mente, a darle un ancla, porque si no, mis pensamientos se disparan hacia asuntos irreales y falsos. Cuánto miente la mente, y cuánto nos identificamos con nuestras ideas.

Por eso amo la naturaleza. Por eso mismo, no entiendo esa agorafobia.

"Sólo mira la vida con ojos más juguetones. No seas serio. La seriedad se vuelve como una ceguera. No pretendas ser un pensador, un filósofo. Simplemente sé un ser humano. El mundo completo te está duchando con su alegría de tantas maneras, pero tú eres demasiado serio, no puedes abrir tu corazón". Osho. 


jueves, 30 de julio de 2020

Challege get-to-know-you D5: 6 canciones a las que soy adicta

Otra entrada complicada, porque mira que hay.


  1. "Replica" de Sonata Artica
  2. "Hellowed by thy name" de Iron Maiden
  3. "Touch of evil" de Judas Priest
  4. "My guitar lies bleeding in my arms" de Bon Jovi
  5. "Fading Hours" de Rage
  6. "Come clarity" de In Flames. 

miércoles, 29 de julio de 2020

Querido Pedro

Querido Pedro:

Blanca me llamaba ayer por la mañana para darme la noticia de tu fallecimiento. Parece que te fuiste mientras dormías, y no puedo pensar en una muerte más dulce. Es además una muerte que pega mucho con tu personalidad: tranquila, discreta, y sin querer molestar, como un eneatipo 9. Me conforta mucho saber que ha sido así y que no has sufrido, me da paz.

Quizás por eso llevo bien la noticia. Yo me despedí de ti hace un par de semanas y te encontré tan en paz, que pude aceptar el desenlace sin mayor problema. Dicen que la buena muerte se relaciona con la buena vida, pero no me cabe duda de que la aceptación ayuda a superar el apego a este mundo. Tú habías aceptado tu final y se te veía sereno, en espera de la muerte te llevara. Juraría que eras ateo, pero para mí ahora estás en brazos de la dulce Ataecina que te lleva al otro lado del velo y cuida de tu camino para que no sientas miedo. Esta idea de ir acompañado en el tránsito oscuro también me conforta. Si en cambio ves a Cernunnos, pídele que su canto sea como el de Freddy Mercury.

Y por cierto, te has dado cuenta de que ahora podrás hacer karaokes con Freddy? Te encantaban los karaokes. A mí me llamaba la atención que una persona tan seria y tan correcta tuviera ese gusto. Era como una pequeña concesión al desmadre. Porque siempre estabas en tu sitio, siempre contenido, siempre medido, siempre controlado, siempre manteniendo la distancia con las personas y a raya a los sentimientos. Pero en el karaoke te transformabas y se intuía en ti una pasión reprimida de niño que te hacía parecer más joven y más vital.

Recuerdo una cena de Navidad con karaoke que organizamos Bea y yo para toda la unidad de SIM. Recuerdo que te apuntaste a la lista como Farrokh (yo era Gothikat) y te hice la broma de Farrokhito. Casi me matas, pero en el fondo te hizo gracia. Creo que yo te parecía graciosa. Las cosas que te decía... Era tan franca contigo... Rodrigo decía que a mí me permitías decirte cosas que a otros no, y yo jamás sentí miedo a decirlas por duras que fueran.

Por cierto, no llegasteis a cumplir el trato del karaoke versionando a los tres tenores, mientras que yo os canté "Marinero de luces". Ese año había ganado el PP las elecciones y en el Intermedio escribieron una letra alternativa de la canción "Resistiré" del Duo Dinámico (que curiosamente se ha hecho famosa en el confinamiento del covid), que daba ánimo para soportar los años de gobierno de Mariano Rajoy. Te la cantaron Charles y Alberto y fue un momento muy divertido. Te lo tomaste bien, como siempre.

Como jefe fuiste maravilloso, al menos para mí. A tu lado todos los problemas parecían diluirse y eso daba mucha calma. A veces parecías impasible, como si nada importase. Solamente te vi nervioso en la primera review del proyecto Master que liderabas. Por eso supe que era importante para ti. No sé si otros lo captaron.

Te casaste en medio de las propuestas de una call de ICT del FP7. A veces tenías estas salidas incomprensibles, que para mí eran como un poco de vapor de tu olla exprés interior saliendo por la pesa. Nos dejaste un marrón de cuidado y a Enjuto Mojamuto de responsable.

