jueves, 6 de junio de 2019

La decisión de Noa

Noa decidió morir. Amparada por la ley holandesa, que contempla el suicidio asistido, Noa decidió poner fin a una vida de sufrimiento. Se desconoce si fue realmente ayudada o no, el caso es que su suicidio se consumó. Ahora comienza el debate sobre si se debe facilitar la eutanasia a enfermos mentales, es decir, personas que físicamente están sanas, pero que arrastran un sufrimiento crónico causado por algún impacto emocional. En el caso de Noa, dos abusos y una violación habían creado en ella una depresión que no era capaz de manejar. De hecho, ella ya había empezado a matarse un poco cuando entró en la anorexia, como forma de suicidio.

¿Sería lícita la eutanasia en casos similares? Me resulta difícil de contestar.
Lo primero es que cada uno es soberano de su vida y de su cuerpo. Si su decisión es morir, es cosa suya. Un suicida, además, no va a parar hasta conseguirlo. Un suicida de verdad, no esas personas que continuamente están hablando de su intención de suicidarse, porque esas personas únicamente buscan atención. Un suicida no habla. Entonces, ¿por qué no una muerte digna y sin dolor?

El problema es que cuando tienes algún tipo de enfermedad mental o algo te ha causado un impacto emocional fuerte, tus pensamientos no suelen ser correctos. La mente miente continuamente, tanto si estás sano como enfermo. La mente te puede llevar a estados incorrectos solamente porque está generando pensamientos que no son buenos. Sería mejor tener una terapia adecuada. Pero siendo sinceros, el tratamiento psicológico de la seguridad social no es adecuado y el paciente requiere de un tratamiento privado que no está precisamente al alcance de todos los bolsillos. Es más económico morir.

He leído un poco por encima la historia de esta chica y hay cosas que me chirrían. No dudo de su sufrimiento ni de las causas que lo produjeron, pero siento que en esta historia la mano del ego está presente. Hay victimismo y hay necesidad de atención también, pero ¿quién soy yo para juzgar? Lo que me preocuparía es el efecto llamada, como el que se produjo tras la emisión de la serie "13 Reasons Why", que se trató de tal manera que podría ser considerada apología del suicidio, siendo el target fundamental adolescentes de 15-16 años. No, el suicidio no es bonito, ni es heroico, ni es romántico, ni es sencillo, ni es indoloro, y su comunicación requiere de responsabilidad.

Oscurantismo tampoco. Los medios no suelen mencionar los casos de suicido para prevenir el efecto llamada, pero las autopsias están plagadas de diagnósticos falsos. "Ahogamiento", "ahorcamiento", etc, en vez de la realidad "suicidio". Me parece terrible, me parece una forma de negación de la realidad que no ayuda a nadie. Cada vez estamos más infantilizados.

Supongo que hay mucho tabú sobre el tema, también porque enlaza con un sentimiento religioso arraigado: quitarse la vida es una afrenta a Dios, incluso más que el matar a otra persona. Existe un infierno especial para los suicidas.

Paz me contó que el suicidio está muy relacionado con la carencia de propósito. En su cosmovisión, todos tenemos un propósito para la Fuente, pero si no cumplimos con él, si no le servimos, nos quita de enmedio, y una de las formas es el suicidio. Suena un poco cruel, la verdad, pero es mi perspectiva de sujeto. Lo que sí pienso es que cuando alguien se quita la vida, interrumpe un camino y una evolución. ¿Por qué sucede? No lo sé. Pero está claro que el alma no ha completado su misión o no ha completado sus lecciones (o ¿sí?), y tendrá que terminar con ellas de otra forma. 

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