Le contaba ayer a Anet que para este año había decidido tomarme el trabajo con más calma. De momento he delegado una gran parte a Susana, lo que me permitirá ser más transversal y dejar que ella cargue con el grueso del grupo. Por otro lado, voy a trabajar menos horas para poder llenar mi día con otras actividades que me aportan personalmente. Voy a cumplir mi parte, por supuesto, pero no voy a cargar con la responsabilidad ajena,por mucho que eso perjudique al grupo. Ni voy a asumir el extra, ni me voy a sentir responsable, ni me voy a sentir culpable, ni me voy a sentir mal si las cosas no salen, especialmente si no dependen de mí y yo he hecho lo que estaba en mi mano.
Voy a empezar a asumir que hay muchas cosas que están fuera de mi control, muchas de las cuales saldrán mal, y que eso no significa que sea peor persona, incompetente e irresponsable. Voy a tener la humildad de aceptar que no puedo garantizar resultados y mucho menos a mi costa.
Porque esto es lo que yo solía hacer.
Hasta ahora.
Ayer me di cuenta de todo el daño tan brutal que me había causado con esta forma de abordar el mundo. Siempre me he sentido tan insuficiente, tan incapaz, que he intentado compensar mis carencias con una sobredosis de esfuerzo. Si algo requería 50, yo hacía 120 para poder garantizar el resultado, porque no confiaba en mí y en mis posibilidades, porque no me creía capaz de lograrlo. He sido así con todo en mi vida: los estudios, el trabajo, el bebé, el amor...Me he machacado viva para poder alcanzarlo y me he comportado de una manera despótica, despiadada y cruel conmigo. Todo por y para el resultado, sin considerar cómo me sentía o cuánto me estaba drenando. El resultado era mi obligación, no mi premio (¿Cuál era el premio?) Y ni siquiera me he permitido celebrar los logros, aunque quizás no había nada que celebrar. ¿Acaso no sentía odio y repulsión por todo aquello que me costaba tanto esfuerzo y lágrimas?
He soportado tantísimo. ¡Qué capacidad de aguante y sacrificio! Cuánta energía despilfarrada que podría haber sido aprovechada de una manera más positiva y fructífera. Mi vida y mi persona valen mucho más que cualquier título, ascenso, resultado, bebé o afecto. Siento muchísimo haberme traicionado de esa manera, de haberme maltratado de esa manera. Solamente puedo pedirme perdón y tratar de no caer nuevamente en esas actuaciones. Ojalá pueda conseguirlo. Me merezco todo lo mejor.
Voy a empezar a asumir que hay muchas cosas que están fuera de mi control, muchas de las cuales saldrán mal, y que eso no significa que sea peor persona, incompetente e irresponsable. Voy a tener la humildad de aceptar que no puedo garantizar resultados y mucho menos a mi costa.
Porque esto es lo que yo solía hacer.
Hasta ahora.
Ayer me di cuenta de todo el daño tan brutal que me había causado con esta forma de abordar el mundo. Siempre me he sentido tan insuficiente, tan incapaz, que he intentado compensar mis carencias con una sobredosis de esfuerzo. Si algo requería 50, yo hacía 120 para poder garantizar el resultado, porque no confiaba en mí y en mis posibilidades, porque no me creía capaz de lograrlo. He sido así con todo en mi vida: los estudios, el trabajo, el bebé, el amor...Me he machacado viva para poder alcanzarlo y me he comportado de una manera despótica, despiadada y cruel conmigo. Todo por y para el resultado, sin considerar cómo me sentía o cuánto me estaba drenando. El resultado era mi obligación, no mi premio (¿Cuál era el premio?) Y ni siquiera me he permitido celebrar los logros, aunque quizás no había nada que celebrar. ¿Acaso no sentía odio y repulsión por todo aquello que me costaba tanto esfuerzo y lágrimas?
He soportado tantísimo. ¡Qué capacidad de aguante y sacrificio! Cuánta energía despilfarrada que podría haber sido aprovechada de una manera más positiva y fructífera. Mi vida y mi persona valen mucho más que cualquier título, ascenso, resultado, bebé o afecto. Siento muchísimo haberme traicionado de esa manera, de haberme maltratado de esa manera. Solamente puedo pedirme perdón y tratar de no caer nuevamente en esas actuaciones. Ojalá pueda conseguirlo. Me merezco todo lo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario