lunes, 24 de febrero de 2020

Ideas santas

Da igual la temática que tratemos, cada clase de eneagrama es un espejo que me hace mirar donde no quería o no esperaba. A veces hay dolor, pero hay mucho reconocimiento, que es fundamental para poder aceptarme como soy. Poco a poco voy tomando consciencia de mi personalidad y la voy integrando, a pesar de los rasgos menos positivos que contiene. Descubrirme para trascenderme, no para identificarme con esa personalidad. Pero se me suele olvidar que yo soy mucho más que esa expresión porque estoy  apegada a la misma.

Ahora empiezo a tomar consciencia de todo lo que estaba en piloto automático y me da rabia no haberlo visto antes. Me siento mal por haber perdido el tiempo con comportamientos que no me han hecho ningún bien. Dicen que nunca es tarde, pero yo siento que sí, que he desperdiciado gran parte de mi vida por haber sido de una manera concreta. Ahora tengo que ser compasiva conmigo misma, comprender y tolerar que no estaba preparada para ver hasta ahora, y en cambio, felicitarme por lo mucho que he avanzado. No solamente es el eneagrama, son también las charlas con Anet, donde voy reconociendo los patrones que son mis cadenas.

Veo la pelota gigante que tengo delante de mí por desenredar y me agobio. Pero puede que no haya otra forma de hacerlo mas que empezar a tirar del hilo para ver hasta dónde llego, porque esto va a requerir de mucho tiempo.

La clase de eneagrama era sobre la espiritualidad, o mejor dicho, sobre el aspecto concreto del Ser del cual se ha desconectadao cada eneatipo. En el 6 tiene que ver con su falta de fe en el Universo para ser sostenido. Y, claro que sí, tiene que ver mucho con la madre. Si yo confiara quizás podría sentir el abrazo amoroso que cuida de mí y relajarme en él, saber que siempre voy a estar cubierta. Pero no puedo. Mi falta de fe me hace ser como un animalillo en modo reactivo anticipando el peligro. ese peligro me vuelve agresiva e impredecible.

Y, la verdad, es que me muero de ganas de rendirme y dejar de luchar, porque es agotador estar pendiente de todo, anticipar, intentar cubrir los flancos y las carencias...

El otro tema tiene que ver con mi orgullo al resistirme a la voluntad del Universo, intentando imponer mis plaes y mis resultados deseados. Esto es más de 2, pero también lo reconozco. Me cuesta aceptar que mis deseos no sean los mismos que los del Universo y que mi aparente libertad creativa en el mundo sea una falacia. O por lo menos lo es a nivel de ego, porque mi ser superior estaría creando a su bola. Es una desconexión total entre uno y otro, y la verdad que llevo toda las de perder. es tan frustrate...

Pero igual, solamente tengo dos opciones: resistirme y sufrir o aceptar lo que sea que me tiene preparado mi ser, me guste o no, lo espere o no, ya que eso es lo correcto y perfecto para mí. En cierta forma es como estar a expensas de un padre que decide por ti. No debería quejarme, porque ahí está el padre que tanto buscaba. Y si lo pienso bien, la rendición es un alivio, desde que no tengo que ocuparme de nada.

Hago el propósito de rendirme, pero siento a mi ego retorciéndose de rabia, frustración e impotencia, y siento su dolor y su sufrimiento. Mi trabajo ahora es abrazarlo y darle todo el amor que necesita, porque vamos a tener que hacer juntos un duelo importante por todo lo que quisimos y no fue. Es el adiós a una idea querida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario