Lo
llamo Siete cariñosamente, porque lo hace más cercano y entrañable, pero quizás
prefiera el nombre habitual que suele ser Dios, Divinidad, Fuente, Universo…el
Ser de los mil nombres. El Ser Original. En la charla con Paz era “Observador 7”,
como si estuviésemos hablando de las capas OSI, lo cual le da una estructura y
un sentido, lo hace comprensible y abordable. Espero saber transmitirlo.
El observador 7 (“Siete”) es el inicio de la
creación, es el Todo. Es completo, inabarcable, infinito. En él no hay espacio,
ni tiempo. Pero 7 decidió que quería conocerse, y para ello se dividió, porque
solamente es posible conocerse por observación y comparación. Esto lo cuenta
también Neale Wash en su libro “Conversaciones con Dios”, aunque no he
terminado de leerlo, así que no puedo decir si hay muchas diferencias en sendas
descripciones. El caso es que Siete, decidió partirse en dos mitades, para
poder experimentar la separación y conocerse. Dio lugar a dos principios
creadores (tiempo y espacio), cuya interacción dio lugar a un campo de
posibilidades.
El observador 6 es el campo de posibilidades
o campo de potencial, que es como un campo de recursos, un hipermercado de
elementos y factores.
El observador 5 es una estructura lógica formada
con los elementos de 6, conforme a una receta. 5 es una parte de 7. Aquí está
el ego. 5 es una información compartida en un campo de posibilidades. 5 es
quien mueve los hilos de los cuatro cerebros, conforme a través de los
programas que tenemos y el árbol. Lo que hacemos en la terapia es cortar esos
hilos para que baje nueva información.
El observador 4 es
un diseño. Aquí entramos en el concepto de “cerebro tetrauno”, que es como una
variante del “cerebro triuno”, aunque los elementos son los mismos. Son cuatro
partes del cerebro dedicadas cada una a una función, cada una a una velocidad
distinta.
Cuatro es el neocórtex. Se relaciona con el
territorio y la identidad, con la expansión. En terapia estamos desmontando el diseño, lo que genera un conflicto de
identidad.
El Observador 3 es la corteza cerebral o
sustancia blanca. Se relaciona con la competición y la comparación. Se
relaciona con los pensamientos y la capacidad de análisis.
El Observador 2 es el cerebelo. Relacionado con
la protección propia y la externa. Relacionado con las emociones. Nos ayuda a
establecer una conexión con el otro.
Finalmente, el Observador 1: el tronco
cerebral, encargado de la supervivencia, de los mecanismos de ataque-huida,
relacionado con los aspectos más físicos del cuerpo. Es el observador de
nuestra biología, y el que tiene una acción directa sobre los mecanismos del
cuerpo. Se relaciona con las sensaciones del cuerpo: hambre, sed, frío…
Los
cuatro cerebros funcionan interconectados y actúan a velocidades diferentes,
siendo el observador 4 el más rápido y el observador 1 el más lento. Cuando
cambiamos, estamos haciendo una ampliación de territorio. 4 es el que primero
se mueve, porque es más rápido, y los otros tres tienen que acompasarlo (o no)
a su velocidad.
Los cuatro cerebros tienen la misión de mantenernos
con vida, y no necesitan de nosotros para ello. Ellos solamente necesitan
oxígeno. Nosotros no somos los cuatro cerebros, somos la información de un
campo compartido, pero necesitamos de ellos para poder estar en este mundo.
La
información siempre va de arriba abajo, desde el neocórtex al tronco cerebral.
El ejemplo de la mosca: una mosca se aproxima a nosotros y se activa el
neocórtex por la invasión de nuestro territorio. El neocórtex, activa la
corteza cerebral para que evalúe el peligro. La corteza activa el cerebelo,
produciendo una emoción asociada a la mosca (miedo, por ejemplo). El cerebelo
activa el tronco cerebral, que realiza una acción.
Pero
también hay un movimiento ascendente de la información.
Cuando
7 se dividió, también creó una gran distorsión, porque creó la imperfección. 7
solamente quiere experiencia, quiere cometer errores para poder corregir y
evolucionar. Todos los errores informan a 7. Vivir es experimentar el error y
la distorsión. El propósito de la vida, por tanto, es proporcionar experiencias
a 7. La parte de 7 que está en nosotros quiere hacer cosas.
Por la noche, los cuatro cerebros se apagan y se
produce el intercambio de información entre 5 y 7. La información va de 5 a 7,
y 7 envía nuevas configuraciones a 5 que bajan después a 4.
En ese momento, es cuando podemos pedir a Siete que
se encargue de todo aquello que no podemos resolver. Es rendirse a que no
podemos hacerlo todo solos y que tenemos la humildad suficiente para pedir
ayuda.
Y Siete responderá.