Pero luego tenías grandes gestos de responsabilidad, como venirte conmigo a la review de MASSIF. Yo no lo necesitaba, porque lo tenía controlado y, además, venía Rodrigo conmigo, pero quisiste venir a apoyarme. Recuerdo que fue mi primera review de coordinación y que estaba nerviosa. El día previo al viaje mi madre insistió en que me tomase un lesatin. Pero en vez de una pastilla de 150gr me dio una de 350gr. No tuve nervios en toda la rewiew porque estaba bajo el efecto de las drogas. Paolo Verissimo vino a decirme que tenía que estar calmada, y yo te pregunté: "acaso parezco nerviosa?". Si estaba drogada!!! De hecho, recuerdo encontrarme contigo en el aeropuerto y avisarte de yo yo suelo dormir en el avión, y caer como una ceporra a tu lado mientras tú trabajabas. Qué vergüenza. Menos mal que no me lo tenías en cuenta.

Y vaya mierda de review que fue: Rodrigo intoxicado por la langosta de la cena, el reviewer español en contra, parando a Ricardo para que su "honor" no nos trajese más problemas... Nos dieron por todos lados, pese a que el proyecto iba bien y la review estaba bien preparada.

Por cierto, que sepas que mientras escribo esto, se oye un quejido fuera de la casa continuo. No sé qué es. Te imaginas que fuera un lobo?

A ti te gustaba hablar de política. Es parte de ese alazo 1 que tenías, que necesitabas cambiar el mundo porque creías que no estaba bien. Por supuesto, tenía que cambiar conforme a tus ideas, las únicas "correctas" . Te definías como neoliberal y suscribías el modelo de Esperanza Aguirre. Estabas empeñado en decir que yo también era neoliberal y yo todo el rato rebatiéndolo. Porque te encantaba debatir, aunque el resto no compartiera tus ideas. Creo que había cierto intento de evangelización, aunque jamás imposiciones o arrogancias. Siempre me han parecido un ejemplo de concordia los debates que teníais en la comida Alberto, Darío y tú sobre la política y la situación del mundo en general. Pero a mí me aburría hablar siempre de los mismos temas, por eso dejé de acompañaros. Por supuesto, mis temas te parecían un horror, aunque te vi preocupado por mí cuando pensaste que quizás había acabado en una secta. O peor aún: un grupo de feminazis anarcas!

Eras pura razón y pura lógica. Quizás demasiado. No llegabas a entender la condición humana y creo que eso te hacía tomar decisiones poco empáticas. La gente te habría seguido a cualquier parte, pero necesitaban algo más de cercanía por tu parte. Luego te sorprendía que yo tuviera más información que tú o que supiera leer a la gente y las situaciones mejor. Creo que eso te intrigaba porque era ajeno a ti. Aun así, me diste la confianza para ser tu segunda, por "emocional" que yo fuera, según tú. El día que me lo dijiste me supo a cuerno quemado, porque para mí ser emocional no significaba tener el juicio nublado o tomar decisiones equivocadas, simplemente tomábamos decisiones desde perspectivas y sentimientos distintos. Y créeme que luego he sido juzgada por otros por ser fría. Para que veas, que el nivel de emotividad es subjetivo. En todo caso, yo procuraba el bien de los proyectos, el grupo y el tuyo, por eso te animaba continuamente a hacer reuniones donde poder aglutinar a la gente. Que mira que te costaba.

Siempre te dije que tú jamás me habrías contratado, porque entonces buscabas fundamentalmente a programadores tipo nerd, que cuadraban con tu idea de candidato válido. De verdad, qué mal se te daba calar gente. Recuerdas a "caballo blanco"? Cantaba la traviatta, no sé cómo no lo viste. Bueno, creo saber por qué: te viste reflejado en él, en su forma de ser, en su traje... Pero nada que ver. Menudo cantamañanas!

En mi caso, yo entré por Aljosa, que entonces era tu jefe. Recuerdo que en la entrevista me dijo que tenía tres grupos: seguridad, media y lo que hoy es sector público, y me preguntó dónde me veía. Yo no me decidí, porque entonces yo venía del hardware y hacía un cambio a la gestión, y me daba igual un sitio que otro. Qué suerte tuve de que Aljosa me pusiera contigo,aunque al principio estuve trabajando directamente con él.

Yo te he sido muy leal, porque te ganaste ese derecho. Incluso era leal cuando me enfrentaba a ti, como esa vez que llegué a dimitir de la coordinación del proyecto WITDOM porque me negué a hacer una cosa que querías: acusar a los socios de la situación del proyecto. No sé si llegaste a entender mis razones. Para mí, los consorcios son mi manada y me gusta cuidarlos a todos. No es Atos y los demás, sino un grupo único, cohesionado y en una misma dirección. Sé que suena idealista, pero es mi forma de entenderlos. Por eso, no podía acusar a otros de la mala marcha del proyecto, porque era yo quien estaba al frente y la responsabilidad era mía, y porque Atos tampoco estábamos como para dar lecciones a nadie. Y salió bien.

También en Driver habría salido bien de haber llevado yo la dirección. Pero no quise participar en ello y te agradezco que no me obligaras a trabajar con alguien a quien no podía someterme. Y, mira, se demostró que yo tenía razón. Siento que tuvieras que dar un paso adelante y llevar tú el peso de aquello. Lo hiciste muy bien.

Despunta la mañana y tengo que despedirme. Solamente quería enviarte esta carta para recordar algunos de los momentos que hemos vividos y para decirte adiós. Nos hemos dejado cosas por hacer, como ese karaoke o ese concierto de Devin Townsend, tendrá que ser en otra vida. No me he cambiado a simyo ni me he comprado el umidigi, y tenemos por ahí unas criptomonedas que no sé qué habrá sido de ellas. Y seguiré votando a la izquierda, por mal que te pese.

Te doy las gracias por todos los momentos que hemos vivido juntos, por los recuerdos que me quedan, por la confianza que me tuviste y por las oportunidades que me diste. Fuiste una persona fantástica y te he querido mucho. Te voy a echar de menos. Nos vemos al otro lado del velo.

Hasta pronto

Challenge get-to-know-you D4: 7 miedos o fobias

Ésta entrada es difícil porque hay mucho donde escoger y poco para expresar. Pero ésta es mi lista:

  1. Fobia social. Quizás con cierta misantropía.
  2. Decidofobia. Porque no me gusta equivocarme, aunque lo hago con frecuencia. Errar es humano, pero lo llevo mal por mi condicionamiento infantil.
  3. Elenterofobia. Y sin embargo, me meto sola en cada berenjenal. 
  4. Aerofobia. Parece mentira, pero es así. Es algo que fui desarrollando debido al trabajo. No deja de ser un miedo a la muerte.
  5. Fotofobia. Que no es que no me guste la luz, es que me hace daño en los ojos. 
  6. Aracnofobia. Si están lejos o controladas, no hay problema, pero fuera de ese contorno me produce una aversión biológica que no puedo controlar. Y esto para muchos insectos también, como las polillas (motefobia).
  7. Metatesiofobia. Y cómo me resisto. 

lunes, 27 de julio de 2020

Challenge get-to-know-you D3: 8 cosas que me molestan


  1. El calor
  2. Hacer cola
  3. Buscar aparcamiento 
  4. La actitud incívica de la gente (y esto engloba tantas cosas)
  5. La prepotencia 
  6. El victimismo
  7. Que me tomen por tonta
  8. Que me den por hecho

sábado, 25 de julio de 2020

Challenge Get-to-know-you D2: Nueve cosas que hago cada día


  1. Respirar 
  2. Remolonear en la cama antes de levantarme
  3. Beber agua en ayunas
  4. Comer
  5. Dar mimos a mis gatas 
  6. Hidratar la piel
  7. Mirar el móvil
  8. Cerrar la puerta con llave
  9. Hablar con la Diosa

Un amor a tu altura

Mereces un amor que te rompa los miedos, que sea digno de ti: sin reservas, real, duradero, comprometido, fuerte, comprensivo, leal. Mereces un amor que contribuya a tu libertad, que sepa ser el aire bajo tus alas y la tierra buena y fecunda sobre tus raíces. Mereces un amor que no se mude, uno que nunca deje de ser.

Mereces un amor sin horarios y sin espacio para terceros. Mereces un amor que aprecie la quietud de tu silencio, que no te exija nada, que te acepte, que reconozca tu valía. Mereces un amor que entienda que tu pasado no le pertenece, que reconozca el privilegio de estar en tu presente y que anhele construir junto a ti un futuro.

Mereces un amor que no te quiera perder, que no te hiera intencionalmente y que no tarde en perdonar. Mereces un amor que te haga sentir con vida, que te inspire a crecer, que te rete; un amor por el cual luchar, un amor que despierte no sólo pasión, sino también respeto y admiración. Mereces un amor que te traspase, que sea capaz de llegar a los rincones más fríos y oscuros de tu alma, uno que no se quebrante ante tus miserias, uno que sea capaz de cubrir tus faltas.

Mereces un amor que disfrute tus locuras, que soporte tus crisis y procure calmar tus enojos; un amor que no pretenda cambiarte, que te deje ser, que te motive a soñar y que crea en ti. Mereces un amor sin excusas, generoso, paciente, bondadoso, con límites sanos, maduro y firme.

En pocas palabras: mereces un amor a tu altura.

Autora: Selene Mota

Corolario: amor propio. 

viernes, 24 de julio de 2020

La competición del dolor

Es cierto que todos nos habituamos a una química concreta del cuerpo, pero hay gente que potencia el estar mal y sentirse mal. No solo eso, sino que además compiten por ser la persona que más sufre en el mundo. Son los más diferentes, los incomprendidos, aquellos a los que la vida odia más que a nadie.

Tienen el copyright del dolor, por lo que no van a consentir que a su alrededor haya alguien más que demuestre un nivel comparable al suyo. Incluso, tienden a minimizar el dolor ajeno, como si estuviese menos justificado.
Se amparan en cualquier argumento que les permita mantener su estatus, siendo desconsiderados y crueles incluso.
Sufren mucho, pero carecen de toda empatía.
Les encanta verter su mierda en las redes, no solo como una forma de desahogo, sino en búsqueda de una atención que les haga sentir especiales.

Lo peor es cuando no sabes que estás entrando en competición con ellos.
Te abres, compartes tu pena (con lo que cuesta) y sí, al principio quizás se muestran cariñosos y comprensivos, hasta que su mente hace click y se polarizan hacia retener el título de los campeones del dolor. Entonces tu pena no vale nada y ya no mereces el consuelo que prometían inicialmente.

En este caso, no puedo culparla del todo, porque ella no tenía toda la información y se había formado una imagen de mí que no se correspondía totalmente con la realidad. Ahora quizás se siente engañada y, sobre todo, descolocada.
No tengo por qué justificarme, pero le he ofrecido una explicación desde mi perspectiva.
Todo lo demás son ataques para sentirse mal, para regodearse en esa sensación de sufrimiento a la que es adicta.
No voy a alimentar ese troll; bastante tengo con lo mío en estos momentos.
Me daría pena que nuestra amistad cambiara, pero llegados a este punto, ya me da igual perderla también a ella.

Al final sí voy a cumplir la profecía de la autosuficiencia. La autarquía emocional.

Get-to-know-you challenge

Debido a los últimos acontecimientos, me estaba planteando abandonar este blog. Pero mientras me lo estoy pensando ha surgido el tema de los desafíos online, que es algo que suele gustarme. He encontrado varios, más o menos complejos y largos, y finalmente me he decantado por éste que parece más asequible. Diez días que no necesariamente tienen que ser seguidos, pero que tienen que ver mucho conmigo. El problema va a ser escoger, que suele costarme.


Empiezo por el primero: diez hechos aleatorios sobre mí misma:

  1. Mi nombre se debe a una leona, por eso considero al león como mi animal de poder.
  2. Mi helado favorito es el de turrón.
  3. Estoy dedicada a la diosa Iberia.
  4. Nací con una marca familiar en la espalda que tuve que quitarme por la paranoia de mi madre sobre el cáncer.
  5. Se me dan bien las estructuras.
  6. De bebé me dejaron en un surco del campo y una rapaz se interesó por mí.
  7. De pequeña casi me muero porque me bajaron la temperatura corporal demasiado y no había forma de remontarla.
  8. He dormido al raso un par de veces (no lo recomiendo, hace mucho frío).
  9. He estado en Tokio.
  10. Tengo ansiedad basal.

martes, 21 de julio de 2020

El esqueleto en el armario


Y, de repente, me veo convertida en eso: un esqueleto en el armario de alguien. Un secreto del que nadie supo jamás y que fue fácil sacrificar porque no existía para el mundo, no importaba en aquel mundo.

Allí solamente era un pedazo de carne sin sentimientos, sin necesidades que contasen. Porque nunca fui alguien, sino algo, un objeto de usar y tirar. Por eso fue fácil arrinconarme en el olvido, sepultarme bajo cientos de sacos de arpillera llenos de excusas y argumentos con los que silenciar la conciencia y creer que estaba justificado asesinarme y olvidarme. Porque tu egoísmo cruel fue la mano que me sentenció.

A veces el viento se cuela entre mis costillas y hace resonar mi pena.
A veces el viento hace bailar la hoja de la daga que atravesó el lugar donde una vez estuvo mi corazón.
A veces el viento transporta el sonido de mis lamentos a través de las rendijas y le da una melodía trágica y hermosa.

Porque mi sentimiento era hermoso, dulce y puro. Inmenso. Y entre las cuerdas de un arpa habría sonado a melodía celestial, como la nieve sin pisar en las cumbres de las montañas, como la luz del sol filtrada entre las hojas de los árboles.

El cuerpo y el corazón mueren, pero ¿muere el sentimiento? O ¿acaso es como el sonido que no tiene fin? Hay palabras que quedarán expresadas en el mundo para siempre, esperando que una frecuencia las haga vibrar de nuevo. Hay recuerdos que quedarán enterrados en el mar del olvido, como el tesoro de un barco hundido perdido de los ojos del mundo y su memoria. Palabras y recuerdos que fueron mi verdad, pero no la tuya; que fueron mi razón, pero no la tuya; que yo amé, pero tú no.

Mis lágrimas, convertidas en piedra, me hunden más y más abajo. Su peso es mi losa, una losa sin nombre que recordar., una tumba sin flores abandonada. Su peso es la losa que portarás siempre, porque eres culpable de esta muerte, por muy perfecto que haya sido el crimen. Afortunadamente para ti, no tienes remordimientos ni escrúpulos que te impidan dormir. Y es el sueño el que trae el olvido.

miércoles, 15 de julio de 2020

Misericordia

Cuando era pequeña, mi madre, gran seguidora de las convenciones sociales, fue a visitar a un enfermo a su casa. Yo no entendía la situación porque, supongo, me daba mucho reparo, igual que me apetecería poco ir allí. Ella me dijo: "hay que mostrar misericordia a las personas". No entendí a qué se refería, pero se me quedó grabada la frase porque la palabra "misericordia" era complicada y enigmática. La RAE la define como "Virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenos", algo que como eneatipo 2, mi madre tiene interiorizado profundamente, pero yo no.

Aun así he aprendido algo sobre la misericordia a lo largo de los años, poniéndola en práctica en más de una ocasión. La más reciente fue ayer, visitando a mi amigo que está muriendo de un tumor cerebral.

Pensaba que no iba a poder despedirme, desde que me anunciaron que su viaje a Alemania había sido decepcionante. Descartado por todos los médicos, solamente le quedaban los cuidados paliativos, y a nosotros alguna notificación de su marcha. He rezado mucho a Ataecina por él, pidiéndole a la Diosa de la muerte que le dé paz y amor en este tránsito que realiza hacia el otro lado del velo, igual que consuelo para los que nos quedamos aquí. No podía hacer más.

Pero el sábado llamó su mujer diciendo que él quería verme, a mí y a otros compañeros del trabajo, y que arreglásemos la forma de visitarlo. Finalmente acudimos ayer dos personas, dos que llevamos mucho tiempo con él, que hemos formado parte de su equipo, que hemos compartido muchos momentos juntos, que lo queremos. Y con el corazón un tanto acongojado, nos plantamos ayer en su casa para despedirnos.

Yo le había comprado unas cervezas para agasajarlo. Era una mezcla de cerveza y pomelo que descubrió en un viaje que hicimos en Berlín a cuenta del proyecto MASSIF. Quería que rememorara aquel instante como uno de esos momentos compartidos. Pero cuando su mujer nos comentó su estado, descarté la idea, porque sentía que era inapropiado. Ahora me beberé las cervezas a su salud. Posiblemente me guarde una para el día en que me informen de su fallecimiento, para brindar por él. Me gustaría poder ir al cementerio a visitarlo alguna vez.

Creo que tuvimos suerte con el instante. Su mujer nos dijo que el día anterior se encontraba bastante mal y hubo que suspender las visitas. Ayer lo encontré sereno y tranquilo, considerando que además estaba bajo los efectos de los medicamentos. Estaba consciente y se alegró mucho de vernos, así como de recibir tantas muestras de cariño por parte de la gente con la que tenemos contacto. Le costaba hablar y prefería escuchar, con los ojos cerrados, sonriendo de vez en cuando al escuchar ciertas cosas que íbamos contando.

Hubo un momento muy especial, cuando decidió compartir una canción con nosotros. Fue una situación rara, de esas que escapa al entendimiento, pero no al corazón. Eligió la canción "looking for someone" de Genesis para nosotros, no sé por qué, pero supe que se trataba de una forma de conexión diferente y que aquel era un instante único. Para mí, esa será su canción a partir de ahora.

Creo que no volveré a verlo salvo en el ataud, si es que me da tiempo a llegar. Me quedo tranquila sabiendo que he podido despedirme y decirle que le quiero. Al final del viaje quedan el amor y los recuerdos. Me quedo tranquila además viendo todo el amor que tiene a su alrededor. Está muy bien cuidado por los suyos, especialmente por su mujer. Me pareció tan bonita la forma en que ella lo trata, con esa consideración, esa dulzura, esa suavidad, esa ternura, esa delicadeza, como si él fuese algo valioso y maravilloso (que lo es). Si tuviera que elegir una palabra para nombrarlo sería "devoción", pero sin ninguna mala connotación, como fanatismo. Es un amor muy tierno y cálido, el amor que todo el mundo debería poder tener en su vida. A mí me encantaría tener a alguien que me demostrara un amor así. Me alegré mucho de que él pudiera disfrutarlo y me alegré mucho de poder ser testigo de un amor semejante.

Aguantar el tipo no es fácil, pero lo conseguí. Esto es cosa de las mujeres de mi familia, que son duras y fuertes, y apenas se desmoronan y si lo hacen es en la oscuridad, donde quedan refugiadas por la discrección y el amparo de la sombra. Eso sí, me he despertado como si me hubiese pasado un camión por encima y estoy tremendamente cansada. Además creo que necesito reprocesar toda la experiencia aparte, porque es posible que la haya bloqueado. Así que me queda trabajo y muchas lágrimas para poder sanar la experiencia.

"Looking For Someone"

Looking for someone, I guess I'm doing that,
Trying to find a mem'ry in a dark room.
Dirty man, you're looking like a Buddha,
I know you well - yeah.

Keep on a straight line, I don't believe I can,
Trying to find a needle in a haystack.
Chilly wind you're piercing like a dagger,
It hurts me so - yeah.

Nobody needs to discover me,
I'm back again.
You see the sunlight through the
Trees to keep you warm,
In peaceful shades of green.
Yet in the darkness of my mind
Damascus wasn't far behind.

Lost in a subway, I guess I'm losing time,
There's a man looking at a magazine.
You're such a fool, your mumbo-jumbo
Never tells me anything - yeah.

Nobody needs to discover me,
I'm back again.
You feel the ashes from the
Fire that kept you warm.
Its comfort disappears,
But still the only friend I know
Would never tell me where I go.

Looking for someone,
And now I've found myself a name.
Come away, leave me,
All that I have I will give.
Leave me, leave me,
All that I am I will give.

domingo, 12 de julio de 2020

Despedidas

El amanecer suele ser un bálsamo para mí alma, con su silencio, su tranquilidad y su frescor. Un momento de serenidad antes de que el día tome impulso y el bullicio tome la realidad. Hoy, incluso, ha llovido, como si el día quisiera acompañar mis lágrimas nocturnas. No he dormido bien, no he dormido mucho, llorando por todas las despedidas que voy a tener que hacer en un plazo corto.

Son despedidas distintas pero todas son una pérdida definitiva. Todas van a dejar un vacío muy grande y una gran pena. No son fáciles para mí y siento como si el alma se me desgarrara de dolor. Hacía un tiempo que no sentía esto y no esperaba sentirlo tan pronto. Y seguramente no estoy sintiéndolo en toda su fuerza, intentando desviar la emoción hacia otro lugar para que no me engulla. Porque no soy capaz de sostenerla. 

Solamente me apetece llorar y dormir, las dos grandes curas. La tercera sería el agua, pero ahora mismo no estoy para ella. De hecho, voy a cancelar la reserva de la piscina. No sé sostener la emoción, no sé despedirme, no sé hacer el duelo. Y me siento tan abatida que ni fuerzas me quedan para nada más. Estoy muy cansada anímicamente. 

Nadie te prepara para la muerte, sea literal o metafórica, como si nunca fuéramos a pasar por ello. Nadie te enseña cómo afrontar la pérdida. Pero todo mueren y tú te quedas aquí, aturdido de dolor, intentando mantener juntos los pedazos de ti que se han desgajado, intentando que tu corazón no se resquebraje. Intentando seguir adelante cuando ni siquiera sabes a dónde vas, ni para qué. Nada tiene sentido. 

