Iba a hacer un post hablando de psicosomática, pero se me ha cruzado esta mañana un cartel sobre la violencia obstétrica, y he decidido hablar de esto en su lugar.
El cartel venía a decir que la presencia del padre en el parto es también violencia de género. Como feminista que me considero no me puede molestar más una afirmación así. Esto no es feminismo, es estupidez, y la estupidez no sabe de sexo, edad, clase, raza o ideología.
Para mí, la violencia obstétrica es otra cosa. Es un trato inadecuado a la madre y al bebé durante toda la gestación, pero muy especialmente en el momento del parto. Tiene que ver con partos programados a conveniencia de los ginecólogos, el maltrato a la madre, el maltrato al bebé, el meter quince estudiantes en el paritorio para que aprendan...
La presencia del padre en el parto no sé si es una ayuda o un estorbo, pero me parece una idea bonita que pueda presenciar el nacimiento de su bebé. Y no se trata tanto de los derechos del padre, sino de algo más importante, que es de lo que va todo esto: es la llegada de un nuevo ser al mundo. Un ser que ha vivido en un entorno cálido, acogedor, protegido y de repente le obligan a salir a un entorno frío, ruidoso y hostil. Desde que somos concebidos, toda la experiencia de la gestación se va grabando en nuestro cuerpo, y el momento del nacimiento es un momento muy especial. No es lo mismo venir al mundo a través del canal vaginal que ser extraído por cesárea. Es un schock importante. Ser recibido con amor y alegría, es una diferencia significativa.
Cuando estuve embarazada de BH, como padre no iba a haber, siempre pensé que querría que me acompañase mi hermana en el parto en detrimento de mi madre, porque el nivel de consciencia de mi hermana es superior, por mucho amor que mi madre pudiera sentir hacia su nieto. Mi hermana sabe qué es el proyecto sentido y lo que implica. Yo habría querido que a mí bebé le hubiese recibido alguien que lo hubiese cargado con amor y le hubiese dicho: "bienvenido al mundo, BH, te queremos". Y de paso, habría mantenido a raya a los médicos, enfermeras o matronas en caso de un maltrato.
Al final, en realidad, estamos en manos de ellos, porque nosotros no sabemos de medicina y es necesario confiar y dejar trabajar a quien sabe. Pero creo que sí sabemos de trato humano. El día del aborto de BH, que yo estaba en schok y no pensaba bien, no me sentí muy bien tratada, ni asesorada, ni acompañada por el personal del hospital. Un poco de cariño y atención me habrían venido bien. No sé qué yo era un ser humano, no una vaca, que es como me sentí. Y no me pude quejar porque no estaba en mí, no tenía recursos emocionales ni mentales para gestionar aquella situación.
Imagino que un parto puede ser mucho peor, en el sentido de que la madre se encuentra muerta de miedo, vulnerable, y dolorida, y necesita una cariño especial que quizás no encuentra. No sé si estoy a favor o en contra de las "doulas", quizás sólo de trata de que te traten como a un ser humano en un momento de vulnerabilidad.
El cartel venía a decir que la presencia del padre en el parto es también violencia de género. Como feminista que me considero no me puede molestar más una afirmación así. Esto no es feminismo, es estupidez, y la estupidez no sabe de sexo, edad, clase, raza o ideología.
Para mí, la violencia obstétrica es otra cosa. Es un trato inadecuado a la madre y al bebé durante toda la gestación, pero muy especialmente en el momento del parto. Tiene que ver con partos programados a conveniencia de los ginecólogos, el maltrato a la madre, el maltrato al bebé, el meter quince estudiantes en el paritorio para que aprendan...
La presencia del padre en el parto no sé si es una ayuda o un estorbo, pero me parece una idea bonita que pueda presenciar el nacimiento de su bebé. Y no se trata tanto de los derechos del padre, sino de algo más importante, que es de lo que va todo esto: es la llegada de un nuevo ser al mundo. Un ser que ha vivido en un entorno cálido, acogedor, protegido y de repente le obligan a salir a un entorno frío, ruidoso y hostil. Desde que somos concebidos, toda la experiencia de la gestación se va grabando en nuestro cuerpo, y el momento del nacimiento es un momento muy especial. No es lo mismo venir al mundo a través del canal vaginal que ser extraído por cesárea. Es un schock importante. Ser recibido con amor y alegría, es una diferencia significativa.
Cuando estuve embarazada de BH, como padre no iba a haber, siempre pensé que querría que me acompañase mi hermana en el parto en detrimento de mi madre, porque el nivel de consciencia de mi hermana es superior, por mucho amor que mi madre pudiera sentir hacia su nieto. Mi hermana sabe qué es el proyecto sentido y lo que implica. Yo habría querido que a mí bebé le hubiese recibido alguien que lo hubiese cargado con amor y le hubiese dicho: "bienvenido al mundo, BH, te queremos". Y de paso, habría mantenido a raya a los médicos, enfermeras o matronas en caso de un maltrato.
Al final, en realidad, estamos en manos de ellos, porque nosotros no sabemos de medicina y es necesario confiar y dejar trabajar a quien sabe. Pero creo que sí sabemos de trato humano. El día del aborto de BH, que yo estaba en schok y no pensaba bien, no me sentí muy bien tratada, ni asesorada, ni acompañada por el personal del hospital. Un poco de cariño y atención me habrían venido bien. No sé qué yo era un ser humano, no una vaca, que es como me sentí. Y no me pude quejar porque no estaba en mí, no tenía recursos emocionales ni mentales para gestionar aquella situación.
Imagino que un parto puede ser mucho peor, en el sentido de que la madre se encuentra muerta de miedo, vulnerable, y dolorida, y necesita una cariño especial que quizás no encuentra. No sé si estoy a favor o en contra de las "doulas", quizás sólo de trata de que te traten como a un ser humano en un momento de vulnerabilidad.
He estado en los partos de mis tres hijos y su posterior cuidado en el hospital hasta que te permiten ir a casa y puedo decir que siento que al hombre le tratan como un ser ofensivo y prescindible, en general.
ResponderEliminarSin embargo la esposa recuerda mi presencia como un gran apoyo y ayuda, y que durante el parto me echó de menos cada vez que me hacían salir de la sala.
¿Conclusiones? No las tengo.
Estas Navidades ingresaron a una conocida a punto de dar a luz en el Gregorio Marañón. Rompió aguas a las 11 de la mañana. Dilatada al máximo. Pero no la llevaron al paritorio hasta 8 horas después. Pudo haber pasado de todo en esas horas, tanto a la madre como al niño. La razón? Son navidades y hay menos personal. Pero es más importante para algunas personas considerar si el padre debe o no debe estar en el parto.
ResponderEliminarEste Enero tuvo una amiga un grave accidente de tráfico. La ayuda médica tardó algo más de lo habitual en llegar, pudo haber muerto. La razón? Era hora punta. Pero es más importante para algunas personas considerar si contamina más diesel o gasolina.
ResponderEliminarCuánto tiempo libre tienen algunos personos...
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