jueves, 12 de diciembre de 2019

Proyecciones

Uno de los mecanismos de defensa del eneatipo 6 es la proyección, es decir atribuyendo a otros lo que no puede aceptar en sí mismo, tanto positivo como negativo. Estoy intentando ver el mecanismo en mí porque hasta la fecha no he sido capaz, y he caído en algunas situaciones que quizás lo sean. Pero ¿cómo diferenciar lo que es proyección de lo que es real? Quizás la respuesta es que el mundo exterior es un espejo del interior y que nos refleja lo que sucede allí. Las personas reflejan lo que somos.

Mi primera idea de proyección tiene que ver con la autosuficiencia. Hace unos días tuve una situación desagradable con una compañera que creía una amiga (ni decir tiene que ahora mismo orbita en los anillos exteriores). Su queja tenía que ver con el exceso de carga de trabajo, pero cuando le pregunté qué quería soltar prácticamente se negó a cederlo. Mi interpretación fue que quitarte trabajo la hacía considerarse poco profesional o incluso competente, porque la gestión de los proyectos son su área de confort. Muchas veces se queja de que la gestión no le gusta, pero es lo que le da seguridad porque es lo que sabe hacer y lo que avala su propósito en el grupo. Comentándolo con Anet, me dijo que si no estaba proyectando mi propia incapacidad para dejar que me ayuden. Y me he quedado dando vueltas al tema, porque no sé si estoy proyectando o no. En realidad no importa si estoy proyectado o no, si llevo razón respecto a esta chica o no, sus motivaciones o sus temas; lo importante es que, efectivamente, me cuesta mucho pedir ayuda y aceptarla. La autosuficiencia es el mandato de mamá.

¿Cómo se rompe ese mandato? Pidiendo ayuda y aceptándola. ¿Cómo hacerlo si muchas veces no sé sobre qué pedir ayuda o no sé cómo pedirla? Aquí hay una segunda derivada: pedir ayuda es un signo de debilidad. Mostrar debilidad es algo que está prohibido en mi familia. De ahí viene la armadura exterior, el no permitirme compartir, el no abrirme...porque si me abro, me van a agredir. Tengo miedo a que la gente me haga daño y prácticamente es una certeza. "Everybody hurts". Por eso siempre habrá una parte de mí que es inaccesible.

Mi segunda proyección tiene que ver con el perfeccionismo de mi padre. Veo a mi alrededor mediocridad por elección y es algo que me irrita enormemente. Estaba pensando que me irrita casi igual que la prepotencia (algo que es otro tema a analizar), que es mucho decir. Y aquí sí me interesaría mucho saber si realmente estoy proyectando, porque no podría soportar la mediocridad en mí en el ámbito laboral (es importante esta matización).   Según el diccionario, mediocridad hace referencia a una persona de poca inteligencia o de escaso mérito, o a una persona de poca importancia, talento, eficacia, etc. Eso significaría que esto decepcionando a mi padre y no puedo soportarlo. Ahora mismo estoy escribiendo esto y me estoy poniendo muy mal solo de pensarlo. Por eso no puedo tolerar la mediocridad en otros, porque no puedo tolerarla en mí. La mediocridad está prohibida. Pero ¿tan malo es saberse mediocre, insuficiente, imperfecto?

Mi tercera proyeción tiene que ver con el amor propio. La mayor parte del tiempo siento que no le importo a nadie lo suficiente: no me dedican tiempo, ni atención, ni esfuerzo, ni me cuidan, ni se preocupan por mí, ni se interesan por mí, ni me valoran. Esto en parte podría estar relacionada con la coraza que llevo puesta, que crea una distancia entre los otros y yo. También me quejo de algo que yo hago con los demás: no soy la persona más social (lo tengo muy en ciego), ni la más extrovertida, ni la más divertida, ni la más dicharachera...pero es que además hay mucha gente que me da muy, pero que muy igual. Y esto está mal visto. Ser un asocial, no compartir los valores y las costumbres, te hace estar fuera de la manada y eso, biológicamente, implica un peligro de muerte. Por eso la hipocresía es socialmente aceptable porque es lo que te permite formar parte del grupo, pero sigue siendo una construcción falsa e interesada. Dicho esto, falsos somos todos, pero es fuerte aceptar que tú eres falso e interesado también.

La pregunta es: ¿se puede exigir lo que no se da? Existen relaciones que son muy asimétricas, donde uno pone más que el otro, o donde uno pone todo y el otro nada. El que pone mucho suele sentirse muy frustrado al no conseguir que se le retribuya en una medida similar o, al menos, parecida, y va acumulando ira y resentimiento. El que pone poco aparentemente lo tiene mejor, porque apenas compromete recursos propios. Incluso puede sentirse poderoso dando por sentado al otro. Su ego se hincha e incluso puede despreciar al primero por débil. Él no tiene que exigir lo que no da, porque lo tiene de todas formas. Pero cuando la cuerda se rompe, ¿quién sale más beneficiado? Dependerá de lo que cada uno haya aprendido en la experiencia.

Por lo tanto, ¿puedo pedir atención cuando no la doy? ¿puedo pedir amor a quien no le doy?
Pero en realidad, la auténtica proyección es preguntarme: ¿cuánto amor me doy? ¿cuánta atención, cuánto valor, cuánta importancia, cuánto respeto? 

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