Cómo acompañas a alguien que va a morir? Qué le dices? Qué haces? Cómo te comportas? Porque tú no eres importante, pero quieres hacerle saber a la otra persona que ella sí lo es, que es querida y admirada, que su vida ha tenido sentido simplemente por haber tenido una influencia en la tuya, que agradeces tantos recuerdos juntos. Pero temes ser torpe y caer en un lenguaje banal y manido que cause más dolor que ayuda. Y da miedo. Pero da más miedo no poder decir adiós. Quizás me da más miedo por mí y por el impacto que puede tener la experiencia. No es que no haya pasado por esto antes, pero me abruma el tener que pasar por ello nuevamente, no sabiendo si podré mantener la templanza. Pero es ahora o nunca. No habrá otra oportunidad, salvo en el cementerio, una vez que el ataud baje a la tierra.

Cómo te despides de alguien que se marcha para no volver? Con quien no vas a volver a hablar? A quien no vas a volver a ver? Una decisión unilateral en la que te quedas fuera, como siempre, porque nunca has importado las suficiente como para ser una variable. Porque no te han planteado posibilidades de seguir en el juego. Un juego que has jugado a pesar de las dificultades, por el que has sacrificado tanto y en el que has puesto tanto. Un juego en el que te has entregado en cuerpo y alma porque no sabes darte si no es entera. Has apostado y has perdido, como siempre. Y a nadie le importa si ahora estás hecha añicos y no sabes cómo vas a superar el dolor.
Entiendes el porqué de la decisión, pero no querías ser el lastre del que se desprende sin consideración y sin contemplaciones. En el fondo, esperabas significar algo, pero nuevamente te has dado de bruces con la realidad, esa realidad que siempre estuvo ahí y nunca quisiste ver: no eres suficiente, no vales nada, no importas nada.

Y cómo te despides de algo que querías y que no va a ser jamás? Un sueño que tanto deseaste y que muere para siempre? Y cómo matas esa parte de ti que tanto anhelaba ese sueño? Cómo aceptas lo inevitable? Cómo te rindes si te niegas a aceptarlo? Como calmas esa parte de ti que aulla de desesperación? 

Y habrá más pérdidas. 

Así que ahora miro el vacío y duele. Duele tan insoportablemente. Y me doy cuenta de que me siento perdida en un lugar muy frío y oscuro, y que no sé dónde está la salida, si la hay. Y no es la primera vez que estoy aquí, pero había olvidado cómo se siente uno en el destierro y el olvido. 

viernes, 10 de julio de 2020

Volví a mí y sucedió la magia

Dejé de insistir donde no había lo que buscaba.
Dejé de pedir en manos cerradas
Dejé de esperar en sillas ocupadas.
Dejé de intentar en un cuerpo ajeno.
Dejé de pretender que el otro entendiera.
Dejé de poner los ojos y la esperanza en corazones que no querían latir al lado mío.
Y entonces, magia.
Magia.
Volví a mi, como único destino posible.
Volví a mi, como único camino disponible.
Volví a mi, como el único reencuentro pendiente.
Volví a mi y pude verme las costillas, los dolores y mi alma deshidratada, pidiendo agua.
Y me recibí. Me acaricié. Me perdoné. Me recosté sobre mi hombro. Me nombré con mi propia voz. Y me encontré. Distinta pero intacta. Me tuve otra vez. Me tengo otra vez.
Y entonces, magia.
Tengo las llaves de las puertas que quiero abrir. Acá, adentro.
Afuera solo están las cerraduras.
Pero yo decido dónde y de mí depende cómo.
Yo decido dónde.
Yo elijo cómo.

