lunes, 23 de septiembre de 2019

Nombres


El nombre es uno de los primeros regalos que te dan tus padres al nacer. Es nuestra primera seña de identidad, lo que permite distinguirnos de otros en un grupo. Cada nombre tiene una energía determinada, ademas de un significado que le atribuye unas características que van a acompañarnos durante toda la vida y que se va a expresar con nosotros. El nombre tiene poder, de ahí su importancia.

Llega mi iniciación como Hija de Iberia y no tenía muy claro con qué nombre dedicarme. Mi nombre real o mi nombre "mágico", por llamarlo de alguna manera. Ninguno de los dos me cuadraba para ello. No tiene ninguna lógica, simplemente que no me cuadraba. Mucho más cuando vi el vídeo de Jana sobre la Segunda Espiral de la Rueda de Iberia donde explicaba la diferencia entre la bruja y la sacerdotisa, que reside fundamentalmente en el servicio a la comunidad. Tenía que buscar algo nuevo, pero no conseguía encontrarlo. Ayer llegó, ¡justo en la semana de la iniciación!. In extremis.

Mi nombre como sacerdotisa será "Dunum", de origen celta, que significa "Fortaleza". No tiene tanto que ver con la capacidad humana, sino con la construcción, aunque ambas puedan tener un enlace. Muchas ciudades tienen la terminación "-dunum" en sus nombres, como "Berdún" que deriva de Viro (aldea) y Dunum (fortaleza), o Lyon, que procede de Lugh (el dios solar) y dunum. Me siento muy identificada con el nombre, y de hecho, muchas veces he dicho que si yo fuera una figura de ajedrez sería la torre. La fortaleza es fuerza, vigor, firmeza, solidez, resistencia, y su servicio es el de la defensa y la protección, algo que curiosamente tiene mucho que ver con el voto que voy a hacer a Iberia el próximo fin de semana (sin entrar en detalles), el cual fue una revelación de la diosa Noctiluca.

El nombre llega para la segunda cosecha, como un don, un regalo de la Diosa para mí. Curiosamente  viene con la entrada de la diosa Ama Lur, la Madre Tierra, que es roca y estructura, y con la que siempre he tenido mucha sintonía desde que empecé la Espiral. Es también un nombre anticipado por la diosa Ataecina en el embodiment del principio de la Espiral, hace ya muchos meses, cuando me dijo, entre otras cosas que indicaban mi capacidad de resistencia, que yo era la roca que no se desmoronaba. Ataecina y Ama Lur son el principio y el final de la rueda, así que es como cerrar un ciclo y empezar una nueva fase.

Aún no soy sacerdotisa, pero estoy en el camino. Quizás llegue, quizás no. Será lo que la Diosa decida. Sin embargo, el tener un nombre hace que se haya reforzado mi intención y la energía parece mucho más enfocada. ¿Significa que renuncio a la bruja? No. Quizás si lo hiciera enfocaría mucho más la energía hacia mi objetivo, pero me gusta tener una vía de escape al grupo. Aún no me siento totalmente parte de él, y tardaré en conseguirlo, porque mi individualidad y mi espíritu crítico están muy presentes. También porque me sigo identificando con la idea de la bruja solitaria y ecléctica, por lo que puedo formar parte del grupo, pero no sé si puedo diluirme en él.

A ratos me llega la voz de Paz diciendo que no es correcto tener diferentes facetas sin integrar, porque el subconsciente se vuelve loco, pero mi esencia sí es una. Es algo que tengo que madurar.

Dunum de Iberia, la fortaleza de Iberia. A mí me gusta.
Por cierto, he sacado la numerología y tiene vibración 1, justo como mi nombre de pila y mi nombre "mágico". Curioso.

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