Pearl Jam es un grupo que me gusta desde los 90, aunque con el tiempo les he perdido un poco la pista. El año pasado actuaron en el MadCool y fue un pedazo de concierto. Pero una cosa es la banda y otra diferente es tener al cantante en solitario. Crisis me pasó el setlist que miré en diagonal en su momento. Había visto alguna canción de Pear Jam en la lista, pero la mayoría de las canciones me parecían desconocidas. Así que iba un poco reticente, como casi con todo lo que me parece nuevo. No sabía muy bien qué esperar del concierto, posiblemente algo intimista, tipo cantautor americano, más alejado de Pearl Jam.
El concierto se celebró en el Palacio de los Deportes. Me sorprendió la elección del lugar porque no esperaba que Vedder fuera capaz de arrastrar a tanta gente. Sin embargo me costó encontrar entradas cuando entré al portal a comprarlas. Es increíble lo rápido que se agotan para lo caras que están recientemente. No solamente es el precio de la entrada, la comisión del servicio es un abuso. Así que poquito a poquito, el precio se pone en un pico.
En su momento escogí los tres sitios que me parecieron mejores al "mejor" precio disponible entonces. No me hacía una idea de dónde íbamos a estar, y me quedé un poco chafada cuando vi que subíamos a la cuarta planta. Casi el gallinero. La última vez que estuve ahí arriba fue con la Demencia en el partido Madrid contra el Estudiantes. Se ve, por supuesto, pero queda un pelín lejos. Gracias a dios Vedder había instalado una gran pantalla que retransmitía el concierto. A través de la pantalla se mostraba no solamente a Vedder y su equipo, sino también al público, como un elemento más del espectáculo. Y qué espectáculo. Un público totalmente en comunión con el cantante. Cuando eso sucede, se produce magia. Me encanta.
A su vez, la conexión de Vedder con el público fue total. Es verdad que es un tipo extraño (para mí, un cuatro ala cinco) y tiene una forma particular de comunicarse. Tuvo dos momentos surrealistas: uno cuando empezó a contar la conexión que se siente con la persona que ha utilizado el baño previamente a ti, porque su caca no se ha ido; y dos, cuando habló del gazpacho, aunque no entendí bien el contexto. Por lo demás, tuvo un recuerdo para dos personas fallecidas que eran importantes para él. Una de ellas era Tom Petty, de quien versionó la canción "Wildflowers", que es una maravilla. Sobre todo porque dijo que era lo que le decía a su hija, y no puede ser más bonito:
"You belong among the wildflowers
You belong in a boat out at sea
Sail away, kill off the hours
You belong somewhere you feel free"
Tuvo dos versiones más: una de Michael Stipes, antiguo cantante de REM, y otra el famoso "Should I stay or should I go?" de The Clash. El resto fueron canciones propias y sobre todo de Pearl Jam. Resultó que había muchas más que las que yo esperaba. Me encantó que eligiera "Indifference" y sobre todo "Immortality", que no se prodigan demasiado. Cómo me gusta la última, aunque sea un poco trágica:
"Truants move on... cannot stay long
Some die just to live..."
Y entonces llegó "Black", posiblemente mi canción favorita de Pearl Jam, y, como siempre, me eché a llorar. Hay mucha energía de agua en el ambiente (tenemos mucha actividad en la región Cáncer y en Piscis), la verdad que la canción es triste a más no poder, y además siempre he conectado mucho con ella. Qué llorera.
"All the love gone bad turned my world to black
Tattooed all I see, all that I am, all I'll be."
Si tengo que describir la actuación de Vedder diría que fue intimista, linda, potente e impecable. Su voz es totalmente inconfundible y personal. La forma de interpretar tiene mucha fuerza, tiene intensidad, y al mismo tiempo está bien canalizada. No sé si decir que es carismático, lo que sí es que tiene presencia. Ayer él solo llenó todo un escenario que estaba decorado al mínimo. A mí me recordaba el salón de una casa, desprovisto de ornamentación con una luz amarilla y cálida para darle ambiente. Podría haber estado vacío y él habría llenado el escenario igualmente con su música, la cual se basó solamente en guitarras y el acompañamiento de una pequeña orquesta de cámara: tres violines y un chelo, que daban a la música un toque especial. Por criticar algo, diría que el sonido de la guitarra estaba alto de más, lo cual impedía escuchar bien a la orquesta, especialmente el chelo, que en ausencia de una batería y un bajo, sentaba la base de los graves.
Además de la orquesta, le acompañaba un tipo a la guitarra, que debió de ser el telonero. Digo debió porque no llegué a su actuación. Estaba cenando antes de entrar. Revisando el setlist descubrí que se trataba de Glen Hansard, que no es otro que el cantante que aparece en la película "Once", la cual tiene una banda sonora que me encanta. La película también merece la pena, solo que no tiene el final que uno espera. O mejor dicho, el final que yo habría esperado, que es cuando la gente es valiente y elige el amor por encima de las circunstancias. Jo, qué sorpresa, Glen Hansard. Pues lamento haberme perdido su concierto.
El concierto cerró con "Rockin' in the Free World" de Neil Young, una vieja conocida de los seguidores de Pearl Jam. La guinda del pastel, con un clímax total, muy buen rollo y con las ganas de volver a verle en concierto. Creo que me voy a hacer una playlist con las canciones solamente para revivirlo.
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