Anoche los bomberos desalojaban a toda la finca por una fuga de gas causada a raíz de las obras que se están efectuando en uno de los pisos. Según los bomberos, parece un fallo grave del operario del gas, que manipuló la tubería pero dejó sin sellar la misma, produciendo una salida continuada de gas. Ignoro quién detectó la fuga, pero el caso es que debido a la detección se decidió cortar el gas de varias puertas y poner a los vecinos fuera de la casa mientras se hacía una inspección de todo el bloque.
Fueron momentos un poco confusos. Yo estaba en mi sofá leyendo un libro cuando empecé a oír al portero gritando por el rellano y llamando a todos los timbres. Al abrir la puerta me informó que los bomberos estaban desalojando el edificio. En ese momento yo iba en pijama y no pensé en cambiarme, a diferencia de otros vecinos que optaron por ello (¿el qué dirán?), pero cogí un anorak, una bolsa de deporte donde metí algo de dinero que tenía por casa (más lo que llevara dentro), me calcé las zapatillas y salí a la calle. A las gatas las dejé en el piso con una ventaba abierta para que pudiera circular el aire.
La alarma se canceló enseguida y retornamos a nuestras casas. Nos hemos quedado sin gas en todo el bloque hasta que un técnico repare el tema de la obra y revise cada uno de los pisos, ya que el responsable de Gas Natural no se fía (con mucho criterio). Ahora mismo ya tenemos un técnico haciendo su tarea. El problema será que no todos los vecinos están en sus casas y no podrán dar acceso al mismo para la revisión, así que el corte de gas puede durar un tiempo considerable. Yo no tengo suministro de gas, así que no tengo demasiado problema, pero hay muchos vecinos que ahora mismo no tienen calefacción, ni agua caliente, ni fuego con el que cocinar. Cómo se valoran estas comodidades cuando se pierde el acceso a ellas.
Mi conflicto con esta situación viene derivado de mi decisión de dejar a las gatas en el piso. Me siento fatal por ello. Siempre digo que son mi familia, pero anoche las dejé tiradas. No tengo mucha excusa, ya que sí llegué a considerar el hecho de buscar el transportín, pero meter a las gatas en el transportín, exudando prisa e intranquilidad, no habría sido demasiado fácil ni rápido. Y entonces fue cuando decidí que las dejaba.
Según la teoría del cerebro triuno, en casos de amenaza el cerebro reptiliano toma el control del cuerpo y decide. Es puro inconsciente orientado a la supervivencia. Yo anoche tenía la cabeza fría, como me pasa la mayoría de las veces en que estoy en una situación problemática, pero decidí en contra de mis sentimientos y mis creencias. Luego, pasado el peligro, se me cayó el mundo encima cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me sentí tan culpable, tan desleal hacia mis gatas. Con lo que he criticado yo a todos esos que dejaron abandonados a sus animales en las inundaciones. Yo he hecho exactamente lo mismo. Me siento despreciable. Y ver esa parte de mí me ha tocado mucho.
Anoche necesitaba hablar con alguien del tema, pero nadie me atendió. La mayoría estarían durmiendo, supongo. Yo me sentí muy sola, porque me vi sin nadie a quien poder recurrir. Ya me lo gestiono sola. "Alone again, naturally".
Fueron momentos un poco confusos. Yo estaba en mi sofá leyendo un libro cuando empecé a oír al portero gritando por el rellano y llamando a todos los timbres. Al abrir la puerta me informó que los bomberos estaban desalojando el edificio. En ese momento yo iba en pijama y no pensé en cambiarme, a diferencia de otros vecinos que optaron por ello (¿el qué dirán?), pero cogí un anorak, una bolsa de deporte donde metí algo de dinero que tenía por casa (más lo que llevara dentro), me calcé las zapatillas y salí a la calle. A las gatas las dejé en el piso con una ventaba abierta para que pudiera circular el aire.
La alarma se canceló enseguida y retornamos a nuestras casas. Nos hemos quedado sin gas en todo el bloque hasta que un técnico repare el tema de la obra y revise cada uno de los pisos, ya que el responsable de Gas Natural no se fía (con mucho criterio). Ahora mismo ya tenemos un técnico haciendo su tarea. El problema será que no todos los vecinos están en sus casas y no podrán dar acceso al mismo para la revisión, así que el corte de gas puede durar un tiempo considerable. Yo no tengo suministro de gas, así que no tengo demasiado problema, pero hay muchos vecinos que ahora mismo no tienen calefacción, ni agua caliente, ni fuego con el que cocinar. Cómo se valoran estas comodidades cuando se pierde el acceso a ellas.
Mi conflicto con esta situación viene derivado de mi decisión de dejar a las gatas en el piso. Me siento fatal por ello. Siempre digo que son mi familia, pero anoche las dejé tiradas. No tengo mucha excusa, ya que sí llegué a considerar el hecho de buscar el transportín, pero meter a las gatas en el transportín, exudando prisa e intranquilidad, no habría sido demasiado fácil ni rápido. Y entonces fue cuando decidí que las dejaba.
Según la teoría del cerebro triuno, en casos de amenaza el cerebro reptiliano toma el control del cuerpo y decide. Es puro inconsciente orientado a la supervivencia. Yo anoche tenía la cabeza fría, como me pasa la mayoría de las veces en que estoy en una situación problemática, pero decidí en contra de mis sentimientos y mis creencias. Luego, pasado el peligro, se me cayó el mundo encima cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me sentí tan culpable, tan desleal hacia mis gatas. Con lo que he criticado yo a todos esos que dejaron abandonados a sus animales en las inundaciones. Yo he hecho exactamente lo mismo. Me siento despreciable. Y ver esa parte de mí me ha tocado mucho.
Anoche necesitaba hablar con alguien del tema, pero nadie me atendió. La mayoría estarían durmiendo, supongo. Yo me sentí muy sola, porque me vi sin nadie a quien poder recurrir. Ya me lo gestiono sola. "Alone again, naturally".
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