Hay días que tienen un significado especial.
Son memorias que uno desea guardar activas para que no se pierdan, porque en cierta forma si tú los mantienes vivos puedes volver a pasar por ellos y sentir aquello que viviste.
Es poder recordar la sensación, la emoción, las palabras, los gestos, el lugar, el frío que hacía, las circunstancias. Es la renovación de un sentimiento.
Los aniversarios marcan un año más de amor y de entrega. En cierta forma nos pueden ayudar a reflexionar sobre cuánto hemos hecho, cuánto nos queda por hacer, cuánto hemos aprovechado, cuánto hemos malgastado.
Nos enseñan que podemos intentarlo todo, que queda mucho por vivir, aunque sean también un refugio donde un alma abatida y cansada puede encontrar algo de calor.
Es recordar por qué es importante para ti, aunque nadie más lo recuerde.
Yo siempre hago mi parte.
Son memorias que uno desea guardar activas para que no se pierdan, porque en cierta forma si tú los mantienes vivos puedes volver a pasar por ellos y sentir aquello que viviste.
Es poder recordar la sensación, la emoción, las palabras, los gestos, el lugar, el frío que hacía, las circunstancias. Es la renovación de un sentimiento.
Los aniversarios marcan un año más de amor y de entrega. En cierta forma nos pueden ayudar a reflexionar sobre cuánto hemos hecho, cuánto nos queda por hacer, cuánto hemos aprovechado, cuánto hemos malgastado.
Nos enseñan que podemos intentarlo todo, que queda mucho por vivir, aunque sean también un refugio donde un alma abatida y cansada puede encontrar algo de calor.
Es recordar por qué es importante para ti, aunque nadie más lo recuerde.
Yo siempre hago mi parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario