miércoles, 17 de abril de 2019

Arde París





No era éste el post que tenía en mente para hablar de mi reciente viaje a París, pero la actualidad manda. Es inevitable hablar del incendio de Notre Dame y, como si no hubiese ya comentarios suficientes en las redes (algunos evidenciando la falta de intelecto de muchas personas), pues aquí está también mi crónica.

Digamos que todo se remonta a unas horas previas al incendio, cuando caminábamos hacia la Gare D'Austerlitz para coger el metro. Desde el puente se veía a lo lejos la parte posterior de la catedral y pensé en lo bonita que es esa perspectiva para una foto. Incluso pensé en hacer una para la colección, pero entonces recordé que tengo muchísimas fotos así de viajes previos. Nunca pensé que sería la última vez que vería el techo y la espina como entonces.

El siguiente punto cronológico llega en el momento del incendio. Acabábamos de montarnos en el funicular que sube al Sacre Coeur, cuando al mirar para atrás vimos un incendio enorme en la ciudad. Parecía próximo a Notre Dame, hasta que alguien dijo: "no es próximo, es en Notre Dame". Al llegar a la base del Sacre Coeur, los miradores y las escaleras ya estaban llenos de turistas mirando hacia el incendio. El Sacre Coeur está como a unos 5km de la catedral, pero su altura le confiere una vista privilegiada de toda la ciudad. Desde allí era posible seguir el incendio sin problema, debido fundamentalmente a la virulencia del incendio, que se cebaba con la techumbre de madera. Con el catalejo de turismo (de esos que no usas nunca cuando estás de visita), pudimos enfocar las llamas y ver cómo ardía todo (por cierto, 1 euro da para bastante rato). Las llamas incluso amenazaban las dos torres, por las cuales empezaba a salir un humo negro.

De repente, cae la flecha de Notre Dame entre el fuego, y el incendio parece coger brío. Un lamento recorre la multitud del Sacre Coeur. Estamos contemplando la escena con cierta estupefacción e incredulidad, como si no pudiéramos creer lo que estamos viendo delante de nuestros ojos. Por Twitter las imágenes llegan incluso con mayor claridad y dramatismo, con comentarios en tiempo real. Pienso en la cantidad de gente que está conectada en ese mismo instante. El hastag da una indicación de la medida.

Empiezan a llegar mensajes preguntando por nuestra seguridad.
Es curioso ver quién se acuerda de ti y quién no, aunque creo que es injusto juzgar. Me sorprende gratamente ver los mensajes de Isa y de Athe.

Un helicóptero sobrevuela el cielo de París y revolotea sobre la catedral, imagino que enviando información desde las alturas. En las redes se habla de 400 bomberos destinados a apagar el incendio, y sobre las posibilidades de contenerlo. A nuestra vista, el incendio ha disminuido, pero no está controlado. Tardarían toda una noche en hacerlo.

Siento emociones diversas. Desde la incredulidad, a la indiferencia, a la pena, a la impotencia. Es difícil no pensar en todo lo que podría arder: frescos, retablos, altares, cristaleras...incluso las piedras. Siento una enorme pena por las gárgolas. Luego llegarían informaciones mencionando que la estructura estaba salvada, y nombrando el esfuerzo realizado por salvar la mayoría de las obras de arte de la catedral, gracias a una cadena humana organizada a tal efecto.  No hay bajas personales, salvo un bombero herido, del cual no se vuelve a hablar.



Decidimos entrar en el Sacre Coeur y visitarlo, aunque es inevitable seguir pensando en el incendio. Apenas puse atención al mismo, aunque lo había visitado un par de noches atrás de manera muy improvisada.

En el chat de mi Espiral  y mi tribu pagana comentan el incendio, desde una perspectiva diferente. Allí, Notre Dame es un lugar de culto a la Diosa Madre, a la Diosa Oscura, a Isis, que fuera después transformada (como tantas otras) en virgen negra. Notre Dame está muy ligado al culto de lo Divino Femenino, por eso, también se siente pena por la destrucción de este lugar sagrado, que está mas allá de una religión concreta. De hecho, hasta es posible empatizar con los grupos reunidos cantando el Ave María, porque le cantan a Ella, y porque es bonito ver a la gente mostrando su fé de esa manera. A mí me resulta conmovedor.

Pero al mismo tiempo el incendio se interpreta en los círculos paganos como una renovación de lo femenino, como si fuera un ave fénix que resurge de las llamas. Lo viejo da paso a lo nuevo. No se puede olvidar que estamos bajo la estación de las diosas del fuego, y vaya cómo están de desatadas (han ardido también una mezquita en Jerusalén y un altar budista en Tsogyelgar). También hay que recordar que el nodo norte está en Cáncer este año, y el nodo sur en Capricornio, lo cual habla de un cambio de estructuras.

Interpretaciones hay muchísimas. Creo que hasta ha vuelto a surgir Nostradamus en alguna. Por cierto, una de ellas está relacionada con el arcano de La Torre, el cual ha aparecido en mi sueño de hoy en relación a mí. Y esto me hace menos gracia, porque no es una carta demasiado favorable.

Notre Dame resurgirá. No en tres días, como algunos indican mencionando las escrituras, ni a pesar de los talonarios expedidos por los millonarios franceses, pero resurgirá. Hay cierto debate sobre si hay que restaurar la catedral, o en qué forma. Yo creo que eso da igual. Hay lugares que tienen una esencia propia independientemente de la forma, y esa esencia es la que no ha perecido en las llamas.

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