Lorena Pronsky

jueves, 9 de julio de 2020

La muñeca de trapo


Toman decisiones sin tenerte en cuenta y luego esperan que no te afecte, que no reacciones mal, que no te duela.
Como si fueras una muñeca de trapo para usar y tirar.
Como si te pudiesen maltratar sin consecuencias ni reproches.
Como si no tuvieses el derecho de expresar tu dolor, tu malestar, y todo ese sentimiento de sentirte ninguneada, despechada, maltratada.
Porque para las buenas está cualquiera, pero para las malas no.
Todo tiene que ser rosa o aséptico.
Pues será aséptico.
Mi dolor me lo quedo yo, mis heridas las remiendo yo, mis cicatrices las trato yo.
Mis jirones los recojo yo y los coso yo, y también busco el relleno con el que cubrir las pérdidas.
Mis lágrimas las seco yo, el ataque de ansiedad lo calmo yo, el abrazo reconfortante me lo doy yo.
Como siempre.
Porque a nadie le importo una mierda, salvo a mí misma.
Es una época de pérdidas.
Estoy harta de perder siempre y creo que lo voy a perder todo.

miércoles, 8 de julio de 2020

Embodiment



Llegó por fin uno de los días grandes de la Espiral, ése en el que nos explicaban por fin cómo hacer la mítica corporización de la Diosa, también llamado "embodiment". El embodiment es una herramienta que utiliza la sacerdotisa durante algunas ceremonias prestando su cuerpo a la Diosa para que la comunidad pueda tener una experiencia con ella. Normalmente se trata de recibir un mensaje directo de la deidad invocada, pero es mucho más: es poder sentirla a través de la sacerdotisa. En alguna otra tradición a esto lo llamarían "posesión", pero no es exactamente tan desagradable como uno pueda imaginar.

Tenía muchas reservas por el proceso debido a mi naturaleza mental. La experiencia se basa en una rendición de la sacerdotisa a la Diosa, permitiendo que sea Ella la que use su cuerpo para manifestarse en el mundo. Es también una rendición de la comunidad a la Diosa a través de la experiencia. Por ello, es muy difícil de explicar el mecanismo. Pasos hay, pero las sensaciones son bastante indescriptibles como para poder transmitir algo que sea entendible o comprensible. Mucha gente opinará que estoy loca o que me invento estas cosas.

La sensación más clara que puedo describir procede de la "aspectación", una primera práctica que requiere una menor rendición a la energía divina. El mecanismo es el mismo que el del embodiment, pero difiere en el grado de consciencia. Decidí invocar a la Diosa Ama Lur, la madre tierra, porque fue la Diosa que me tocó invocar al abrir la sesión y es una diosa con la que me siento bastante cómoda. Así que me senté para conectar y, transcurridos unos minutos, sentí una energía subiendo de la tierra que entraba por mis pies y se iba convirtiendo en piedra a su paso. No perdí la consciencia en ningún momento, pero supe que no hablaba yo porque las palabras fluían solas y porque miraba a la gente directamente a los ojos, algo que no suelo hacer generalmente.

Como aperitivo estuvo bien, pero llegó el "oráculo" y fue mucho más. Seguí con la diosa Ama Lur para conectar. Supongo que lo hice rápido porque acababa de conectar con Ella en la aspectación. A diferencia de ésta, en el oráculo el mensaje es personal. La persona se acerca al oráculo y formula su pregunta, que es respondida a través de la sacerdotisa. Yo recuerdo los momentos en que las personas se acercaban a preguntar, pero no las respuestas. Ahí me fui. ¿A dónde? Ni idea. Yo solamente recuerdo que al terminar fue como si me despertasen de un sueño y que estaba muy mareada y sudando. Tomé agua, chocolate, me refresqué...todas mis lovelies me acompañaron para poder bajar mis raíces al tierra, hasta que fui consciente de que estaba de regreso. Fue, sin duda, la práctica más exitosa de la tarde.

Quedaba el embodiment. Tuve un momento de miedo como el que he sentido antes de la anestesia general: sabes que te vas a dormir, pero no quieres rendirte. Esto fue lo mismo: no quería perder el control. Quizás por eso, no entré tan profundamente en ese estado de inconsciencia que tuve en el oráculo. Habría querido llamar a Ama Lur también, pero cuando me dieron un velo azul, me fui al agua y llamé a Domnu. El agua se me da bien y conseguí conectar con Ella. Su energía era muy diferente a la de Ama Lur, ciertamente, más ligera y fluida, pero también profunda y oscura. Y di los mensajes, pero no me fui tanto, así que nos ahorramos en parte el espectáculo anterior de la borrachera espiritual.

Acabé agotada después del encuentro. Al llegar a casa me moría de hambre y esta mañana me he levantado como si me hubiese arrollado un camión. También he soñado mucho, pero solamente recuerdo fragmentos de agua y cristales rotos. Aun así estoy bastante contenta con el resultado, sobre todo porque parecía algo inviable. Me gustaría volver a practicar pronto.

Ya casi estoy preparada para la dedicación.