miércoles, 1 de mayo de 2019

La Amante



Cierran las elecciones nacionales con una sorprendente movilización del voto de la izquierda para hacer ganador al PSOE. Lo veo como algo muy positivo, teniendo en cuenta los escenarios oscuros que se vislumbraban en el futuro. Aunque también hay que reconocer que esa movilización se hace desde el miedo, el cuál es la respuesta a un discurso de odio por parte de un partido concreto. En realidad, dicho partido no es más que una expresión de lo que hay en una parte de la sociedad: miedo, odio, y ego.

Quiero creer que la parte positiva es que ganamos en libertades, especialmente la libertad de ser uno mismo. Y es muy significativo que esto haya sucedido justo cuando estamos entrando en la época de la Diosa Amante, que ahonda en la soberanía de uno mismo.

La Diosa Amante es, sin duda, el arquetipo más machacado de lo Divino Femenino. Mientras que a la Doncella y a la Madre las toleraron (a su pesar), a la Anciana la denostaron bajo el epíteto de "bruja", pero con la Amante se cebaron hasta casi hacerla desaparecer. No se podía consentir que la mujer fuera soberana de sí misma, que ejerciera su voluntad, que expresara su opinión y su sexualidad. La mujer no podía ser par del hombre, tenía que estar por debajo o anulada, rompiendo el equilibrio. Por eso molestan tanto mitos como el de Lilith, la primera esposa de Adán, que se negó a someterse. Si no podías ser madre y esposa perfecta y sumisa, sólo te quedaban dos modelos a desarrollar: la monja o la prostituta (no precisamente la prostituta sagrada).

Pero llega Beltane, y con ella las energías de la Diosa Amante. Amar es entregarse incondicionalmente, sin ser sumiso, desde la libertad, sin esperar nada a cambio. Amar es expresarse plenamente, disponiendo libremente del cuerpo y de los afectos. Afectos que no solamente hacen referencia a un hombre, sino también a cualquier cosa que ella pueda amar: un lugar, un animal, una afición, un ideal.

La amante busca empoderarse y sentirse poderosa, sentirse soberana de su territorio, sentir placer, gozo y disfrute sin miedo, culpa o vergüenza, conectar e intimar con el otro. La mujer que se da a sí misma no ve nada malo en tocarse, en darse placer, es un principio de exploración, de reconocimiento de lo más oculto y prohibido de una mujer: su sexo.

Pero la amante también tiene su sombra, que se expresa bien como la amante no correspondida o como la prostituta. La primera evitará la intimidad para no sentirse vulnerable y herida, y se mostrará emocionalmente no disponible, sin arriesgar su corazón, para que no le hagan daño. Pero también existe aquella amante que vive desde la libertad y no quiere arriesgarla, por lo que huirá del amor para no perderla, incapaz de comprometerse.

La segunda vivirá para complacer a los demás dejándose de lado, incluso actuando contra sí misma, cediendo sin defender lo que es de ella, sin reclamar lo que es de ella. Se venderá o se sacrificar por miedo a la soledad o por creer que ella carece de poder por sí misma.

La amante auténtica es una reina. Es poderosa, es fuerte, es libre. Es una mujer que ama la vida, el presente y el ahora. Es una mujer que ama a su amado y se ama a sí misma, y se entrega plenamente.

La amante es la integradora. La amante se une al otro para ser uno. Pero también reconcilia en sí misma todos sus aspectos, oscuros y luminosos, para aceptarse plenamente.

Para terminar, voy a copiar un párrafo que me ha gustado mucho sobre la amante, sacado de aquí:

"La amante es la vida misma, es plenitud; es el encuentro de un hombre y una mujer que, como la lluvia que cae sobre el mar, vuelve a renacer con él, creándose y recreándose mutuamente; la amante es armonía. 
Sin ella no se es plenamente hombre ni artista ni aventurero. 
Es fuerte y sabia; protectora y astuta como una espía; la más bella de todas las mujeres; conoce todos los secretos del amor, aquellos que estimulan el cuerpo y el alma, los guarda pero los revela sin palabras; conoce los deseos más ignotos, esos que sólo se atreven a imaginar quienes están en el lecho de muerte. 
Inteligente, pudorosa y desvergonzada; paciente y solitaria; desenfrenada y atenta. 
La amante es un espejo que permite desvelar las máscaras hasta encontrar el verdadero rostro. Muy pocos sobreviven a su amor pleno, porque todo cuanto existe crepitará, arderá entre su fuego. Es a la vez la madre y la hija, purifica y se purifica entre los brazos de su amante; todo se funde y desvanece ante su amor, sólo queda una mujer que es capaz de clamar y retener, de ofrecer y ayudar."

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