viernes, 4 de enero de 2019

Maestros verdugo

Estoy haciendo un reto mensual sobre música, que consiste en poner cada día una canción que asocie a un tema concreto que se ha propuesto en una lista. La última canción era sobre una persona que preferirías olvidar. Tuve muy claro quién desde el primer momento: Ariel. Ariel fue un jefe que tuve en el 2004 y que me hizo pasar unos momentos muy duros. Aquella época coincidió con el lanzamiento y posterior tour del album "Reise Reise" de Rammstein, que me ayudaba a sobrellevar la situación, pero al mismo tiempo, aquellas canciones quedaron teñidas por la energía del momento. Es un album que me gusta mucho, pero no suelo escucharlo.

El pensar en aquella época removió ayer los recuerdos y las sensaciones vividas, que no fueron muy agradables. Yo entonces no tenía muchos recursos para enfrentarme a la situación y me encontré sola lidiando con aquello. Ariel era realmente mala persona, aunque jamás pude sentir odio hacia él, más bien me daba mucha pena. Se veía claramente que tenía un tema personal no afrontado que lo pagaba con los que tenía por debajo, incluída a mí. No fui sola yo, lo cual me ayudó a ver que no estaba loca, sino que él era la causa de mi sufrimiento.

Conseguí salir de aquello con esfuerzo, pero el precio fue alto, porque desde entonces mi posición en la empresa estuvo tocada, hasta que finalmente me despidieron. No fue agradable, pero es lo mejor que me pudo pasar. Me siento agradecida por ello.

En el curso de Ho'oponopono se habla de los "maestros verdugos", que son aquellas personas que entran en nuestra vida para enseñarnos una lección importante, muchas veces a través del dolor. No siempre los maestros traen sufrimiento, pero muchos de ellos sí. Son personas que nos van a poner a prueba para impulsarnos hacia adelante, para sacarnos de nuestro estancamiento, si somos capaces de aprender dicha lección. Se habla también de pactos álmicos sellados antes de nacer para la propia evolución del alma en este plano. Quizás Ariel fuera uno de estos maestros verdugos, aunque no he sido capaz nunca de ver cuál era la lección que tenía para mí. Puede que la conozca a nivel Inconsciente.

Recuerdo que la última vez que nos vimos fue en un Vips cerca del trabajo. Quería hablar conmigo, pero creo que su intención era atarme en corto, incluso amenazarme. No tendría que haber ido a aquella reunión jamás, pero accedí porque era un poco boba (de buena a veces...). Sin embargo, no sé de dónde fui yo quien le cantó las cuarenta a él. Sé que no esperaba esa reacción por mi parte, ni siquiera yo la esperaba. Fue como canalizar un torrente de rabia que sacó todo lo que llevaba por dentro. En cierta forma le di donde más le dolía, pero me dio igual porque yo no podía pararlo. Me quedé bastante relajada.
Después de aquello apenas tuvimos contacto, gracias a dios. Luego supe que había estafado a la empresa y que había desaparecido. Parece ser que en todos los sitios donde había estado, había hecho alguna trampa. No es que me alegrase, pero en cierta forma me sentí redimida, porque se demostraba quién era semejante personaje.

Nunca más supe de él.
Tampoco supe más de la gente que trabajó conmigo en aquel tiempo para él. Me dolió tanto la experiencia, lo pasé tan mal, que no quise tener vínculos con nada que me recordase a él. Cerré la pueta e intenté pasar página.

Y ahora viene el ejercicio y me remueve. Fue como revivir todo aquello otra vez, y eso que lo tenía bastante sepultado en la memoria. No ha sido agradable, no he pasado buena noche, aunque la perspectiva ayuda a ver las cosas de otra manera y no hay tanta implicación. Tampoco soy la que era entonces. Curiosamente he llamado "Ariel" a mi ego malo para la terapia.

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