domingo, 10 de febrero de 2019

Agresión

En mi vida nunca he sufrido una agresión sexual, gracias a la Diosa. Lo más parecido fue el incidente con el mendigo de París, y está bastante lejos de ser categorizado como tal. No suelo pensar mucho en el tema, excepto cuando aparecen las noticias los casos de mujeres violadas, abusadas, o asesinadas, y en general puedo decir que no tengo miedo de salir a la calle y que no he desarrollado las estrategias que otras mujeres, algunas bastante próximas, han creado para poder sentirse seguras.

Hoy, sin embargo, he sufrido una agresión sexual en sueños. Bueno, tampoco. Porque me he despertado antes de que se consumase. Pero ha sido un sueño bastante vívido y, por tanto, no ha sido nada agradable.

En mi sueño, me asaltaba un hombre que se parecía bastante a Chazz Palminteri: un hombre de unos cincuenta años, moreno, fuerte, y sobre todo, un hombre con la creencia de que puede tomar todo lo que se le antoje simplemente porque es él. Quizás acostumbrado a eso, quién sabe.

Yo conocía a ese hombre de antes, pero mi relación con él había sido de desviación. Parecía como si en algún momento yo le hubiese dado pie a creer que quería un encuentro sexual con él, pero en realidad siempre había sido una táctica disuasoria para quitármelo de encima. Ahora, sin embargo, venía a cobrarse la pieza.

Antes de abalanzarse sobre mí, he tenido la arrogante idea de pensar que podría manejarlo, pero pronto me he visto superada físicamente. Intentaba zafarme inutilemente. A pesar de todo, mi mente se mantenía clara, buscando las posibles escapatorias, pero me tenía fuertemente aprisionada con su cuerpo.

En un momento he visto que su garganta quedaba expuesta, y recordando las clases de defensa personal, he pensado que podría golpearla para tratar de dejarlo sin aire. Eso me daría una oportunidad para escapar. Sin embargo, en el momento preciso, he dudado, por la ilógica idea de que podría matarlo, y he golpeado de una manera muy poco eficaz. Era la oportunidad que necesitaba y la he desperdiciado. Por mi mente ha cruzado la idea de "No se puede dudar", y entonces he perdido la esperanza. Justo ahí me he despertado.

¿Por qué un sueño así? No lo sé muy bien. Quizás porque está de plena actualidad, con una serie de casos más o menos alarmantes. También porque hace poco, en la Espiral, cuatro mujeres del grupo (cuatro de ocho) reconocieron abiertamente haber sufrido casos de abuso cuando eran más jóvenes, todas ellas a manos de personas de cercanía. Fue bastante impresionante escucharlo.

Y un sueño que llega justo antes de escuchar el audio de Iriome, relatando el acoso que está sufriendo por parte de un hombre que conoce, y que va en escalada porque ella no quiere nada con él.


Está en el Incosciente colectivo, pero seguramente está también en el Inconsciente familiar. ¿Cuántas de nuestras ancestras han pasado por algo similar? Recientemente he sabido que mi propia madre sufrió una especie de episodio en el ascensor de su edificio. No llegó a nada, pero debió ser bastante desagradable. ¿Fue antes de que yo naciera? ¿Es posible que ese recuerdo me lo haya transmitido? ¿Hay otros casos en la familia que ignoro?

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